Enferma

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Las caras del destino en el cuál decía yo no creer se reflejaron en tus ojos, tus labios, tu voz. Pensaba que mi camino era seguro y llegaste para quebrar la tierra debajo de mis pies. Un terremoto de emociones me engulló y ahora me encuentro a mí misma, la razonable y estable mujer que todos ven sobrevivir, pensando y perdiendo la cordura con tu imagen en mis sueños, tu vos en mis oídos, y tu ausencia entre mis manos. Y vos ahí, sin saber nada o tal vez intuyendo todo, porque mis pupilas hablan más de lo que quisiera, no movés un dedo. Y la verdad, lo bien que hacés. Soy un templo maldito para cualquier explorador. Y esta historia enferma, torcida, es un cáncer. Y sé bien lo que es uno, por eso me siento libre de analogar. Porque esto que siento me duele, baña mi almohada de las lágrimas más amargas que jamás probé, me carcome el espíritu. Te sonrío mirando a otro lado, simulo una conversación tranquila con vos cuando en realidad tengo un aterrador tsunami ahogándome. Sí, estoy mal, dañada, perforada, sangrante, latente, podrida, caliente, desquiciada, desahuciada, moribunda, jadeante... Ya lo dije, enferma...

Des Variaciones (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora