El Reencuentro

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Capítulo I "parte I"

Resonaban en los pasillos los gritos de agonía de la persona que llegó a ser una parte fundamental de mi vida, mi mano derecha...

...Mi mejor amigo...

...gritaba suplicando por su vida mientras lo torturaba sin piedad...

-¿Cómo sigues con tu ansiedad? ¿Te has sentido mejor?-le preguntó a su paciente

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-¿Cómo sigues con tu ansiedad? ¿Te has sentido mejor?-le preguntó a su paciente.

-Sí Doc ya he mejorado, sinceramente creo que ya no será necesario que siga consultando-dijo con voz temblorosa.

-No creo que hayas mejorado del todo, ¿Acaso no quieres volver porque sientes que no he hecho un buen trabajo?-dijo confundido.

-No, no es nada de eso, he mejorado mucho gracias a usted, pero...-el miedo de hablar se apoderó de su cuerpo.

-¿Pero? ¿Sucede algo?, puedes contarme, recuerda que de aquí nada sale...

De un momento a otro, escuchó el estruendo de la ventana al romperse, algo salpicó en su rostro y el paciente yacía en el suelo con una gran mancha de sangre a su alrededor.

Todo ocurrió en un instante...

-¡Doctor! ¿Qué ocurrió, está bien? ¿Qué fue ese ruido?-preguntó su asistente al escuchar el estruendo proveniente de la habitación, su cuerpo se paralizó al ver el cuerpo de un paciente que yacía en el suelo y rápidamente exclamó por ayuda.

-¡Maldición! ¿Qué ocurrió aquí?¡Rápido alguien que llame a urgencias! -en medio del pánico un Doctor llamó la atención de todos para pedir ayuda.

Fue ahí cuando lo miró, una sombra negra saltó del edificio del sexto piso, por instinto sus piernas se movieron y fue tras él, estában en el quinto piso sabía que no lo alcanzaría pero aún así no se detuvo, al llegar al edificio de enfrente con la respiración agitada lo buscó a su alrededor pero no había señales de nadie...llegó demasiado tarde...pero al voltear para volver al edificio algo en el suelo llamó su atención, una fotografía, al momento de verla notó a tres niños, cuando empezaron a sonar la sirenas de la policia tuvo que meter rápidamente la foto en su bolsillo para evitar que le hicieran demasiadas preguntas.

Por este incidente, el edificio estuvo cerrado durante un tiempo, lamentablemente los perjudicados de todo esto fueron los que estaban en terapia, algunos decidieron buscar otro Psicólogo y otros se tomaron un descanso.

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Al volver a casa estaba agotado, decidió darse una ducha antes de sobre pensar lo que había ocurrido.

Unos minutos después, salió de su habitación al balcón mientras se preguntaba de dónde había sacado el asesino aquella fotografía de los tres niños, después de observarla por unos minutos se percató que eran sus amigos de la infancia, no recordaba muy bien su niñez, pero sus nombres y el como un día simplemente desaparecieron nunca lo olvidaría.

El niño de la izquierda se llamaba Kaan, un niño demasiado extrovertido y aventurero con un gran carácter y una facilidad para hacer amigos. Fue él con el que jugaba en la casa del campo de su abuela ya que eran vecinos. Pero el que estaba en la derecha era todo lo contrario, demasiado antipático y asocial, un niño muy serio y tranquilo.

Se despidieron en el invierno del 2006, era la época en la que siempre regresaba a casa y en el próximo verano volvería. Pero, ¿A dónde habían ido...?

Ese fue el último invierno que los había visto y siguió con su vida.

Un pensamiento invadió su cuerpo por un instante, la persona que mató a su paciente es la misma que tenía ésta fotografía y posiblemente lo esté investigando a él o a esos infantes ¿Pero... será a uno en específico o los busca a los tres? , pensó en contactarse con ellos de nuevo pero no tenía la menor idea de dónde empezar a buscar. Tenía 8 años de edad la última vez que los vio.

Para el verano del 2007 ellos ya no estaban y en ese mismo año su Abuela falleció. Aquella casa del campo fue heredada por su Tío, hermano menor de su madre, desde entonces él no volvió a pisar ese lugar.

¿Cómo investigaría sus paraderos si solo sabía sus nombres? .

El sonido del teléfono interrumpió sus pensamientos y tuvo que levantarse a contestar.

-Buenas Noches, con el Dr. Avery, quien habla?-nadie respondió, solo se oía una respiración entre cortada.

De repente se escuchó un suspiro muy intenso y la persona al otro lado del telefono colgó, no le tomó importancia y prefirió creer que era una broma pesada de algún adolescente con su grupo de amigos, tenía cosas más valiosas de las que pensar.

Mientras pensaba en que hacer para conseguir información se colocaba el abrigo para ir a comprar víveres, ésta vez se quedaría una semana en casa y no tenía comida.
Al caminar dibagaba sobre que buscaba el asesino y porque tenía esa fotografía de ellos.

Se puso atento para evitar chocar y siguió caminando hasta que de pronto vio como unos hombres armados seguían a una persona encapuchada que iba corriendo directamente a su dirección, para cuando se dio cuenta solo sintió el impacto del frío pavimento de la acera.

La persona que chocó con Darius se levantó rápidamente y agarró su mano para salir corriendo de ahí.

No podía seguirle el ritmo, pero detrás de ellos tres hombres los seguían, así que no podía darse el lujo de parar e irse. Corrieron hasta dar vuelta en una esquina y detenerse al llegar a un callejón oscuro y sin salida.

-¡Basta¡ ¡Suéltame! ¿Qué te ocurre? ¿Quién eres?-preguntó confundido de lo que había ocurrido.

Estaba oscuro, así que no podía verlo, pero era muy alto y su cabello según los pocos rayos de luna que entraban era de un color azul.

-¿No ves que te acabo de salvar la vida? Así que solo quédate quieto y no hagas ningún ruido si no quieres que nos atrapen.-dijo el desconocido

-Si no fuera por ti no estuviera involucrado desde el principio-Con voz baja se quejó.

-Shh.-lo calla.

-¿Alguien viene?- pregunta Darius en un tono de preocupación.

-No, solo que no soportaba
escucharte.-dice riendo.

-Tú mald...-

El chico le tapo la boca antes de que siguiera hablando haciéndole una señal con su otra mano para que dejara de hablar.

-Alguien viene. -dice con tono serio viendo hacia la entrada del callejón.

Escuchando pisadas y susurros cerca de ellos supuso que no era mentira lo que le decía así que no refuto, se quedaron en la misma posición hasta que dejaron de escucharlos.

-Se fueron ya podemos salir.

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Un Amore Senza MoraleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora