Tianglong camina nervioso por el lujoso salón de su casa, su mente aturdida por la noticia que su padre acababa de revelarle.
—Papá, ¡no puedo hacer esto! No estoy listo para debutar en Blackpink—dijo negando alterado.
—Lo siento, hijo, pero ya está decidido. Esta es una oportunidad que no podemos dejar pasar. Tu talento en el baile y el canto te convertirá en una estrella—respondió el alfa cruzado de brazos, mirando con seriedad a su hijo mayor.
El omega mira por la ventana, sintiendo el peso de la expectativa sobre sus hombros. Suspira y vuelve a mirar a su progenitor.
—Pero papá, ¡yo quiero ser actor o coreógrafo! No quiero seguir los pasos de los demás, quiero seguir mi propio camino.
—Tianglong, tienes que entender que este es el mejor camino para ti y para nuestro nombre.
Tianglong niega sintiendo que sus sueños se desvanecen ante sus ojos. Sus ojos se llenan de lágrimas y trata de controlarse.
—¿Y qué pasa con lo que yo quiero? ¿Con quién soy yo?
—Tu identidad está en nuestra familia y en tu éxito. Debutar en Blackpink te abrirá puertas que ni siquiera puedes imaginar.
—Está bien, papá. Haré lo que sea necesario—exclama mientras baja la mirada, sintiendo que su voz se pierde en la vastedad de las expectativas de su padre.
Con un nudo en la garganta, Tianglong se resigna a su destino, sabiendo que su debut en Blackpink será el inicio de una vida que nunca había imaginado.
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