Nunca pensé que iba a experimentar la sensación de dejar todo lo que te ha hecho ser tú atrás. Me aterraba la idea de abandonar Inglaterra. Dejar mi país, mis amigos los cuales me han acompañado siempre, y sobretodo, lo más que me dolía era tener que dejar mi equipo de Volley atrás. Quizás no era todo tan malo, pues he visto que en Japón hay buenos equipos, pero nada comparado con lo que era mí equipo.
Tras subirme en ese avión con mis padres, miles de emociones invadieron mi cuerpo. Irse a vivir a un país el cual no controlaba el idioma no me parecía un buen plan, y todo esto es por que a mis padres les surgió una oferta de trabajo allí. Obviamente a mi no me parecía bien, pero no podía hacer nada. Para no estar tan perdida cuando llegue, mis padres un mes antes de ir a Japón me apuntaron a clases de Japonés, ahora al menos tengo lo básico y necesario, o al menos eso creo.
-Charlotte, cariño, estamos a punto de llegar ya- Me despertó mi madre, pues ya se veía tierra a través del avión. No estaba lista para esta nueva vida. Iría a la preparatoria Nekoma en Tokyo, en Inglaterra es distinto, pero por mi edad convalida a estar en segundo año de preparatoria. A priori no estaba mal, además de que tiene buen equipo de Volley.
Finalmente el avión aterrizó, era medianoche, y dentro de tres días empezaría la preparatoria, sé que todo es muy apresurado, pero a mi familia y a mi se nos da genial eso de dejar todo para último momento. Total, que tendría que ir preparándome mentalmente desde ya.
Desde que llegamos a casa, todo había sido un rollo, ya sabéis, mudanza, recoger y limpiar. El curso ya había comenzado, si no calculo mal, están a mitades del primer semestre, así que tengo completamente asumido que se me va a hacer muy complicado hacer nuevos amigos, todos los grupos ya están hechos. Cabe recalcar que siempre se me ha dado bien hacer nuevas migas, pero claro, no puedo olvidar el echo de que estoy en un país desconocido, así que que creo que estoy preparada para cualquier cosa.
Me levanté el martes temprano y fui a dar una vuelta para conocer el entorno, así mañana sabría como llegar a clases y no parecer una guiri perdida, por que, con solo oír mi nombre, Charlotte Allen, te das cuenta al instante que no soy de aquí. Además, tengo una pinta muy típica de la gente de Inglaterra, pelo liso y rubio, piel pálida, pecas, y ojos azules, eso sí, la genética de mi padre me ha hecho ser tan alta, pues mi padre mide 1.90, y yo 1.77, altura que aprovecho para jugar al volley.
La verdad que en el pueblo no había nada interesante, no podía evitar comparar todo con Inglaterra. Decidí irme a casa y preparar las cosas para mañana, estaba suuuuúper nerviosa. Planché meticulosamente el uniforme, era bonito, pero a primera vista incómodo. Ese día cené y me fui a dormir corriendo, pero fue en vano por que me costó más de tres horas dormirme. Quería tener un buen comienzo de clases, que todo salga bien y poder volver a casa con buenas anécdotas, quizás tenia muchas esperanzas.
Me levanté al rededor de las seis y media para poder arreglarme con tiempo, pues soy una tardona. Me vestí con el uniforme el cual planché el día anterior y fui al baño. Me miré al espejo y la verdad que no tenía tan mala cara, al tener la piel pálida se me solían notar mucho las ojeras, pero ese día milagrosamente fue una excepción. Me peiné el pelo y salí a desayunar. Quería causar buena impresión.
-Lottie, buenos días, estás muy guapa, te he preparado el desayuno, está sobre la mesa- Me dijo mi madre. Creo que ella siempre ha sido la que me sube los ánimos y la que me apoya con todo, mi madre sabe perfectamente que hoy puede ser un día complicado, pero me quería demostrar que ella estaba allí para todo.
-Gracias mami, ¿dónde está papá?- Pregunté.
-Está arriba durmiendo, te desea mucha suerte, ahora corre y desayuna que si no no te va a dar tiempo- Asentí y seguidamente hice lo que me dijo. Una vez acabé de hacer todo, cogí mi móvil, me puse los cascos y me despedí de mi madre.
-Adiós mami, ten un buen día-
-Cariño, ¿tienes el mapa de donde está la preparatoria? - Preguntó preocupada y yo asentí- No quiero que te pierdas, ya sabes que esto es nuevo para las dos-
-Ya lo sé, no te preocupes, ¡chaoo! - Grité mientras salía por la puerta con la música puesta. Siempre me he considerado una persona amable y cariñosa, la gente de Inglaterra al menos me describía así, así que mas que a nivel académico, lo más que me preocupaba eran las amistades.
Para que mentir, estaba más perdida que una aguja en un pajar, ahora entiendo por que dicen que esto es tan grande, tendría que haberle hecho caso a mi madre y coger el mapa.
Mientras caminaba, me encontré a un chico demasiado alto, peligris y ojiverde, tenía puesto el uniforme del Nekoma así que decidí preguntarle que dónde se encontraba la preparatoria.
-Hola, ¿sabes dónde está la preparatoria Nekoma? Es mi primer día y estoy un poco perdida-
-Ah, hola, yo también estoy yendo hacia allá, si quieres te acompaño- Respondió amablemente el chico. Tenía pinta de ser amable, creo que se me da bien eso de analizar a la gente.
-No es nada. Mi nombre es Haiba Lev. Woahhh, ¿no eres de aquí cierto?-
-Yo soy Charlotte Allen, prefiero que me llames charlotte, y sí, soy de Inglaterra y recién acabo de llegar- Respondí sonriente.
-¿¡Inglaterra!?,- exclamó boquiabierto- eso es genial. ¡Pues yo soy de Rusia!- Dijo casi gritando. Vaya energía tiene este chico- Bueno, en verdad soy de Japón pero tengo familia rusa-
-Bueno, no estamos tan lejos- Dije riendo -oye Lev, ¿de qué curso eres?
-De primero, ¿y tú?- Vaya, creo que las apariencias engañan.-Ah, de segundo, pensaba que eras más grande- Dije tímida.
-¿¡Enserio!?, soy genial a qué si- No entendía por que este chico gritaba tanto.
-Ah, sí, perdona si te ofendí-
-Para nada. Pues para ser inglesa tienes buen acento- Creo que estaba mintiendo para hacerme sentir bien. Mi acento es pésimo -ya hemos llegado- La preparatoria es enorme a primera vista, no me quiero imaginar por dentro. Me iba a despedir de Lev pero una voz se me adelantó.
-¡Lev! Te estuvimos buscando, ¿dónde estabas?- Sonó a lo lejos, parecía alguien enfadado. Me di la vuelta y vi al rededor de 6 chicos mirando hacia el. Creo que estoy en un mal lugar.
-Bueno Lev, un placer conocerte, nos vemos pronto ¿sí? - Me despedí de el antes de irme.
-Adiós Charlotte, ¡ten un buen día!- Hizo lo mismo que yo sacudiendo la mano de un lado a otro en forma de despedida.
Después de aquello, me adentré a clases y fui al interior de la preparatoria. Mi primera clases era mates así que fui al aula de matemáticas.