Capítulo 2: Nicholas, Sophie y yo.

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Sophie se acercó corriendo hacia mí, con los ojos brillantes de emoción al ver a Nicholas tan cerca. -¡OH. MI. DIOS! ¡Nicholas Lacroix! ¡No puedo creer que esté aquí contigo! ¡Estoy muerta, estoy muerta, ESTOY MUERTA! -exclamó Sophie, emocionada, con una sonrisa que parecía iluminar todo el lugar.

Nicholas le dedicó una sonrisa encantadora y extendió la mano hacia Sophie. -Un placer conocerte, Sophie.

Espero que hayas disfrutado del espectáculo -dijo Nicholas, con cortesía, y un toque de sarcasmo que me hizo reír por dentro. Sophie asintió emocionada, pero luego su mirada se posó en mí, y pude sentir su expectación. -Lin, ¿por qué no me dijiste que estabas aquí? ¡De solo verlo me embaraza, ja, ja! ¡Y ahora me va a hablar, me va a hablar, ME VA A HABLAR! -dijo Sophie, susurrando, sin notar la tensión entre nosotros. Me mordí el labio, sintiéndome atrapada en mi propia mentira. -Lo siento, Sophie. Solo quería disfrutar del concierto sin robarte protagonismo. Pero mira, aquí estamos, frente a Nicholas Lacroix -respondí, con una sonrisa forzada, y un rollo de ojos que Sophie no pudo ver.

Mientras tanto, Lacroix observaba la interacción entre Sophie y yo, sin decir una palabra. Su mirada era penetrante, como si estuviera evaluando cada palabra y cada gesto. Decidido, Nicholas se sacó la camisa con un movimiento fluido, revelando su torso musculoso y tatuado.

Se acercó a nosotras con una mirada desafiante en sus ojos. -Chicas, me encantaría invitarlas al próximo concierto. Será una experiencia que nunca olvidarán -dijo Nicholas, con seguridad en sí mismo, y un toque de arrogancia que me hizo reír. Sophie aceptó emocionada, gritando "¡SI, POR FAVOR, SI!" y saltando como una loca. -Gracias por la invitación, Nicholas. Lo pensaré -respondí, con calma, y un toque de sarcasmo que esperaba que él captara.

Nicholas me miró fijamente, como si estuviera evaluando mi respuesta. Luego, con una sonrisa enigmática, se dio la vuelta y se alejó, dejándome con la sensación de que aún había mucho más por descubrir sobre él.

-¡Lin, ¿qué pasó?! ¡¿Por qué no aceptaste la invitación?! ¡ESTOY MURIENDO DE EMOCIÓN! -preguntó Sophie, emocionada. -Nada, Sophie. Solo no quiero ser una groupie más -respondí, con una sonrisa. -¡Pero es Nicholas Lacroix! ¡EL DIOS DEL POP! -exclamó Sophie. -Eso es exactamente lo que me preocupa -dije, con un suspiro.
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Regresamos a casa juntas, pero una vez que nos despedimos, me encontré sola con mis pensamientos. Mientras caminaba por las calles iluminadas por la luz de la luna, no podía sacarme de la cabeza la imagen de Nicholas y su actitud arrogante. Me preocupaba que Sophie estuviera tan enamorada de él, que no podía ver más allá de su fachada de "dios del pop". Me preguntaba si alguna vez se daría cuenta de que había más en la vida que simplemente idolatrar a una celebridad. Al llegar a casa, me tumbé en mi cama y me quedé mirando al techo, preguntándome cómo podría evitar volver a encontrarme con ese idiota engreído.

Decidí mantenerme alejada de cualquier evento en el que pudiera encontrarme con él, no solo por mí, sino también por Sophie. No quería verla sufrir cuando finalmente se diera cuenta de que Nicholas no era el príncipe azul que creía. Me preocupaba que su obsesión con él la llevara a tomar decisiones que podría lamentar.

Suspiré y cerré los ojos, esperando que Sophie pronto viera las cosas con claridad. Pero mientras tanto, me quedaría vigilante, lista para protegerla de cualquier daño que Nicholas Lacroix pudiera causarle.

Ya he sufrido mucho para seguir lidiando con mas problemas...

Aunque esto haya ocurrido de forma inesperada, estoy feliz porque Sophie conoció a su persona favorita, dentro de todo Lacroix no se comporto mal con ella, es lo único que cuenta para mi...

Sophie y yo somos amigas desde siempre. Crecimos juntas en un pueblito donde todo el mundo se conoce y se ayuda. Nuestras familias eran como una sola, compartiendo risas y sueños.

Pero todo cambió cuando mi padre falleció en un accidente. Fue un golpe duro para todos. Mi madre, que ya estaba enferma, se hundió en una depresión. Tuve que crecer rápido para cuidar de ella y de mi hermana menor. A medida que la salud de mi madre empeoraba, me volví más callada, concentrada en cuidar de mi familia. Descuidé mi apariencia y mis sueños quedaron en pausa.

Siempre fui consciente de mi sobrepeso y eso afectaba mi confianza en mí misma. Me sentía invisible, sobre todo al lado de Sophie, que siempre ha sido más extrovertida.

Pero a pesar de todo, nunca perdí la esperanza. Seguía soñando con una vida mejor, donde pudiera perseguir mis pasiones y ser feliz.
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Me levanté de la cama, otro día mas de sueños locos como siempre. 

Había decidido que era hora de tomar las riendas de mi vida y seguir mis sueños, así que me preparé para enfrentar otro día en la universidad. Estudiaba artes, un refugio donde podía escapar de la realidad a través de mis dibujos y pinturas. Aunque a veces me costaba concentrarme en las clases, sabía que era un paso crucial para alcanzar mis metas.

Sophie, mi mejor amiga desde la infancia, siempre estaba a mi lado para apoyarme. Juntas habíamos superado muchos obstáculos, y ella era mi roca en medio de la tormenta.

Pero también había alguien más en mi vida: mi mejor amigo, Alex. Él era mi confidente, mi compañero de risas y travesuras. Siempre estaba ahí para escucharme y animarme en los momentos difíciles.

Después de las clases, me dirigí a la cafetería universitaria, donde Sophie y Alex me esperaban. Mientras caminaba por el campus, pensaba en cómo había cambiado mi vida desde aquel fatídico día en el concurso de arte.

Al llegar a la cafetería, vi a Sophie ondeando emocionada desde una mesa, junto a Alex que sonreía ampliamente. Me acerqué a ellos, y lo único que le salió de la boca fue:

—¡Como que conociste a Nicholas, estás loca Lin!

—¡Alex, cállate! —susurré, mirándolo con nerviosismo.

Sophie notó mi incomodidad y rápidamente cambió de tema, hablando animadamente sobre sus planes para el fin de semana. Alex, siempre atento a mis señales, siguió la conversación como si nada hubiera pasado.

Después de un rato, Sophie se despidió para ir a una reunión de estudio, dejándonos a Alex y a mí solos en la mesa.

—¿Estás bien, Lin? Parecías un poco nerviosa cuando mencioné a Nicholas —dijo Alex, con tono de preocupación.

—Sí, estoy bien. Solo... pensar en él me pone de mal humor —respondí, desviando la mirada.

Alex asintió comprensivamente y luego cambió de tema.

—Oye, esta noche tengo una cita en un bar. Conocí a un chico por Tinder y quería que lo conocieras. ¿Te gustaría venir?

Me sentí tentada a rechazar la invitación. Alex siempre tenía citas y yo terminaba siendo la tercera rueda, lo cual me frustraba. Además, era evidente que Alex era guapo y encantador, pero parecía tener mala suerte en el amor.

—Alex, siempre haces esto. Siempre me invitas a sus citas y luego termina bateando a los chicos.  —le dije, cruzando los brazos sobre mi pecho.

Alex rió y me miró con cariño.

—Lo sé, lo siento. Pero en serio, este chico parece diferente. Además, creo que te vendría bien salir y despejarte un poco.

Sus palabras resonaron en mí. Tenía razón, necesitaba un respiro de toda la tensión con Nicholas. Así que, a regañadientes, acepté la invitación de Alex.

Hola, espero que les haya gustado mi lectura de hoy!

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Gracias por leer y llegar hasta acá.

Elline: Entre Cuerdas y Desacuerdos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora