CAPITULO 18.

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Cuando Tom entró a la habitación,Bill lo miro con ojos iluminados notando las hojas en sus manos...

-haz tardado,ya podemos irnos?-pregunta con emoción aún con esa voz distorsionada.

-si,tu doctor quería hablar conmigo sobre algo, pero ya está todo resuelto-le sonrie sentándose junto a él en la cama.

-algo? Sobre que?-lo mira curioso.

Cuando Tom está por responder nota la correa de nuevo puesta en el delgado cuello del pelinegro y frunce el ceño confundido...

-te has vuelto a poner la correa?-acerca su mano para tratar de quitársela pero Bill retrocede alejándose de su alcance.

-por favor, no me la quites, la verdad me siento más seguro usándola, es una forma de creer que estás protegiéndome aunque no estes cerca de mí-dice con una expresión inocente mientras sujeta la correa con sus finos dedos.

Tom se sorprende ante la respuesta del pequeño pelinegro sin poder evitar sentir culpa y ternura al mismo tiempo, sabe que no se ha dado cuenta aún del engaño de la correa e intenta decírselo, busca las palabras adecuadas pues no quiere arruinar la creencia del pequeño ya que de alguna forma ha encontrado protección en una mentira que no sabe que es una mentira...

-Bill, tengo que decirte algo sobre la correa,es...-el sonido de la puerta siendo abierta lo interrumpe y se gira para ver quién ha entrado.

-eh! mocoso, te ves bien, si que has mejorado, incluso te ves más mayor -halaga Dylan acercándose al pequeño pelinegro y dándole una pequeña maleta.

-Gracias Dylan, sabemos que no es cierto, pero gracias por el cumplido, qué es esto?-pregunta mirando la pequeña maleta en sus piernas.

-solo son cosas que necesitarás, ya sabes! ropa,accesorios de belleza... tus cosas, Tom me pidió que te trajera todo-responde sonriendo sin saber exactamente cómo decir lo que hay dentro de la maleta.

El pequeño pelinegro abre el cierre de la maleta encontrándose efectivamente con ropa limpia, delineadores, algunos pigmentos oscuros para sus ojos, cepillo para el cabello,cepillo dental y una pequeña caja de regalo con un listón justo al fondo de la maleta...

-qué es esto?-cuestiona sonriendo mientras toma la pequeña caja sacándola de la maleta y abriéndola.

Tom sonríe con orgullo al ver la expresión tan feliz de Bill cuando saca un móvil nuevo de la pequeña caja de regalo...

-creí...que tal vez necesitarías un móvil para estar mejor comunicado con Dylan o conmigo,después de lo que pasó yo...-Bill interrumpe a Tom negando con la cabeza y sonriendo.

-lo que pasó no fue tu culpa, estoy consciente de eso, no te preocupes... y agradezco mucho el detalle-dice refiriéndose al móvil mientras lo saca de la caja encendiéndolo en sus manos.

-bueno basta de hablar mejor vístete y arréglate, el ambiente del hospital me pone muy nervioso-dice el rubio fingiendo un escalofrío.

Bill asiente sonriendo mientras se levanta de la cama y va al baño a cambiarse. mientras tanto los amigos se quedan solos y la sonrisa de Tom desaparece de pronto, Dylan lo nota y frunce el seño mirando a su amigo...

-está todo bien?-cuestiona sentándose en el sofá.

-sí,claro! por qué no lo estaría?-responde simple sentándose junto a Dylan.

-porque te conozco Tom, conozco esa mirada de preocupación, ha pasado algo-trata de indagar entre la expresión de su amigo.

Tom suspira bajando la mirada y asíntiendo...

-que es?-lo mira con seriedad escuchando atento e incrédulo lo que su amigo comienza a explicarle.

Mientras los amigos conversan sentados en el sofá Bill está cambiándose y arreglándose dentro del baño,tarda un poco ya que aún no puede moverse con tanta facilidad y se le complica el cambiarse solo,ajusta su cinturón, peina su cabello y maquilla sus ojos,se mira un par de veces en el espejo cerciorándose de verse presentable. Al salir del baño llama la atención de los dos amigos que conversaban seriamente,Dylan aclara su garganta suspirando y luego sonríe...

-ahora sí te ves como tú,mocoso,el look del hospital no va contigo-bromea el rubio poniéndose de pie.

Tom solo sonríe y se levanta del sofá mirando a Bill perdido en su belleza andrógina,hacía tantos días que no lo veía sonreír,ni con ese estilo único que solo él podía usar y verse perfecto...

-bueno hay que irnos, nos espera un largo camino-dice Tom mientras se acerca al pequeño pelinegro limpiando unas pequeñas gotas de rímel que han quedado en su párpado inferior.

Bill se sonroja demasiado pareciendo un tomate y se queda quieto sintiendo el corazón acelerado al tener a Tom tan cerca de él,incluso aspira un poco del perfume del castaño, siendo lo más discreto que puede...

-g..gracias-agradece nervioso y sonríe.

Tom asiente sonriendo y los tres salen del hospital,Tom entrega la hoja que le indicó el médico al salir del hospital al guardia,el cual abre la puerta dejándolos salir. Al estar fuera del hospital Bill nota que hay más hombres de lo normal afuera, incluso mientras caminaban por los pasillos del hospital recordó haber visto a varios hombres de Tom cuidando los pasillos y fuera de su habitación,no sabía si sentirse halagado o estúpido al necesitar tanta protección, se sentía débil por todo lo que dejó que la rusa la hiciera,en su mente divagaba pensando que tal vez debió esforzarse más,resistir, incluso dar pelea aunque lo hubiera costado la vida, al menos no estaría viéndose tan patético como él sentía que se veía en ese momento al casi estar muerto por culpa de su debilidad.

Vendido. (TOLL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora