Un Shinobi de Paradis

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18: Annie Leonhart
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Había pasado un mes y una semana desde que ingresaron al Cuerpo de Entrenamiento, y casi todos se esforzaban mucho por llegar al Top 10, algunos más que otros. A muchos no les importaba realmente, ya que querían unirse a la Guarnición para alejarse de los Titanes. Para unirse a ellos, alguien no necesitaba estar en el top 10. Pero personas como Jean, Marco, Eren, Mikasa y algunos otros se esforzaban mucho por llegar al top 10.

Después de que Eren había pasado la prueba de ODM Gear, Naruto había esperado que sus peleas con Jean terminaran, pero en cambio, su rivalidad con Jean solo había aumentado; en cambio, no pasaba un solo día en el que comenzaran a insultarse de la nada. Al principio, había sido divertido, pero ahora se había vuelto aburrido. Algunos de los cadetes hacían apuestas sobre cuánto tiempo les tomaría esta vez comenzar una pelea.

Eren quería pelear con él porque Jean quería unirse a la Policía Militar; Jean estaba principalmente celoso de Eren ya que a Mikasa le gustaba y a menudo interrumpía sus peleas con Eren antes de que pudieran escalar.

A veces, era el deber de Naruto terminar las peleas antes de que comenzaran. Lo único bueno que había sucedido desde que terminaron la prueba de ODM Gear era que Mikasa apoyaba más a Eren de una manera que no lo hacía enojar. Ella demostró que creía más en él, y Eren parecía haberlo notado, mencionándolo con Naruto ya que eso era algo que discutía solo con Naruto.

Su amistad con Krista e Ymir se había fortalecido, bueno, sobre todo con Krista. Las pecas feas todavía le gruñían cada vez que Naruto estaba cerca de Krista o la hacía reír.

Un día, mientras trabajaba en la cocina, Naruto también había recibido algunas lecciones de cocina del chef. No tardó mucho en dominarlo; el chef le dijo que había hecho un trabajo increíble y que tal vez debería convertirse en chef en lugar de soldado. Sasha, de alguna manera, había sido la primera en aprender que podía cocinar bien y le había rogado que le cocinara algo; Naruto le había prometido que cocinaría pronto, un plato que la haría lamer el plato, algo que había hecho que los ojos de Sasha brillaran como grandes gemas.

Naruto escapó de sus pensamientos cuando escuchó el sonido de pasos, que rompió el silencio y lo devolvió a la realidad. Con cada paso, el sonido se hacía más fuerte y cercano hasta que estuvo justo afuera de la puerta del dominio del chico. Todos los demás dormían profundamente; por alguna razón, Connie no podía encontrar consuelo en el sueño. Su cuerpo se retorcía y giraba inquieto, y se movía de un lado a otro mientras dormía, incapaz de encontrar una posición cómoda.

De repente, un sonido fuerte y atronador rompió el silencio pacífico de la noche: Connie había soltado otro pedo sonoro. Era la quinta vez que lo hacía esa noche y parecía que esta sinfonía penetrante no tenía fin.

Naruto no estaba seguro de cómo Connie podía tirarse pedos tan a menudo. Su mirada se dirigió a Reiner y Bert. Bertholdt tenía quizás la posición para dormir más extraña que había visto en su vida. Con la parte superior del cuerpo cómodamente apoyada en la cama y las piernas estiradas y apoyadas contra la pared cercana. Connie había dicho que era una obra de arte.