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El sol se ocultaba tras las montañas, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados mientras Alicent Hightower paseaba por los jardines del castillo, perdida en sus pensamientos. .

–Ali, escapa conmigo. Casemonos, y vivamos feliz lejos de King's Landing –clamó Rhaenyra quien corria hacia ella con una gran sonrisa.

Ella se giró, sorprendida al escuchar a Rhaenyra.

–¿Qué dices, Nyra? No seas tonta, no podemos huir, lo sabes. –Murmuró nerviosa.

–Claro que podemos –Gruñó.

Alicent rió y camino hacia su padre quien la llamaba.

Rhaenyra la observaba con una leve sonrisa, si podrían huir.

Alicent se merecía todo lo bueno del mundo.

Desde que había posado sus ojos en ella, había caído rendida a sus pies.

Alicent Hightower era la gema más bella del mundo entero.

Su preciosa sonrisa de la Hightower fue la que la termino de arrodillar ante sus pies.

–Algún día podremos ser felices juntas, serás mi reina cuando tome el trono de mi padre –Se prometió así misma.

–Algún día podremos ser felices juntas, serás mi reina cuando tome el trono de mi padre –Se prometió así misma

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Estaba totalmente pasmada.

Daemon Targaryen era un maldito, un canalla, alguien que tenía a mil mujeres de entre las que podría elegir para casarse porque lo amaban.

Entre esas estaba su prima, Laena, quien seria realmente feliz con él.

Pero ahora veía que la Hightower había elegido ser quien se casara con él.

Esa maldita Hightower le había sido infiel.

Ahora entendía porque Alicent se había negado a huir.

"–Estamos más seguras con nuestra relación en la Fortaleza", había dicho ella.

Maldita víbora mentirosa.

–Cómo escucharon señores, Lady Alicent Hightower se casara con Daemon Targaryen en un mes –Exclamó su padre, Viserys Targaryen.

Rhaenyra podía observar la bella sonrisa de Alicent relucir mientras observaba a los ojos de Daemon.

Ella no era tonta, Alicent lo amaba a él.

–Ella debería estar muerta –Escuchó susurrar a Laena.

Rhaenyra asintió con amargura.

Concordaba con Laena.

No podía apartar la mirada de la escena frente a ella, donde Alicent y Daemon intercambiaban miradas llenas de complicidad.

Preferiría mil veces que Alicent estuviera muerta a que le perteneciera a su tío Daemon.

Le hubiera dado el mundo a Alicent si ella se lo hubiera pedido, no hubiera escatimado en nada para su amada.

"Mentirosa"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora