Hoy presentamos:
Ethan, Derek, Serena y Harry.
El sudor se escurría por cada parte de mi cuerpo y no miento cuando digo que por cada parte de mi cuerpo. El entrenamiento de hoy había sido algo rudo pero era lo mejor si es que queríamos ganarle a los Dálmatas de Sauce School, nuestros enemigos por bastantes años. Desde que entré a esta escuela por allá del primer grado de secundaria me han entrenado para ganarles a esos perritos y ahora que ya estoy en segundo de bachillerato me han nombrado el capitán del equipo, y apuesto que mis Lobos pueden comerse a los Dálmatas, podrán ser bonitos pero no son imponentes como nosotros.
—Bien hecho campeón— dice el entrenador Barry mientras sostiene el balón de basquetbol entre sus gordos brazos y trata de seguirme el paso pues mis piernas son extremadamente largas y las de él son demasiado cortas y pesadas. De verdad no entiendo porque todos los maestros de educación física son así de regordetes y chaparros ¿Que alguien me explique porque sucede esto?.
—Por algo soy el campeón— le digo esbozando una pequeña sonrisa sin mostrar mis dientes que a ser verdad son extremadamente blancos y cualquiera pensaría que son carillas pero no, son tan reales como la vida misma.
—Todavía no eres el campeón, lo serás cuando le traigas ese anhelado trofeo a la escuela pero nunca te he contado cuantas veces se ha luchado por ese trofeo ¿Verdad?— o no, aquí vamos de nuevo, ya me ha contado dos veces la misma historia y ahora va la tercera mientras caminamos hacia los vestidores —. Todo empezó desde que yo era un joven Barry estudiando en esta misma escuela, ay, parece como si esto hubiera pasado ayer— dice tras un largo suspiro—. Por primera vez se había organizado un evento deportivo entre dos instituciones, todo era amistoso hasta que esos perritos nos insultaron...
Si, bla, bla, bla. Y luego de eso les declararon la guerra en la cancha, dieron todo de ustedes pero no fue suficiente y perdieron, entonces nació una enemistad y no hay generación que haya traído el trofeo a casa, ah y esperan que la mía lo haga porque es la más preparada. Ya me sé esta historia como me se el padre nuestro que repite mi madre cada mañana, tarde y noche.
Después de que el profesor Barry me narrara su increíble historia a detalle llena de sudor, caídas, odio y sabe Dios cuantas más cosas gloriosas e irreales, procedí a entrar al vestidor.
—Hey Ethan pensé que no entrarías— dice mi mejor amigo ya con la toalla enredada en la cadera para ir a las duchas a tomar un baño.
Dereck es mi mejor amigo desde la primaria, lo conocí en una reta de básquet y no fue de la manera en la que lo imaginan. Yo me encontraba jugando básquet con el resto de mi amigos cuando por accidente el balón salió de mis manos y cayó en su cabeza. Por mi mente pasaron miles de cosas en ese momento, para un Ethan niño su vida ya estaba acabada, pensé que era un crimen, me sentía malote y tenía miedo de terminar detrás de las rejas con un uniforme naranja. Para mí fortuna el idiota de mi amigo solo dijo: —Cuidado— mientras se sobaba la cabeza de manera circular. Vaya que era un niño de goma.
—Oh Derek ¿Me estabas esperando para enseñarme tú pequeño amiguito?— le digo burlándome de él, así era nuestra amistad, él se burlaba de mí y yo de él, era un intercambio mutuo de patadas en el culo.
—No, para eso tengo a tu mamá— me responde dándome la patada en el culo que me corresponde.
Podría enojarme por lo que me dijo, se metió con mi mamá y no se lo podría perdonar, pero yo salí con su hermana, ¿Que es peor? ¿Salir con la hermana de tu mejor amigo o que hagan chistes con tu mamá? Claro que es peor salir con la hermana de tu mejor amigo. Si Dereck saliera con mi hermana imaginaria no se lo perdonaría, no soy un ser con un buen corazón. O bueno si se pone a hacer mis tareas por un semestre tal vez lo perdone.
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Las Cartas De Alley Rosse
Teen FictionEn los planes de Ethan no esta enamorarse pero cuando lea las misteriosas cartas de Alley Rosse sus ideas del amor cambiaran. En la mente de Ethan solo estaban dos cosas, el baloncesto y sus calificaciones perfectas, en su mente no existia tal cosa...