ℬ𝓁𝑜𝑜𝒹 𝒶𝓃𝒹 ℒ𝑜𝓋𝑒 (𝑹𝒉𝒂𝒆𝒈𝒐𝒏 𝑺𝒉𝒊𝒑)

~Capitulo 4~

Capitulo 4:

Rhaenyra daba vueltas en círculos nerviosamente una y otra vez por el salón de Driftmark. La noticia que su padre había compartido con ella había sido una daga de información clavada justo en su alma. Ya no podía estar tranquila, no dormía desde entonces, apenas comía decentemente ¿como podía estar normal? Solo por ser princesa todos los demás tenían completo control sobre su vida. Sentía que necesitaba el consejo de Rhaenys. Todos en Westeros conocen su historia, la reina que nunca fue ¿quien mejor para aconsejarla?

—Rhaenyra, me encanta que me visites pero me poner nerviosa—comentó Rhaenys desde su silla.

La joven princesa miró con una mezcla de enfado y angustia a la respetable mujer—lo siento—bajo la cabeza avergonzada y jugueteo con sus manos.

—estas nerviosa puedo notarlo—Rhaenys dio un suave cabezeo para el costado—de que se trata?

Rhaenyra miró unos segundos el piso, más específicamente sus pies que sobresalían cuidadosamente de su adornado vestido color amarillo suave con detalles rojos.

—se trata de mi hermano Aegon—la joven princesa dio un angustioso suspiro. Desde que su padre le había informado de su compromiso con Aegon ella habian experimentado todo tipo de emociones a lo largo de esos últimos días.

—esto es por el arreglo matrimonial?—la voz de Rhaenys junto con su pregunta perpetraron brutalmente sobre la mente y el alma de Rhaenyra ¿como lo sabía? La noticia no sé había anunciado públicamente.

Ante la pregunta de Rhaenys los ojos de Rhaenyra se iluminaron como dos estrellas en una cielo de anochecer invernal—¿ya lo sabe?

—tu padre envió una carta—la voz de la astuta Rhaenys provoco un terrible nudo en la garganta de Rhaenyra. Entonces la decisión ya estaba tomada completamente, seguramente no tardaría en hacerse pública.

La visita a la habitación de Alicent la había calmado mucho. Había estado horas jugando con Aegon y eso le había dado una sensación de calor y armonía por todo su cuerpo. Realmente no tenía dada contra su pequeño hermano, solo había un mínimo problema.

—tiene dos años

Por más que Rhaenyra había evitado una y otra vez el tema de conversación sobre su futuro esposo, ya no podía seguir guardándose ese problema. Aunque intentaba esta situación no era de su agradó. La noticia la había puesto en una posición extraña, de todos los pretendientes que podia su padre elegir ¿por qué justo el pequeño Aegon? El hijo de su mejor amiga de la infancia, Alicent y sin dejar a la ligera, su primer amor. Era algo que ni mil horas de juegos con Aegon podrían compensar.

—crecerá—Rhaenys tomó una postura firme en el asunto, no es que realmente fuera un tema de su incumbencia.

—¿por qué mi padre elegiría a Aegon? La mitad de Westeros desea mi mano en matrimonio.

Eso era cierto, más de la mitad de Westeros quería casarse con ella. Pero también era cierto que Rhaenyra rechazaría a cada uno de ellos sin dudarlo. No deseaba casarse con nadie. Pero de igual forma Alicent tenía razón, podía ser peor. Y sin lugar a duda prefería a Aegon antes que a Jason Lannister.

Los fríos y antiguos muros de Driftmark se llenaban lentamente de las palabras que Rhaenyra y Rhaenys compartían. El mundo entero hubiera deseado estar presente para escuchar esa conversación

—escúchame Rhaenyra, eso no es más que un plan de Otto Hightower. Se está volviendo costumbre aparentemente

Rhaenyra dio un suspiro que le recorrió todo su cuerpo adornado por el elegante vestido. Se sentía agobiaba, mareada, destruida por dentro. Alicent había sido víctima de los juegos de Otto Hightower, de sus trampas para poder quedarse con el trono, de sus conspiraciones. Y ahora ella estaba allí, en Kingslanding, sola.