"¡Kirsteen!".
Inhalé como si fuera la primera vez que lo hacía en vida. El recuerdo del sueño aún estaba fresco en mi memoria. Me senté en la cama, tratando de retener con desesperación los fragmentos de la visión, antes de que se disiparan gracias a mi poca capacidad para guardar información.
"Kirsteen, Kirsteen, Kirsteen, Kirsteen".
La cabeza me pesaba con cientos de dudas. Un suspiro escapó de mis labios mientras luchaba con la indecisión. Me encontraba dividida entre mi deseo de contarle a Caleb sobre lo que había descubierto y la necesidad más inmediata de hacer una visita al baño. Opté por obedecer el aviso de la urgencia física.
"Kirsteen, Kirsteen, Kirsteen".
Entré al cuarto de baño a paso apresurado. La sensación de extrañeza al haber experimentado un sueño vivido todavía prevalecía en mí. Barrí los ojos por el espejo en busca de cualquier indicio del fantasma, pero la habitación estaba tan vacía y silenciosa, que dejé atrás la posibilidad de un encuentro fugaz con ella.
"Kirsteen, Kirsteen".
Una vez que había terminado de atender el llamado de la naturaleza, salí trotando hacia la habitación de Caleb. Ya estaba cerca a esa puerta, junto a las escaleras, cuando una voz me detuvo en seco antes de que pudiera alcanzar mi destino.
"Kirsteen".
—¡Lily! —llamó Peyton, subiendo un par de escalones—. ¿No programaste tu alarma?, ya es super tarde.
—Sí que la puse —dije tratando de memorar si al despertar había escuchado la molesta canción por defecto, pero al palpar mis bolsillos, me di cuenta de que ni siquiera había traído el celular conmigo—. ¿Qué hora es?.
—Eso no importa, ven rápido —dijo Peyton moviendo la mano—. Te he guardado parte del desayuno, luego te cambias.
—¡Voy!.
Descendí por las escaleras para unirme a la primera comida del día. Sin embargo, al llegar al primer piso de la casa, me encontré con los compañeros de Lily en la sala de estar, ya perfectamente arreglados para salir a realizar la agenda programada. Yo era la única que seguía vestida con su pijama.
—He reciclado el mismo menú que preparé ayer —explicó Peyton desde la cocina con sartén en mano—. No creo que sea un problema para ti, ya que te gustó mucho.
—Tu comida siempre es la mejor —dije alzando mi pulgar—. ¿Pero qué no le tocaba hoy a Matt? —pregunté, viendo al presunto chef en turno perdido en el partido de softball que se transmitía en televisión.
—Me ofrecí por ser nuestro último día, mañana ya no habrá tiempo de preparar algo casero.
—¡Genial! —dije sintiéndome bendecida de perder la oportunidad de probar el intento de comida de Matt.
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La Dama de Listones Verdes #ONC2024
FantasíaCuando Lily Bennett se ve retenida de asistir a su excursión escolar, su hermana toma su identidad para ayudarla a pasar la materia. Todo parece ir según el plan hasta que la curiosidad la lleva a tocar una joya, desatando una profecía. -¡Hola, mi n...