No sabe en que momento actuó, ni el porque, pero eso fue lo que menos le importo en ese momento.
Ambos estaban tirados en el suelo, Bastián agarraba a aquel desconocido con fuerza, por el miedo de que si lo soltaba saltara.
—¿¡Qué mierda estabas haciendo!?, ¿¡acaso estas demente!?, ¿¡qué estabas…!? – Los gritos se detuvieron al sentir pequeñas gotas cayendo en un de sus manos, así como también se detuvo al escuchar los sollozos de parte de aquel individuo.
—Lo siento… lo siento mucho, perdón… – El sonido del llanto era silencioso, pero fue lo suficientemente fuerte para Bastián para entender que esta persona necesitaba consuelo y ayuda.
—No, yo soy él que se debe disculpar… no quería decirte nada malo, perdón… – Él sabia que unas disculpas no eran suficiente para consolar a alguien que lastimó con sus palabras, sabiendo que se encontraba en un estado vulnerable y en una situación delicada.
Los sollozos se calmaron, pero no cesaron, no hubo objeciones de ninguna parte, la lluvia se había calmado, lo único que sentía el frío combinado con el temor de este desconocido, junto con la impotencia de Bastián para no soltarlo.
Al paso de unos segundos, ambos se levantaron, no se veían a la cara, sin embargo el agarre de la mano de parte de Bas, era fuerte, lo suficiente como para no dejar ir al otro.
—¿Por qué me ayudaste? – Dijo el chico.
—Pues… ni yo lo se… –Bastián levanto la mirada, encontrándose así con los ojos del chico, rojos por el llanto y las lágrimas que aún salían de sus ojos.
—No me esperaba que nos volviéramos a ver de esta forma… – Le tomó algo de tiempo reconocerlo, pero al saber de quien se trataba, fue un shock de sorpresa.
—Te llamabas Artem, ¿no es así?, ¿Por qué trataste de hacer eso?
El silencio que Artem dio como respuesta, hizo entender que aún no estaba preparando para dar una razón.
Si bien, ni él sabia porque decidió llevar a Artem con él, simplemente pensó que era lo mejor, tomando en cuenta que Artem no se encontraba en el mejor momento de su vida, además, que ya había vivido situaciones parecidas a estas, en las que no pudo hacer nada.
—¿Quieres que te traiga algo?, ¿agua, té o algo de comer?
—No hace falta, gracias. – Bas lo miro durante unos segundos, y a pesar de lo que el contrario le había dicho, le trajo algo de comida y un té.
—Debes comer, al menos un poco, no quiero que te desmayes.
—Gracias…
El ambiente se quedó en silencio, ninguno de ellos sabia que decir al respecto, Bastián quería saber el motivo del intento de suicidio, pero no quería presionar a Artem a decir algo personal. El silencio fue interrumpido por el sonido del teléfono de Artem, quien corto la llamada rápidamente.
—¿Quién era? – Pregunto Bas inconscientemente, quien al ver la mirada fría de Artem, entendió que no era alguien del cual no se debía hablar – Lo siento, se me escapo.
Las horas pasaron, y ya era prácticamente de noche, y eso se podía apreciar por las ventanas.
Bastián se encontraba abrazando a Artem, el cual estuvo llorando por bastante tiempo, seguramente por algún pensamiento que lo hizo recordar algún momento horrible.
Al cabo de unos momentos, Artem se había quedado dormido en los brazos de Bas, quien al verlo, se carga y lo lleva a su habitación para que duerma más cómodamente.
Tras dejarlo recostado, Bas se dirige hacia la planta baja del edificio, ahí empieza a tocar la puerta del dueño del edificio.
—¿Bastián?, ¿qué te trae por aquí a éstas horas?
—Escúchame, tengo a alguien que puede que vaya a quedarse unos días o semanas conmigo, parece que no tiene a donde ir, así que vengo a decirte que voy a pagar el alquiler de dos personas.
—¿Disculpa?, oye relájate estas histérico, cuéntalo, pero más lento, por favor.
—A ver, ahora mismo, hay otra persona en mi apartamento, que no tiene donde ir por lo que veo, tampoco parece querer hablar con sus conocidos, y bueno, estoy planeado que se quede conmigo por unas semanas para que se recupere, así que vengo aquí a darte dinero que cubre el hospedaje de dos personas, Beau.
Beau miro a Bastián con sorpresa, y luego le dio una sonrisa.
—No hace falta que me pagues, veo que estas ayudando a ese muchacho, y por lo que veo, esta pasando por un momento difícil, así que no te preocupes por el dinero.
—¿De verdad? – Hablo con confusión – Eres la mejor persona que conozco, lamento las molestias, buenas noches, que descanses. – Dijo con una sonrisa, para retirarse.
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📖𝙱𝚕𝚘𝚚𝚞𝚎𝚘 𝚍𝚎𝚕 𝚎𝚜𝚌𝚛𝚒𝚝𝚘𝚛📖 /𝙱𝙻
RomanceLa carrera de Bastián como escritor estaba entre la espada y la pared, no sabía cómo acabo en esta situación, no había escribido nada en los últimos meses, necesitaba una experiencia nueva, y la consiguió, luego se conocer a alguien especial para el...