1. CRISTIAN

73 3 0
                                    


—¿Qué quieres tomar? 

—El camarero me tendió el menú de bebidas.

—Estoy esperando a alguien, así que esperare hasta que llegue, gracias.

—De acuerdo. Vuelvo más tarde.

Cuando comenzó a alejarse cambié de opinión. 

—¡Disculpa! —El camarero se giro a verme con una sonrisa en los labios.

—¿Te puedo ayudar?

Asentí. 

—Tengo una cita a ciegas, así que quería ser educada, pero creo que una bebida serviría para ayudarme a calmar mi ansiedad.

—Es una buena idea. ¿Qué te ofrezco? 

—Un vodka, por favor.

 Volvió al cabo de unos minutos con mi bebida y se apoyo en la barra para platicar conmigo.

—Así que tienes una cita a ciegas, ¿eh? 

Asentí mientras daba un sorbo a mi bebida que para mi gusto estaba un poco fuerte.

—Quería hacer feliz a mi madre, así que deje que una amiga suya llamada Monica, me organizara una cita con un sobrino de ella. Dijo que era como cualquier otro pero muy amable. Quedamos de vernos aquí a las siete pero llegue un poco antes, por los nervios más que nada.

 —¿Es la primera vez que vas a una cita a ciegas?

—La segunda. La primera fue hace unos 5 años y déjame decirte que hasta ahora no me he recuperado.

El camarero se echó a reír.

—Bueno, si se presenta alguien que no te gusta, yo te ayudo.—Señaló hacia el pasillo que tenía detrás—. Sé dónde esta la salida de emergencia.

Le sonreí.

—Gracias. 

Llego una pareja así que el camarero fue a atenderlos, por lo que dejamos de hablar. Mientras continúe mirando hacía la entrada esperando que mi cita llegara.

No planeaba escapar si no me agradaba a la vista, pero mi rostro solía hablar por mi, así que no quería que viera mi cara si es que me decepcionaba. No es que fuera alguien quien se basara solo en la apariencia, pero es lo primero que ve uno al conocer a alguien, sobre todo yo, que al ser más alta que el promedio de las demás mujeres la mayoría de los hombres con los que había salido eras un poco más bajos que yo o de mi altura y me terminaban dejando porque su masculinidad frágil no podían permitir que su pareja fuera más alta que ellos.

Unos minutos después, la puerta del local se abrió y entró un chico guapísimo y sobre todo, alto, muy alto.

Parecía salido de una revista de moda, me emocione mucho pensando que era mi cita, hasta que me di cuenta que él no podría ser el Cristian que había mencionado Monica.

Monica había descrito a Cristian como un fanático del deporte, sobre todo del  futbol. Y aunque intentaba preguntarle detalles sobre él y sobre todo si era alto, solo me respondía que era alguien como cualquier otro.

"¿Es alto? Normalito". "¿Es guapo? Normalito". "¿Está fuerte? Normalito".

Este chico era alto, delgado, usaba lentes y tenía una esencia que hacía que todo el mundo volteara a mirarlo, el pelo oscuro y un poco despeinado, pero de una forma que le quedaba muy bien y aunque venía vestido de manera sencilla con unos pantalones tipo cargo y una camisa beige, se notaba que tenía un cuerpo marcado.

PROPUESTA INDECENTE || EL MARIANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora