veinte.

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Pov: Marshall

Cuidando su casa desde esa vez, o pasar repetidas veces en mi auto por las calles que rodeaban su hogar cuando iba a la oficina, con la única esperanza de verlo aunque sea por coincidencia.

Me concentré en pensar que no se trataba de acoso, sino solo cuidar a quien algún día me pertenecería por completo, asegurarme que este bien y que no le falte absolutamente nada, es todo.

Gruñí cuando escuché el celular, estaba buscando exactamente que ropa usar para ese día, no era una cita cualquiera la que tenía. Sin pensarlo, observé el nombre de mi mejor amigo y contesté sin dudarlo, algo importante tendría que decirme.

—¿Qué quieres, Flame? Estoy ocupado— Puse el teléfono en altavoz y lo lancé sobre la cama, pensando si llevar un terno o una vestimenta más casual.

—¿Qué quiero? Estás bromeando ¿no? ¿Recuerdas que tenemos una reunión hoy?

—¿Recuerdas que te dije que ya tenía planes para hoy? No lo sé, cúbreme, confío en ti.

—Sí, eso puedo hacerlo, no recordé lo de tus planes— Su tono enojado cambió a uno mucho más gracioso o ridículo, "pícaro" como él le decía—. ¿Y? ¿Puedo saber qué planes son esos?

—Iré a ver a Gary.

—¿Gary? ¿Gary el "Sé que debo llamarte yo pero nunca lo hice" Bubblegum? ¿Ese Gary?

—¿Cómo sabes su apellido?

—Soy bueno investigando.

—No te di permiso para que lo investigaras.

—Marshall, no te lo voy a quitar, si eso estás pensando— Bufé, no permitiría que nadie me lo quite de todas formas —. Es solo que fuiste muy vago cuando me contaste de él, necesito saber más de la persona que cautivó el corazón de piedra de mi mejor amigo.

—Ajá, no tiene nada que ver que Ellis te haya dicho que es el mismo chico con el que salí de la exposición esa noche, y que te esté rogando para que sepas más de él.

—De acuerdo, culpable. Pero no solo es Ellis, tu padre quiere que hablen— Sonreí al darme cuenta que mi madre no estaba enterada de nada, eso era bueno, al menos por el momento.

—Lo sé.

—¿Y por qué no lo llamas?

—No puedo llamarlo si no consigo que Gary sea mi novio primero, o sea, sé que será mío tarde o temprano, pero quiero ver la expresión de mi papá cuando se lo diga.

—¿No quieres de una vez pedirle su mano en matrimonio de paso? Digo, ya que avanzas con tantas formalidades— Ignoré su tono irónico y respondí sin dudarlo.

—Si se lo pido ahora, se asustaría, pero luego claramente lo haré.

—Joder, amigo, en serio estás demente— Escuché la risa de Flame y al final opté por algo casual, no quería tampoco presentarme como si estuviera apenas saliendo del trabajo.

Mientras tiraba mi ropa a la cama, llamé desde el teléfono del penthouse a la recepcionista, Madeline, pidiéndole de favor me consiga un hermoso ramo de flores, si fueran para Gary, las elegiría yo mismo, pero todo entraba dentro de mi plan, eso sí él no me terminaba golpeando antes de entregárselos a su tía.

El resto de la mañana me la pasé escuchando a Flame sermonearme, aconsejarme, bromearme e incluso al final desearme suerte con respecto al tema, aún estaba algo enojado con su osadía de haber investigado a mi pequeño, pero eso podíamos arreglarlo después.

Estacioné mi auto frente a su casa y tomé con cuidado el ramo de flores, me aseguré de que mi cabello esté perfectamente despeinado y salí, caminando decidido hasta la puerta. Iba a esperar unos segundos, pero cuando escuché la voz de Gary gritando algo que no pude oír, me alarmé. Toqué el timbre solo una vez, intentando ocultar mi preocupación cuando su rostro sorprendido entró en mi campo de visión. Sonreí, solo Dios sabía cuánto lo había extrañado.

𝗧𝗵𝗲 𝗽𝗲𝗿𝗳𝗲𝗰𝘁 𝗼𝗺𝗲𝗴𝗮 ; gumleeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora