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Después de hablar con Yujin no había visto a Hanbin hasta el día siguiente en la escuela. Ambos comían en silencio durante el descanso.

Gyuvin se sentía un poco incómodo ya que su hyung había estado muy callado, como perdido en sus pensamientos, de vez en cuando lo atrapaba viéndolo sin decir nada pero luego apartaba la mirada rápidamente.

Antes de poder preguntarle si estaba bien la campana sonó, anunciando el retorno a clases.

── Te acompaño a tu salón. ── Hanbin se levantó de un salto, guardando sus cosas.

Gyuvin lo siguió después, un poco aturdido. Ambos empezaron a caminar pero el menor iba más adelante, sintiendo el peso de la mirada de Sung en su espalda.

Hanbin hyung está actuando extraño.

Sabía que en ese momento lo estaba mirando, estaban así desde que lo fue a recoger a su casa, pensando que él no se daba cuenta. Gyuvin tuvo una idea para distraerlo un poco.

── ¿Qué tanto me mira, hyung? ── preguntó, empezando a caminar un poco más lento, sin importarle que ya la mayoría de estudiantes estuviesen en sus salones.

Se dio la vuelta son una sonrisa para encararlo y efectivamente lo estaba viendo, pero esta vez no rompió el contacto visual. Gyuvin se quedó en blanco por unos segundos, olvidando por completo lo que iba a decir.

Trató de calmar su acelerado corazón, ignorando el hecho de que no respondió su pregunta, su sonrisa parecía temblar un poco de repente.

Aish, no sabía de dónde venía esta timidez ahora.

── H-Hyung, aún me debe un b-beso. ── bien, ahora estaba más nervioso.

Hanbin ladeó su cabeza sin dejar de verlo, dio un paso hacia adelante, haciendo que Gyuvin diese uno atrás. Siguió haciéndolo hasta que el menor chocó contra los casilleros, sin escapatoria. El pelinegro no se detuvo hasta quedar a centímetros del rostro contrario.

Gyuvin se encogió en su sitio, temía que su corazón fuese escuchado por lo rápido que latía. La forma en la que lo miraba, sentía que iba a morir en cualquier momento.

── ¿Por qué? ── preguntó suavemente, en un susurro.

Su cerebro hizo cortocircuito, no era bueno trabajando bajo presión. Empezó a decir balbuceos sin sentido hasta que su voz se aclaró para dejar unas débiles palabras.

── ¿Te pago? ── más que una afirmación era una pregunta.

Vio como la mano de Hanbin se acercaba a su mejilla para dejar una caricia ahí. Había una gran posibilidad de que Gyuvin muriera de un ataque al corazón en ese instante.

 La forma en la que sus dedos le tocaban era delicada, con sumo cuidado. Después fueron a su flequillo, para apartar el cabello, dejando su frente al descubierto.

Se acercó lo suficiente para depositar un beso ahí, sus labios demorando un poco más. Sin despegarse del otro murmuró algo paracido a un 'aún no'.

Dio una última mirada a Gyuvin, sus ojos brillaban y sonreía levemente, luego se fue, dejando al chico con el corazón a millón y un sonrojo que había llegado a sus orejas.

── ¿Qué... acaba... de pasar?

Dobló sus piernas hasta quedar sentado en el suelo. Su cabeza estaba hecha un lío por lo ocurrido, sus manos tocaron sus calientes mejillas tratando de calmarse un poco.

Estaba... abrumado.

En ese momento se permitió ser feliz sin pensar en el regaño que le daría su madre por saltarse clases. Porque definitivamente no se sentía capaz de siquiera levantarse de ahí.












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BESO, BESO, BESOOO

¡ te pago ! ★ 2binzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora