Epílogo

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—-Pasado-—

-Madre, aquí están las vendas. 

-Gracias, querido

-Madre, ¿por qué lloras?, te duele mucho.

- tranquilo, solo... Solo es un pequeño corte.

-Mentirosa-

A pesar de mi corta edad, con tan solo 6 años de edad ya sabía que esos cortes y golpes que se mostraban por toda su piel eran causados por ese infeliz al cual debía de llamar "padre".

-¡Madre!, madre mira, obtuve la mejor calificación para ti.

-¡oh! Querido eso es magnífico, celebrémoslo con tu platillo favorito.

-Madre...

-¿Sí querido?

-Él... De nuevo... Tu mejilla está morada

-Ahora no, querido, debemos de celebrar tu logro y realmente no duele tanto...

Madre! No me sigas tratando como un ignorante, tengo 10 años, no soy ciego ni tonto y—

ALASTOR!... Querido, en serio, ahora no cariño... Por hoy solo concentrémonos en celebrar... ¿Está bien, cariño?

-Mmm... Solo por hoy...

Si tan solo ese día te hubiera dicho que no, que tenías que denunciarlo o que huyamos lejos, tal vez y solo tal vez podríamos haber vivido más y ser aunque una pequeña pero feliz familia juntos los dos.

En una Navidad, después de 4 años de ese día, "él" no llegó a casa, solo había dejado una pequeña nota en donde anunciaba que nos abandonaba, que no te soportaba y que yo no era su hijo. Si no fuera porque mi maldito rostro no fuera la copia viva de él, me hubiese alegrado de leer tal blasfemia de su parte, era obvio que solo estaba buscando excusas para largarse, para mí estaba bien, años soportando siendo insultado, humillado y golpeado casi diariamente por algún arrebato del momento, es obvio saber que no le tenía algún tipo de aprecio especial a mi progenitor.

En serio esperaba que tú te sintieras del mismo modo que yo...

NO LO FUE...

A pesar de que el primer año desde que él nos abandonó, fue grato, aun así era demasiado para tu amable corazón.

/Alastor: Si me lo preguntas ahora, solo podría decirte que fuiste muy débil madre.../

Tan débil que solo me quedo verte como te marchitabas por 3 largos años...

-Alastor, querido¿Por qué estás llorando? Es por lo que dijo el médico. 

-Madre... Estás muriendo...

-Lo sé, y lo más probable es que no pase de esta noche.

¡CÓMO PUEDES DECIRLO TAN TRANQUILAMENTE! Madre... TE ESTÁS MURIENDO 

-y es por eso que no entiendo por qué en ese hermoso rostro hay lágrimas, debes de una hermosa sonrisa para despedirme.

-...

-Querido, mi dulce hijo, no tengas miedo, mírame, yo no lo tengo... Debo de irme, ya que así Dios lo quiso, te estaré protegiendo donde sea que este... Y cuando seas una pasita de pastel vendré a buscarte y así estaremos otra vez... Así que sonríe para mí, esto solo es un hasta pronto, ¿Sí?

Solo era un mar de lágrimas, puedo afirmar que fue el día que más lloré en toda mi vida. Lloré tanto que podría causar la piedad de la mismísima muerte, no podía hablar, solo lloraba más con cada palabra que decía el hermoso ser que poco a poco perdía sus fuerzas frente a mí, postrada en una cama...

El misterio de Alastor Radioapple/AppleRadio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora