ᥬ∘Extra 2˚

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Naye se dejó sumergir entre el sueño y el agua cargada de la tina, cerrando los ojos de este mundo para enfrentarse a una eternidad oscura, sintió frío y sus vellos se erizaron mientras en su interior sentía miedo, aunque no supo de qué, dejó que la luz apareciera de nuevo, hasta ser rodeada completamente por esta, se vió ahora en una infinidad blanca y luminosa, sus ojos la recorrieron todo el vacío, sus pies retrocedieron y avanzaron mientras se sentía perdida buscando algo en aquella nada.

En su mente, sólo pudo pensar en encontrar a Jeongyeon, había echo aquello para poder, de una vez por todas, salir del infierno de la culpa y de la soledad, y estaba entrando en pánico de que todo aquello había sido en vano y que terminara sintiéndose igual sólo que en la eternidad del más allá o donde sea que estuviese.

-Nayeon...

Se volteó quizás demasiado rápido, porque casi cae al suelo, pero sus ojos se encuentran después de lo que parecían siglos.

La rubia tiene lágrimas en los ojos y no puede evitar comenzar a llorar, negando, y la de cabellos negros sólo puede ir corriendo a ella para abrazarla, las piernas de ambas son débiles y terminan arrodilladas, mientras sollozos y lágrimas se combinan en su tembloroso abrazo.

-Lo siento, Jeongyeon -murmuró, entre llanto-. Lo siento por discutir, lo siento por no ir tras de ti, lo siento por tener celos de-

-No tienes que estar aquí -la interrumpió la careana-... Nayeon tienes que disfrutar la vida, no tenías que seguirme, eres una idiota.

Nayeon apretó sus labios, se sintió molesta, se separó de ella para mirarla a los ojos, con las manos apretadas sobre los hombros de su novia.

-No puedo... No puedo sin ti, Jeongyeon, ¿No ves que ya no puedo vivir? Estar sola a pesar que estoy con alguien a mi lado, sentirme culpable por no pedirte disculpas, por no hacer algo bien con lo único bueno que tenía en la vida... Estaba muerta en vida - lágrimas corrían por sus mejillas de forma acumulada-. Y todo se va a la mierda y me siento peor cada vez que respiro y nadie puede evitarlo... Porque la única que podía eras tú y ya no tenía a nadie.

Jeongyeon sollozó, acercó sus manos al rostro de Nayeon, acarició sus mejillas, la coreana lloró sobre sus manos también.

-Yo lo intenté... Intenté no dejarte, yo estaba ahí, ¿No te diste cuenta?

Nayeon hizo una pausa para recordar, buscó en los ojos de su amada la respuesta.

-Jisoo...

Jeongyeon asintió con ganas.

-Sólo ella me escuchaba... Pero estuve allí, estuve contigo, no me veías, ella sí... La use para cuidarte aunque al principio no fue fácil... Ya lo tenía, Nayeon, creí que te estaba salvando, jichu también lo quería... - Sollozó-. Y no tendrías que haberlo hecho, Nayeon.

-Jeongyeon... Soy egoísta, pienso por mi misma, y... Por más que te esforzaras yo no iba a ser feliz... Nunca volvería a ser feliz sin ti, a mi lado... Y me perdí, me perdí entre toda la soledad y la culpa y la melancolía y ya nadie podría encontrarme, ni un psicólogo, ni Jisoo mandada por ti... Porque te necesito, no quería volver a ser lo que era antes de ti, no puedo soportarlo.

Jeongyeon negó, seguía sin estar de acuerdo.

-Por favor, Jeongyeon... Respeta la decisión que tome -suplicó, acercó su rostro al de ella, sus narices se acariciaron con suavidad-. Quería algo de felicidad y no lo iba a encontrar en mi vida... Porque ya no estabas, déjame estar contigo, es lo único que quiero -y juntó sus labios de nuevo, después de tanto dolor y espera, encajaban perfectos como siempre habían sido, y la japonesa correspondió con melancolía y lentitud dolorosa, mientras sus lágrimas se mezclaban con sus labios en un beso mucho más amargo que del que Nayeon hubiera imaginado, así que cortó el reencuentro para mirarla con súplica-. Por favor, Jeongyeon, ámame a pesar de lo que he hecho...

Jeongyeon la miró y dudó unos segundos, al final, tomó su manga, de sus blancos ropajes, limpió el rostro de su novia, para luego hacer lo mismo con el suyo, sonrió ligeramente y su sonrisa apareció.
-Si estás aquí entonces... Es porque ya no hay nada que hacer, Nayeon- murmuró-. Entonces... Te amo igual, Nayeon.

Y la coreana sonrió, sonrió ampliamente como no lo había echo en todo ese tiempo, y la japonesa volvió a abrazarla por el cuello, dejó besos en su rostro y volvió a sus labios, Nayeon rodeó su cintura con sus brazos, mientras se perdían en su reencuentro, besándose con cariño por largo rato, hasta separarse y mirarse con todo el amor del mundo.

-Sabes... Siento que Jisoo se está desesperando un poco, le diré.

-Iré contigo- Nayeon tomó su mano con cariño-. A dónde sea.

❝ Im Nayeon ya está conmigo, gracias, hermana ❞

VOCEMAIL ! 2YeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora