‡You are my Sunshine‡[KOOKJIN]

CAPITULO 12

JIN

Mi boca se abrió en un enorme bostezo mientras salía de mi habitación, adormilado. Los sueños sobre Jungkook me habían mantenido dando vueltas y vueltas otra vez. Tuve que levantarme en medio de la noche para cambiarme la ropa interior empapada de semen, solo para despertarme esta mañana con el mismo problema.

Si esto continuaba, Tae me iba a preguntar por qué estaba lavando tanto. Hablando de vergüenza. Después de nuestra pequeña... discusión de anoche, no había manera de que mencionara a Jungkook delante de él en el corto plazo.

—Buenos días, mi pequeño rayo de sol favorito. 

Di un pequeño grito.

—¡Queso y arroz! Nam, me diste un susto mortal. 

Nam me dio una sonrisa con dientes desde el sofá.

—Me encanta la forma en que dices palabrotas. Es tan lindo. Te preparé un poco de té. Está junto a la tetera.

Me animé y me dirigí a la cocina. Me había preparado té, así que le perdonaría por haberme asustado.

Mis dos manos estaban envueltas alrededor de mi taza cuando me reuní con él en el sofá.

—Por muy lindo que sea verte, ¿por qué estás aquí? 

Nam se removió en su asiento y se aclaró la garganta.

—Yoongi y Tae deben encargarse de algo. 

La alarma me atravesó.

—¿Qué ha pasado? ¿Están bien?

—Están bien, que no cunda el pánico. —La mano de Nam tomó mi nuca y me la apretó para tranquilizarme. A diferencia de cuando Jungkook había hecho eso, no hubo mariposas. Nam era hermoso, no se podía negar eso, pero era como un gran golden retriever que nunca mataría ni a una mosca.

Básicamente, él era el tipo por el que debería sentirme atraído. Pero no lo hacía.

—Yoongi recibió la noticia de que su tío está enfermo. Él y Tae se fueron anoche para ir a visitarlo.

—¿Se han ido?

—Sí. Al parecer vive en Brasil.

—No sabía que Yoongi tuviera parientes. —Ninguno que él hubiera mencionado, de todos modos.

Nam se encogió de hombros.

—Sí, yo tampoco lo sabía. Creo que se pelearon hace un tiempo y esto es algo así como 'mejorar las cosas mientras estás en tu lecho de muerte'.

Hice un cloqueo comprensivo. Puede que me hubiera enojado con ellos dos, pero eso no impedía que me sintiera mal por él.

—Pobre Yoongi. Me alegro de que Tae lo acompañase. Él lo cuidará.

—Y mientras no estén, yo te cuidaré.

Le fruncí el ceño, la molestia de la noche anterior regreso a mí.

—¿Por qué? No es como si fuera un niño. Estoy solo con bastante frecuencia.

La sonrisa de Nam estaba teñida de lástima, como si entendiera la soledad que sustentaba mis palabras.

—Bueno, no estarás solo durante los próximos días. Voy a dormir en la habitación de Tae y Yoongi. Te llevaré a la universidad y te recogeré.

—No puedes venir conmigo a todas partes, esta noche tengo reunión con mi club de lectura —dije intencionadamente—. Y no puedes venir a menos que hayas leído el libro.