15. Yeonjun

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Sonreí viendo la pantalla de mi teléfono. En ella aparecían tanto el rostro de Beomgyu aparentemente prestando atención a un videojuego, como Yuwon escribiendo en un cuaderno. Ella misma nos había llamado mientras hacía sus deberes de clase, dijo que estaba sola en casa y el silencio le distraía más que el ruido. Así que aceptamos aquella absurda pero útil llamada. No hablábamos, simplemente nos dedicábamos a hacer ruido para ella. Yo estaba haciendo otro trabajo para clase, así que tenía el sonido de las teclas del ordenador en bucle de fondo, y disparos de Beomgyu complementando. Me alegraba poder ayudarla, sobre todo ahora que estaba castigada. No podía salir de casa a parte de para clase, así que debía sentirse bastante sola la última semana.

—Yuwon.

—Nada de hablar, Yeonjun.

—Yuwon.

Levantó la vista de su cuaderno y me amenazó con sus grandes ojos.

—¿Cuánto tiempo estabas castigada?

—Hasta que termine el curso.

—¿Tanto?

—Era un mes, pero le respondí mal a un par de cosas y me aumentó.

Eso serían un mes y dos semanas... Bastante tiempo. Bufé volviendo la atención a la pantalla. Eso significaba que hasta verano no volvería al pueblo.

—Yeonjun, ¿juegas un rato?

Miré la hora que era, no me apetecía nada ponerme a las ocho de la tarde a jugar videojuegos. Tuve que negarme a encender mi televisor.

—Otro día.

—¡Nunca juegas!

Su puerta se abrió de pronto apareciendo su madre de fondo. Hacía un tiempo que no la veía, últimamente pasaba poco por su casa, ahora el centro de quedadas era la mía.

—Nunca juega y le va genial en la universidad, apaga esa cosa y estudia para variar.

Yuwon rió como nunca, no le importó que la madre de Beom la escuchara. Simplemente dejó todo salir. Incluso yo reí al escuchar a Beom defenderse. El pobre estaba en sus finales y debía evaluarse pronto para entrar a la universidad. Tanto él como Yuwon tenían la misma edad, pero estaban estudiando cosas diferentes. Por lo que sabía, Yuwon estaba en sociales y Beomgyu se había metido en humanidades. No sabía qué quería estudiar después Beom, pero apostaría por algo relacionado con periodismo. Su curiosidad e insistencia seguro eran útiles en ese mundillo.

Por obvias razones, Beom nos abandonó dejándonos solos en la llamada. No hablamos, simplemente me quedé ahí trabajando y cené también mientras hacía el trabajo. Ella también comió mientras tanto. Fue tierno verla leer hojas con la boca de ardilla llena de macarrones.

Su casa realmente estaba en silencio. A veces se escuchaba alguna ambulancia, pero nada más. Por lo que tenía entendido vivía en un piso bastante alto con buenas vistas, pero no solía apreciarlas mucho, solía tener todo cerrado.

Su mirada mostraba que estaba cansada, sus bostezos me lo confirmaban. Pero no parecía querer quitar la vista de sus hojas. Las dos o tres cabezadas me hicieron gracia, pero a la cuarta tuve que llamar su atención. Dije su nombre un par de veces hasta que posó sus ojos en la pantalla de su teléfono.

—Ve a dormir, en serio.

—Esto es para mañana, no puedo-

—Yuwon, te estás durmiendo. No te excedas.

—¿Me vas a hacer los deberes tú?—se acomodó en su silla y dejó el bolígrafo en la mesa.

Vestía con una camiseta roja, tenía una frase en inglés en blanco que no lograba leer. Supuse que era su pijama, y hasta que no se estiró hacia atrás no caí en que estaba sin sujetador.

Part Of Me -YeonjunWhere stories live. Discover now