2:Hecho para mí

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Lector : sobreputa (búsquenlo en inglés)

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https://archiveofourown.org/works/26544523#main

Tomura miró fijamente la arena bajo sus pies, se escapó a la casa destrozada de la playa para descansar de los entrenamientos del Sensei.

Sólo pensar en lo decepcionado que estaría Sensei una vez que regresara le hizo estremecerse.

"H-hola tu ... ¿Estás bien?"

Una voz suave habló a su lado.

Tomura ni siquiera había notado su presencia ya que estaba tan distraído.

Gira la cabeza hacia la voz y ve a un niño pequeño con el pelo verde desordenado.

Tomura no se molesta en responder, no le gustan precisamente los niños.

Son ruidosos y desagradables.

Tomura mira fijamente sus ojos verdes con una mirada poco divertida, esperando incomodar al niño para que se vaya.

"Erm... Pareces herido, ¿n-necesitas un yeso?"

El niño juguetea nerviosamente con los dedos.

Ah, claro, Tomura se había olvidado por completo de las heridas en sus brazos y piernas.

El Sensei le había dado una buena paliza antes.

"No. Vete."

Tomura dice sin rodeos.

No necesita que un niño de aspecto desnutrido lo cuide.

Es muy molesto.

El niño ni siquiera reacciona ante sus hirientes palabras:

“¡oh! Si no te gusto, dejaré el yeso aquí, ¿vale?"

El chico de pelo verde se agacha y con cautela coloca el yeso en la arena cercana e inmediatamente se aleja corriendo.

Es un chico muy raro, piensa Tomura.

De alguna manera, sintió un poco de calidez en su pecho con solo ese pequeño gesto.

Mira el yeso y frunce el ceño cuando se da cuenta de que tenía un diseño de all might.

-

Había pasado una semana después de su encuentro, ese niño ocasionalmente volvía a la cabeza de Tomura, aunque no estaba seguro del por qué.

Supuso que era porque no estaba acostumbrado a que lo trataran con amabilidad.

Sensei le permitió dar un paseo para aclarar su mente ya que Tomura una vez más tenía un bajo rendimiento.

Camina por las calles sin rumbo, sólo con la esperanza de pasar el tiempo y ordenarse antes de volver al bar.

Mientras caminaba por un callejón, escucha sollozos ahogados y risas maliciosas que surgen desde adentro.

A Tomura realmente no le importa, pero la curiosidad se apoderó de él.

Retrocede y mira hacia el callejón, una familiar mata de cabello verde entra en su visión y se siente casi emocionado.

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