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El camino a casa fue un torbellino de pensamientos para Jackson. Las palabras del joven estudiante resonaban en su mente, como un eco persistente. ¿Qué había detrás de esa sonrisa? ¿Cuántos corazones había roto en su camino hacia la cima? La duda lo atormentaba, tocando su ego y despertando inseguridades que prefería ignorar.

La mansión de Jackson se alzaba ante él, imponente y fría. Los reflectores de la prensa aún brillaban en la entrada. Pero esta vez, no eran solo admiradores los que lo esperaban.

Kwan, su chofer, abrió la puerta del auto. Jackson salió, la adrenalina aún palpitando en sus venas. Y allí, en el umbral, estaban sus amigos. Jungkook, Mingi, Namjoon, Eunwoo, Banchang y Jaehyun. Sus rostros reflejaban una mezcla de preocupación y curiosidad.

No dijo nada al verlos y solo caminó a pasos firmes a su lado mientras se dirigía a la puerta de su casa y la abría. No tenía que decir mucho; sabía que ellos estaban detrás de él y lo entendían, pese a que era un idiota y cara dura. Cuando estuvo dentro, se sentó en uno de los sillones en silencio, esperando a que uno de ellos hablara primero. No se sentía bien para romper él mismo el silencio. La atmósfera en la sala era eléctrica, cargada con la tensión de la entrevista que aún resonaba en sus mentes. Jackson notó la gravedad en los ojos de sus amigos y supo que no podía evitar el tema por más tiempo.

— Vi la entrevista — comenzó Eunwoo, su voz contenía una mezcla de frustración y preocupación — Jackson, ¿cómo pudiste dejar que esa pregunta te afectara tanto? — le dijo mientras se sentaba frente a él y miraba su rostro sin una pizca de preocupación en ella. Pero no a él, a él no lo engañaría, al igual que  sus demás amigos conocían al boxeador a la perfección y sabían que estaba poniendo una coraza dura frente a ellos para no derrumbar su firmamento.

Jackson sintió un nudo en el estómago al escucharlo. La pregunta del estudiante había sido un golpe bajo, una que cuestionaba no solo su integridad profesional sino también su historia personal.

— Lo sé, lo sé — admitió Jackson, pasando una mano por su cabello — Pero ese chico... tocó un punto sensible. No pude controlarlo — decía con un tono de amargura clavada en sus palabras.

Banchang intervino — Pero tienes que hacerlo, Jackson. Eres un líder, un ícono. La gente espera que mantengas la compostura, incluso frente a las provocaciones — negaba con la cabeza como acto de reproche para su amigo que justo ahora parecía un gato todo arisco ante cualquier comentario mal lanzado.

La tensión en la sala era palpable. Los amigos de Jackson lo miraban, esperando su respuesta. Sabían que él era más que un simple boxeador; era una figura pública, un modelo a seguir. Pero también era humano, con sus propias debilidades y luchas internas. ¿Cómo equilibraría su imagen pública con sus emociones personales? La respuesta estaba en sus manos, y todos aguardaban.

Jaehyun, que había estado en silencio, finalmente habló — No es solo sobre la imagen, Jackson. Es sobre nosotros también. Cuando te atacan a ti, nos atacan a todos — Era cierto; ellos habían trabajado mucho para intentar cambiar el humor y carácter de su amigo, para que no se dejara doblegar por una simple pregunta de un infante. Parecía que su esfuerzo no estaba dando frutos por ninguna parte.

Jackson miró a sus amigos; cada uno de ellos reflejaba una parte de su propia turbulencia interna — Tienen razón — dijo finalmente — No es justo, ustedes intentan que sea más cortés, pero se me hace difícil muchas veces. Es hora de enfrentar esto de buena manera. Mañana convocaré una conferencia de prensa; es hora de aclarar las cosas, por mi bien y por el de todos nosotros. No puedo permitir que rumores infantiles se lancen sobre mí y mi imagen. Si eso sucede, todos estarán detrás de mí como garrapatas, y no quiero eso. Solo estarían afuera de mi casa, abrumando mi espacio personal.

✰𝙔𝙊 𝙏𝙀 𝘿𝙊𝙔 𝙈𝙄 𝘾𝙊𝙍𝘼𝙕𝙊́𝙉✰┃𝙅𝘼𝘾𝙆𝙃𝙊𝙋𝙀 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora