capitulo 3

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Cami.

Estaba en mi habitación viendo televisión mientras comía palomitas de maíz, en paz hasta que suena mi teléfono.

Santi 🤟🏻

Rojita, ¿Estas para salir?

Siempre, pero ¿A donde?

A tomar algo, estoy aburrido.

Okay, recogeme en cinco.

Okay.

Apague el televisor y me dispuse a arreglarme, cuando ya iba a terminar escucho que tocan la puerta.

— Pase. — Era mi papá.

— ¿Vas a salir? — Pregunto.

— Si. — Le respondí empacando mi celular y las llaves de la casa en mi cartera.

— ¿Tu no te puedes quedar aunque sea un fin de semana aquí?

— Ay papá, déjame. Estoy viviendo mi adolescencia antes de ser un adulto el cual no puede ni respirar por tantas cosas que tiene que hacer.

— No te estoy diciendo que te encierres simplemente digo que aunque sea un fin de semana la debes pasar con nosotros. Vamos a ir a donde la abuela, ¿Vienes?

Justo en ese momento sono el claxon del auto de Santi. — Lo siento, ya llegaron por mi, le mandas saludos.

Le besé la mejilla y salí de la casa.

Juli.

Estaba en mi habitación tocando la guitarra ya que no tenía nada que hacer, pues todos mis quehaceres ya los había acabado.

— Juli. — Era la hermana Susana tocando la puerta de mi habitación.

— Pase.

— Mira quién te vino a ver.

Se hizo a un lado y vi que era el señor Marcelo.

— Señor Marcelo. — Me pare de mi cama. — ¿Como esta? — Le di la mano.

— Muy bien Juli, ¿Y tu?

— Igual, muy bien.

— ¿Ahora prácticas guitarra?

— Si señor.

— Increíble, oye Juli, te tengo una propuesta. ¿Que dices si vienes a mi vivir a mi casa por un mes?

— ¿Que?

— Si, mira lo que pasa es que estoy cansado que mis hijos salgan y crean que todo se les va a dar, necesito que comiencen a reflexionar sobre la vida y que más que tú historia para hacerlos reflexionar.

— Señor Marcelo, es una propuesta muy grande. ¿Que le parece si me deja pensarlo?

— Está bien, tómate tu tiempo. Eso sí, le  dices a la hermana Susana sobre tu opinión y ella me lo hará saber. Espero tu respuesta Juli, cuídate. — Me extendió la mano y yo se la recibí.

— La va a tener señor Marcelo.

El salió de mi habitación y yo me quedé con la hermana Susana.

— Pensé que ibas a aceptar.

— Es que es una propuesta que me llegó de la nada y además estudio en el mismo colegio que su hija y no quiero que piense mal.

— ¿Estas en el mismo colegio que la hija?

— Si, el mismo me lo dijo el lunes cuando me trajo.

— ¿Y no te has topado con ella?

— Hasta el momento no.

— Juli, piensa muy bien tu decisión. Pero quiero que sepas que cualquier decisión que tomes te voy a apoyar. — Me tomo la mano.

— Gracias hermana.

La abrace y luego ella se fue.

Cami.

Cami, ¿estas bien? — Me pregunto Santi.

— No, estoy pensando en lo que me dijiste.

— ¿Que te dije? — Tomo un poco de su café.

— Lo que a mis papás de pronto se les ocurra adoptarla.

— Ay cami, lo decía jugando. No creo que a tus papás se les ocurra eso. Mantienen muy ocupados.

— Es cierto, a veces no tienen tiempo ni para mí hermano y yo.

— Ves.

Charlamos de otra cosa hasta que el me llevo a casa y al entrar vi que mis papás estaban hablando emocionados.

— Hola. — Saludé.

— Hola hija, llegaste más temprano de lo normal.

— Si, solo fuimos a tomar un café. ¿De que hablaban tan emocionados?

— De buenas noticias que cuando pasen les cuento.

— Okay, espero que sean las mejores u se hagan realidad. Voy a mi habitación.

Subí y me cambié, decidí ver televisión para matar el tiempo y otra vez mi mente me recordó lo que dijo santi, ¿Y si la adoptan? Y es que para que adoptarla si ni tienen tiempo para nosotros. Aparte estamos mejor así. Mejor me calmo y pongo atención a la serie que estoy viendo.

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⏰ Última actualización: Jun 11 ⏰

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