Jefe

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Pues parece que sí, aquella silueta al fondo del estacionamiento resulta ser Tulio Triviño, Presentador, el rostro del canal y el impuntual de siempre.

El rostro del canal se podía dar el lujo de llegar tarde, decir lo que pensaba con franqueza sin importarle si lo que decía era una total locura, y ser alguien petulante. Para cualquier otra persona a quien se le mencionaran estos atributos del presentador del programa, solo le vendría un pensamiento a la mente: que es un completo idiota y que nadie podría trabajar con un tipo tan nefasto. Y quizás tenían razón, pero aun así, no había nada que su elocuencia al hablar y su imagen impecable no pudieran arreglar.

Con sus ojos de un tono miel, su cabello castaño y una piel olivácea bronceada, el presentador era alto y muy atractivo. Su apariencia física era una de las razones por las que era tan vanidoso y orgulloso de sí mismo. Mario lo admiraba profundamente, viendo en él una perseverancia inquebrantable, o mejor dicho, una necedad transformada en virtud. Admiraba su lealtad al trabajo y a sus amigos, aunque esa lealtad no era más que un disfraz para ocultar que no tenía mejores opciones, tanto de amigos como de trabajo, quizás porque nadie más podría tolerarlo.

Sin embargo, algo que Mario ignoraba era que, pese a esa supuesta lealtad motivada por la falta de alternativas, el presentador no dejaba de sobreexplotar al personal bajo su mando. Su habilidad para ser un líder era prácticamente nula. Pero Mario, cegado por su admiración, no lograba comprender que su jefe, sin la ayuda de personas como Juanín, no sería tan importante. Quizás solo había llegado hasta donde estaba gracias a la ayuda de sus amigos y su atractivo, y nada más.

Con una enorme sonrisa, Mario saluda a Tulio intentando llamar su atención— ¡Hola Tulio, qué bueno que llegaste!

Tulio permanece inmóvil al fondo del estacionamiento. Al ser ya un poco tarde, el sol está brillando en todo su esplendor y Mario hace un esfuerzo entrecerrando los ojos para poder enfocarlo.

El aspecto de Tulio es más grande y tosco de lo habitual, parece que creció en tamaño y sostiene algo en su mano derecha.

Mario Hugo no nota esto por el sol, que le dificulta la visión, así que continúa hablando mientras se acerca a él ya que piensa que el motivo por el que Tulio aún no está caminando hacia la entrada del canal es porque teme al reproche de Juanín o del señor Eusebio Manguera.

El canal no se puede sostener sin tu presencia, Pusieron a la peor persona para reemplazarte, yo hubiera pensado en poner a Bodoque, pero no fue elegido por el señor Manguera por alguna razón.

Tulio no se inmuta, Mario percibe que Tulio sostiene algo y además que su aspecto físico es un poco distinto, piensa que es por el intenso calor que lo ve así o quizás hoy decidió quitarse la faja.

Mario Hugo siente un profundo respeto y admiración por su jefe, pero, eso no le impide que en ocasiones pueda bromear acerca de la vanidad con la que su jefe se maneja. Ese chiste que hizo para sí mismo lo hace sonreír con más ganas y anhelar aún más que su jefe comience a trabajar para que todo vuelva a la bella normalidad de siempre... o bueno lo que se concideraba normal para ellos .

Por lo menos ya llegaste, y ahora todo puede continuar con normalidad.

...

ay, por qué no yo... ¡ESPERA, TULIO!

Mario viendo que Tulio no contesta y no se mueve por nada, decide correr hacia él y mientras corre le dice.

No creo que se molesten, Tulio... ¿Tulio?

Mario Hugo, al estar más cerca, se da cuenta de lo que había estado ignorando debido a la emoción de ver a Tulio. El aspecto de Tulio no solo es horrible por llevar la misma ropa que ayer, sino también porque está misma se encuentra desgarrada, totalmente desgastada y sucia. Mario pensó que quizás Tulio había vuelto a chocar, pero ese pensamiento que apareció para hacerlo sentir una profunda preocupación por aquella persona que consideraba su jefe y amigo, se desvaneció cuando notó su boca llena de sangre seca, sus ojos que siempre eran de un tono miel muy característico y brillante, ahora son totalmente negros, como si sus pupilas estuvieran completamente dilatadas y la parte blanca de sus ojos, ahora era amarilla.

Peligroso y Desconocido | 31 MinutosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora