10 : oscuro azul (2/2)

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Habían pasado un total de 3 semanas desde que la secuestraron.

Estaba empezando a acostumbrarse a este nuevo estilo de vida.

Todos los días se despertaba, leía un libro, jugaba a las cartas, tomaba una siesta y luego esperaba a que Dabi viniera con comida.

Con el tiempo se dio cuenta de que sus motivos no eran necesariamente malos cuando se trataba de ella.

Seguro que a veces se burlaría de ella, pero en general había decidido que la razón por la que estaba aquí, la razón por la que no le había matado...

era porque la estaba usando como compañía.

No es que le hubiera preguntado esto, llego a esa conclusión por su cuenta cuando él comenzó a preguntarle preguntas personales.

Parecía que sólo quería un amigo.

Fue bastante vaga al responder sus preguntas y le pedia que él también tuviera una respuesta.

Sin embargo, solo respondería las preguntas que quisiera.

Cuando le pregunto por su familia, se dio la vuelta y la ignoró, a pesar de que ella había respondido por él cuando le preguntó.

Empezo a encariñarse con los momentos que pasaban juntos.

Porque quién sabía si pasaría su tiempo con alguien más.

Aparte de ella, estaba fingiendo ser amable con él, como una forma de escapar.

Pero no todos sus momentos con él fueron ficticios, a veces tenían risas genuinas y conversaciones honestas sobre sus opiniones sobre la sociedad y los héroes.

Sin embargo, en el fondo algo se sentía mal.

Estaba en una situación tan poderosa.

Pensaría que intentaría hacer algo con ella, tal vez incluso mientras dormía.

Pero no, las únicas veces que la tocaba era cuando eras consciente de ello.

Sus motivos no parecían estar dirigidas al sexo, algo que le resultaba extraño.

No es que se quejara, si tuviera que elegir entre ser agredida cada vez que su captor viniera a verle o no, elegiría lo segundo.

Se acosto con la espalda apoyada en la cabecera, con esa horrible novela romántica en la mano.

Había terminado los otros dos libros, así que decidio al menos intentarlo con este.

Y realmente no fue tan bueno, a pesar de que acababa de empezar.

Apoyo su cabeza contra la cabecera y gemio, cerrando el libro y arrojándolo contra la pared.

"No haré eso".

dijo, hablando del libro.

Comenzo a mover la cabeza hacia adelante y hacia atrás, entonces algo llamó su atención.

Miro el riel cilíndrico que permitía que sus cadenas se movieran de izquierda a derecha.

Había astillas en la madera. Específicamente en una zona que las esposas habían frotado varias veces.

Agarro cerca del final de la cadena y paso la esposa por el lugar varias veces y una idea comenzó a formarse en su mente.

Se sento de rodillas y agarro la cadena, tirando de ella tan fuerte como pudo y frotándola hacia adelante y hacia atrás sobre la madera.

Poco a poco, empezó a raspar la madera.

Su mente comenzó a correr.

¿Qué pasaría si lo frotara lo suficiente como para atravesar la madera?

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