CAP 1

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Juli.

Me desperté porque la hermana Susana me levanto, hoy teníamos muchas cosas por hacer. Una de esas es atender a un montón de familias que vienen, les explico cada mes se hace un almuerzo en la casa del refugio "nuevas vidas"  para recaudar fondos para construir nuevas habitaciones porque aunque no lo crean casi todos los días llegan nuevos pequeños o jovenes los cuales fueron abandonados y la hermana Susana los recibe con gusto y gratis. Así como un día me recibió a mi con solo tres años.

— Juli. — Me movió. — Levántate, tenemos que organizar todo.

— Si, ya voy. — No abrí los ojos.

— Juli, no me digas que te desvelaste otra vez por estar jugando con tu guitarra.

— Si, lo siento. — Cada palabra de ella me hacía caer de nuevo en un sueño profundo pues su voz era tan suave.

— Ay hija, me encantaría dejarte dormir más pero hoy es un día importante.

— Así es. — Suspiré y por fin abrí los ojos.

— Duchate con agua fría para que se te espante ese sueño y pereza que mira que la pereza es un...

— Pecado capital. — Termine la frase yo. — Tranquila que yo siento el agua y me activo.

— Eso espero, te espero en la cocina.

— Si señora.

Ella se fue y yo me levanté de la cama para buscar mi toalla e introducirme al baño.

Cami.

Eran las ocho de la mañana y yo apenas llegaba a mi casa porque estaba en la casa de Santi, mi mejor amigo.

Introduje la llave y cuando la puerta se abrió vi a toda mi familia desayunando.

— Hasta que llegas. — Hablo mi papá.

— Hola. — Saludé.

— ¿Donde estabas? — Pregunto mi mamá.

— Estaba con Santi, te lo dije ayer mami.

— Bueno, espero que hayas descansado bien porque vamos a salir.

— ¿Y a donde vamos? — Pregunté emocionada.

— Es sorpresa. Ve a ducharte.

Asentí y me dirije al baño. Cuando todos estuvimos listos nos subimos a el auto y mi papá manejo hasta el lugar a él que íbamos.

— ¿Un refugio? — Hablé cuando vi donde estábamos.

— Así es. — Respondió mi mamá. — Los trajimos aquí porque queremos que vean que no todo es fiesta y que conozcan que no todos tienen las mismas oportunidades que ustedes tienen y deben sentirse privilegiados con eso.

— Entremos, la hermana Susana debe de estar esperándonos.

Entramos al lugar y no era feo, es más tenía como una mini sala en la entrada, luego le seguían unas escaleras, un poco más alejado estaba la cocina y por último un gran salón donde estaban por lo menos cinco mesas grandes.

— Marcelo. — Hablo una señora a lo lejos.

— Herman Susana, ¿Cuánto tiempo? — Se abrazaron.

— Demasiado tiempo, Clara, ¿Como estás? — Abrazo a mi mamá.

— Muy bien hermana Susana ¿y tu?

— Igual. ¿Y eso que están aquí tan temprano?

— Bueno pues queremos que nuestros hijos vean que todo lo que se les da es un privilegio y la vida no se trata solo de fiestas. — Explico mi papá.

— Así es, hermana, ¿Podrías traer a Juli? — Pidió mi mamá.

— Claro. — Ella se fue a la cocina y luego volvió con una chica morena, más alta que yo, ojos cafés, morena era bonita no lo voy a negar. — Aquí está.

— Juli, ¿Como estás? — Dijo mi papá.

— Hola señor y señora Esguerra.

— Cariño, crees poder contarle tu vida nuestros hijos.

— Mamá, no creo que sea necesario. — Hablo Gael.

— Si es necesario, entonces Juli ¿Puedes?

— Claro, pasemos a uno de los comedores.

Caminamos hasta uno de ellos y nos sentamos y allí estuvimos por horas escuchando la historia de una desconocida.

Nueva historia 🤟🏻✌🏻

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