Llegó la noche y Alex pasó a recogerme. Había decidido no arreglarme demasiado, así que llevaba puestos mis rizos naranjas sueltos, una sudadera cómoda y un pantalón de mezclilla.
—¡Elline, no puedes salir así! ¡Te dije que era una cita! —exclamó Alex, mirándome con incredulidad.
—Relájate, Alex. Solo voy a tomar algo y a acompañarte, no estoy buscando novios —respondí, tratando de calmarlo.
Alex suspiró, resignado, y asintió.
—Está bien, está bien. Pero al menos intenta divertirte un poco, ¿sí? Necesitas relajarte.
Acepté su consejo y subí al auto. Durante el trayecto, Alex me contó sobre el chico que iba a conocer y yo intenté mostrarme entusiasmada, aunque en realidad solo quería disfrutar de la noche y olvidarme de mis problemas por un rato.
Al llegar al bar, nos sentamos en una mesa y pedimos unas bebidas. La música estaba animada y el ambiente era agradable. Alex estaba emocionado por conocer al chico de Tinder, y yo intentaba disfrutar del momento.
Mientras mi amigo disfrutaba de su cita, decidí salir un momento a tomar aire fresco. Me senté en un banco cercano y observé a la gente pasar.
Fue entonces cuando vi a alguien con una capucha, de espaldas a mí, mirando hacia el bar. Algo en esa figura me resultó familiar, aunque no podía estar segura.
Curiosa, me acerqué un poco más y alcancé a escuchar su voz cuando hablaba con el camarero. Era una voz suave pero firme, una voz que había escuchado antes.
Entonces, la figura se dio la vuelta y pude ver su rostro bajo la capucha. Mi corazón dio un vuelco al reconocer a Nicholas. ¿Qué hacía él allí, esto me parecía extremadamente curioso?
Justo cuando estaba a punto de acercarme para hablar con él, alguien se me acercó por detrás y me tapó los ojos con las manos.
—¿Quién soy? —preguntó una voz familiar.
Me giré sorprendida y me encontré con los ojos risueños de Alex, mi mejor amigo.
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Decidimos regresar al bar, y al entrar, me quedé helada al ver a Nicholas con una mujer, riendo y conversando animadamente. Una punzada de celos me recorrió, estoy loca, es imposible, tratando de ignorar mis emociones.
—¡Alex, dejaste solo a tu cita! —reproché, señalando hacia la mesa donde el chico de Tinder nos miraba con expresión de confusión.
—Lo siento, lo siento. Pero tenemos que aprovechar esta oportunidad. ¿Recuerdas cómo solíamos hacer karaoke aquí? Quiero que cantes y le muestres a este chico qué talento tienes —me dijo Alex, emocionado.
—No, Alex. No quiero que Nicholas me vea —respondí, recordando lo incómoda que me sentía cerca de él.
Pero Alex, terco como siempre, me tomó de la mano y me llevó hasta el escenario antes de que pudiera protestar.
—¡Vamos, Elline! ¡Tienes una voz increíble y todos deben escucharla! —exclamó, animándome.
A regañadientes, tomé el micrófono y empecé a entonar la cancion que solía hacer con Alex, por las noches de Peso Pluma y Nicki Nicole, sintiendo las miradas de todos en el bar sobre mí. Mi voz resonó en la sala, y aunque al principio me sentí nerviosa, poco a poco me dejé llevar por la música.
"Eres intocable como joya de oro
Esas piernas largas comerme yo solo
Y tus ojos grandes, me perdí en un laberinto
Y pensar
Que tú ya no vas a estar
Pasará
Solito me dejará
Intentar
Solo un beso y tú te vas
De mi vida-ah-ah
Como tú no hay nadie más
No hay nadie más.""Mirarte a la cara y saber que
Esta va a ser nuestra última vez
Solo un beso y despedirnos
Dime de qué vale irnos si queremos volverVoy a hablarlo con el viento
Voy a preguntar por qué
Todos nuestros sentimientos se quedaron en ayer
Todo lo que yo te di
y todo lo que me diste
Fue pa' nada, fue pa' nada."Al terminar la canción, el bar estalló en aplausos. Me sentí abrumada por la reacción, pero también me sentí viva y libre, como si por un momento hubiera dejado atrás todas mis preocupaciones y miedos.
Nicholas y la mujer se acercaron al escenario, y él me miró con una expresión de sorpresa y admiración en sus ojos. Sentí un escalofrío recorrerme al encontrarme con su mirada, pero rápidamente aparté los ojos y bajé del escenario.
Alex me abrazó emocionado, feliz por el éxito de la actuación.
Fue entonces cuando la chica que acompañaba a Nicholas le preguntó qué le pasaba, sacándolo de sus pensamientos. Se disculpó con ella y se dirigió hacia la barra, pero no pudo apartar la mirada de mí.
Me sentí incómoda bajo su escrutinio y me acerqué a Alex, que estaba emocionado por la actuación.
—Alex, ¿podemos irnos? No me siento bien —le susurré, sintiendo que necesitaba alejarme de Nicholas lo más pronto posible.
—Claro, Lin. Vamos —respondió Alex, notando mi incomodidad.
Salimos del bar y caminamos por las calles iluminadas por la luz de la luna. Alex intentó animarme, pero no podía sacarme a Nicholas de la cabeza.
Recordé las noches en las que mi papá me cantaba antes de dormir, y cómo Alex y yo habíamos compartido tantos momentos cantando juntos. La música siempre había sido mi refugio, pero ahora me encontraba en medio de una situación que no sabía cómo manejar.
—¿Estás bien, Elline? ¿Quieres hablar de lo que pasó allí adentro? —preguntó Alex, preocupado.
—No, solo necesito tiempo para procesar todo esto. Gracias por estar siempre aquí para mí, Alex —respondí, agradecida por su apoyo incondicional.
Mientras caminábamos de regreso a casa, me di cuenta de que Nicholas había despertado algo en mí, algo que no podía ignorar. Su mirada había sido intensa, como si pudiera ver a través de mí, y eso me hacía sentir vulnerable y a la vez emocionada.
Justo cuando estaba a punto de olvidarme de todo, sentí que alguien me tocaba suavemente el hombro. Me giré y vi a Nicholas frente a mí, con una expresión indecible en su rostro.
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Gracias por llegar hasta acá.
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Elline: Entre Cuerdas y Desacuerdos.
Roman d'amourElline Thompson, una chica con una aversión total hacia las estrellas del pop, se ve arrastrada a un concierto de Nicholas Lacroix, el famoso cantante que hace suspirar a millones. Pero Elline no está impresionada... o al menos, eso cree. Con una ac...