ENTRE DIOSES, LOBOS Y VAMPIROS

Cuidado Sam

Manada Shadow Moon

Calista estaba observando por la ventana de su habitación a cierto lobo entrenar con sus hermanos. Ella no tenía un lobo así que ya conocía el vínculo que la unía a San y desde que tenía memoria él siempre estuvo a su lado.

Hacia años había empezado a amarlo y cuando supo que era su compañero destinado entendía muchas cosas que le parecieron extrañas.

Primero: el odio que parecía tenerle su padre a Sam era algo que ella no lograba comprender, así como sus tíos y primos.

Segundo: con el pasar de los años notó, aun sintiendo celos, que Sam jamás estuvo con ninguna mujer o, bueno en el caso de los lobos, alguna hembra; pero parecía volver a la vida cuando estaba junto a ella.

Tercero: desde que sus hermanos cambiaron hacia un año atrás, ese resentimiento por Sam había crecido bastante hasta que un día su abuela Dakota puso fin a su ignorancia y le explico que, desde que estaba en el vientre de su madre, ella había aceptado a Sam como su compañero y lo había cubierto con su energía sagrada impidiendo de esta forma que Sam envejeciera.

Sonrió como boba al recordar a su abuela diciendo que Sam la amo desde el momento que sintió su esencia, y que no la dejaba sola jamás, en cómo se esforzó para fortalecerse y, así ser su protector y cuidar bien de ella, de cómo había sido desafiado por fuertes alfas por su derecho de apareamiento y salir victorioso.

Sam entrenaba con sus futuros alfas y cuñados, Cale y Cael, aun así, podía sentir la mirada penetrante de Calista y su lobo ronroneaba, la deseaban a su lado, con desesperación, pero Connor aun no daba su bendición para su unión y eso lo alteraba, la quería suya, quería su marca en el bello cuello de su hermosa compañera.

Jerome- Sam - llamo el antiguo alfa - ven conmigo unos momentos.

Dejando de entrenar, el joven se vistió con su camiseta y se dirigió junto al enorme alfa que a paso firme entraron al bosque.

Connor- No les dije que debían golpearlo duro esta vez - regaño a sus hijos al ver a Sam desaparecer en el bosque.

Cale- El abuelo se lo llevo justo cuando estabamos por cambiar y darle un escarmiento a su lobucho.

Cael- En dias se cumplirá el plazo de los seis meses desde que cumplimos los dieciocho, prometiste bendecir su unión con Calista el día de nuestro cumpleaños - afirmo.

Connor- Ni me lo recuerdes - gruño junto a Zac - cuando lo prometí parecía algo muy lejano y ahora solo estamos a tres días de eso.

Ania- No puedes evitar que estén juntos - regaño llegando al campo de entrenamiento - acaso quieres que suframos nuevamente si otro alfa aparece y lo desafía por nuestra hija??

Connor- Claro que no.

Tanto padre como hijos gruñeron feroces.

Ania- Entonces debes bendecirlos, ya es hora.

Cael- Mamá tiene razón, la abuela fortaleció a Sam y lo entrenó muy duro todos estos años, pero la fuerza de un alfa no se compara papá - suspiro recordando el ultimo desafío - apenas salio con vida la última vez, y curarlo dejo a mamá muy débil por varias semanas.

Conn- Lo seeeeee - dijo con resignación - está bien, anunciare su unión en tres días.

Los gemelos gruñeron en desacuerdo, pero sabían que, al igual que ellos, todo lobo anhela encontrar a su alma gemela.