Dime lo que sientes

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Se encontraban recostados en el pasto, uno al lado del otro y ella pensaba ininterrumpidamente en otro que no era el que estaba a su lado en aquel momento. Se encontraba boca abajo cuando percibió movimiento cerca de ella, levanto la mirada y observo como dos jóvenes de su misma edad se sentaban a la sombra de un árbol a unos cuantos metros. Le molesto percatarse de que la observaban detenidamente cuando ella no se daba cuenta. El se estaba quedando dormido, así que lo agito suavemente para sacarlo de sus pensamientos y señalarle a los dos jóvenes que no la perdían de vista, el se levantó para observarlos brevemente e hizo ademán de volver a acomodarse, pero en lugar de eso se acerco y la beso suavemente en los labios, asegurandose así de dejar claro que ella tenía dueño, al principio se quedo sorprendida por lo repentino del momento, pero después le devolvió el beso y ambos se sumieron en un abrazo bajo la tibia luz del sol de mediodía.
Un par de besos después, ella se percató de que el tenía los ojos cerrados mientras se besaban, cosa que le pareció extraña ya que el solía dejarlos abiertos, e incluso solía decir que no se sentía diferente.
El momento fue mágico, como de película, el le confeso que mantenía los ojos cerrados porque realmente le gustaba, cosa que la conmovió profundamente, percibió en su mirada que aquello que decía era verdad y se dejo llevar por la calidez que le provocaba el contacto con su cuerpo. A ratos el se quedaba sumido en sus pensamientos, mientras ella a su vez se sumía en los propios, tímidamente se preguntaba sí el la querría de verdad, si sería correcto llegar a ser más que amigos, si de verdad funcionaria aquello y llego a la conclusión de que no perdería nada con intentarlo, y que siempre podía echarse atrás cuando quisiera.

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