2-0

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Sabe lo mal que se pone Guillermo cuando pierde con su selección, bueno, últimamente con cualquier partido, desde que comenzaron a decirle "el mil goles" veía a su esposo de un humor insoportable, por suerte debido a su lesión tenía un par de vacaciones que aprovecho para ir con Guillermo a apoyarlo, llegó para la semifinal contra Panamá donde fue una completa sorpresa para el portero, no lo había visto hasta el medio tiempo donde después de una nueva estrategia por el director técnico Lionel pudo ir a saludar a su esposo y darle el mejor de los deseos, la alegría de haber pasado a la final fue quitada.

¿De que servía si habían perdido la final? Lionel había ido junto a Sergio que estaba ahí por casualidad y decidieron ir ambos al partido, desde que se dio el primer gol decidió no ir al vestidor, la cara de Guillermo solo le dio a entender que si intentaba animarlo iba a terminar peleado con su esposo.

En el segundo gol aún tenía fe de que podían remontar, después de pauso el partido por gritos homofóbicos, admite que en el primero participo porque pensó que le decían al arbitraje pero se quedó callado cuando vio que era para el portero de Estados Unidos.

Lo inevitable paso, habían perdido la Nation League y a diferencia de otras veces admitía que todo el equipo tuvo sus errores pero sabía que todos dieron lo mejor que pudieron para intentar ganar.

— Creo que hoy dormiré en el sofá –susurro Lionel.

Prefería eso a ver a su esposo moverse en toda la cama porque el sueño no se iba a lograr ese día, fue valiente o intento serlo, con nervios cuando el equipo ya se iba a vestidores después de la medalla de segundo lugar decidió acercarse y recordarle a Guillermo que hoy lo apoyaría más de lo normal, que supiera que tenía a su esposo a su lado más sin embargo solo recibió una negativa.

— Deberías volver a Miami –dijo Guillermo molesto sin detenerse para ir a los vestidores.

Atrás venía todo el equipo que lo saludo como si no hubieran tenido un mal partido, no desahogando se en el como hace un momento hizo Guillermo.

Se quedó hablando con Jimmy Lozano que hablaba de lo decepcionante que esto había sido y como mejorarían para ir rumbo a la copa América.

Estuvo un buen rato ahí, incluso se le hizo raro ya que Guillermo no era de tardarse en la ducha, Sergio se había ido ya y solo quedaba esperar para ir al hotel, aunque supo que algo no estaba bien cuando vio a Diego salir ya que era de los últimos que se quedaba en el vestidor.

— Solo tomo sus cosas y se fue, sabes lo difícil que es para el estás derrotas últimamente.

Claro que estaba enojado, se quedó ahí como estúpido pero decidió guardar calma, agradecer al menor e irse para el hotel donde se estaban quedando, al llegar quería reírse de lo lejos que su esposo estaba llegando, al entrar noto sus maletas listas y ningún rastro de Guillermo, no se iría, se adentro a la habitación y pudo ver al mayor ya bañado con solo shorts deportivos y la parte de arriba descubierta.

— Puedes irte.

— Estás siendo grosero.

— Nadie te pidió que vinieras, no quiero tenerte cerca.

El tono de voz daba a entender que era enserio pero nuevamente no se iría, no tenía el porque hacerlo así que solo se sentó en la cama haciendo que Guillermo soltara una queja.

Lionel no va a admitir que siente ganas de llorar por como está siendo tratado pero últimamente no es nada nuevo, su esposo lo ignora o habla mal cuando consigue derrotas en su equipo en Italia y ahora en selección.

— Neta que te voy a pedir un taxi, largo.

— Cuando perdí copa América y el mundial en 2014 me ayudaste porque entre en un episodio depresivo, apesar de eso siempre intentaba hacerte sentir bien y agradecerte el apoyo pero estás siendo hiriente, se que te duele pero no es mi culpa tus derrotas, solo quería venir a apoyarte y lo siento si no lo logré, está bien Guillermo, me voy.

Después de eso intento controlar su llanto y levantarse para ir a dónde estaban sus maletas cuando escucho la voz de su esposo.

— Perdón, quiero que te quedes...

Lionel dudaba de darse la vuelta y aceptar así que se quedó quieto apretando la manija de la maleta con fuerza.

— Me gusta lo que hago pero no estoy rindiendo, se que tal vez debería retirarme pero no quiero terminar mi carrera así, que la afición solo me agradezca por dejar mi puesto, no quería admitir lo hiriente que estaba siendo contigo, no tengo justificación pero quédate porque se que si te dejo ir puedo arruinar este matrimonio por mi estupidez.

— Estos últimos meses fuiste muy hiriente, ¿Porque cambiarías, donde quedo mi esposo?

Dejo callado a Guillermo que solo bajo la mirada avergonzado.

— Quiero que te quedes pero si sientes que he pasado la raya te daré un tiempo.

¿Cómo iba a dejarlo solo? Volvió con sus maletas camino a dónde estaba Guillermo, al llegar y estar frente a frente acaricio su mejilla para sonreír.

— Si no nos separaron los periodistas con sus rumores de infidelidades cada semana menos lo hará esto.

— Perdoname Leo.

— Me lo vas a recompensar después ahora vamos a la cama para que descanses, si quieres desahogarte no te lo guardes.

Con eso lo abrazo siendo aceptado.

Sentía felicidad por al fin hablar de su inconformidad con la nueva actitud de su esposo, si está oportunidad no se hubiera presentado tal vez hubieran llegado a un divorcio por la intensidad del problema, acaricio lo rizos del mayor para hacerle saber que estaba ahí, que lo apoyaría.

Fue una noche larga donde Guillermo confirmo otra vez que se ganó la lotería con Lionel, era alguien que cualquiera desearía poder tener y el era el afortunado, pudo llorar con el hablando de su decepción sobre el mismo ante los partidos que estaba disputando, hablando de sus inseguridades, en un momento de la noche hablaron de como Lionel se sentía con el repentino cambio de actitud y como el mexicano lo iba a mejorar.

En las buenas y en las malas estarían juntos.

𝘖𝘯𝘦 𝘴𝘩𝘰𝘵s | FIFADonde viven las historias. Descúbrelo ahora