(Actualidad)
── ¡Tu solo corre! ──Grite mientras lo empujaba para empezar a correr por las calles.
Conocer de memoria cada parte de Nueva York era algo que nunca me había servido en la vida y, para ser sincera, pensé que nunca me serviría hasta ahora. Por primera vez en toda mi corta existencia le agradecía a mi madre por haberme enseñado cualquier cosa que se le ocurriera, hasta la más ilogica.
── «¡Gracias mamá por hacerme aprender cosas in-necesarias!» ──pense para mis adentros.
Sabía correr muy bien, claro, pero estar corriendo con un traje formal de fiesta con zapatos que me molian los pies con cada pasó no era lo más adecuado. Sin embargo, agradecía a mis instintos por hacerme llevar mis zapatillas de correr solo por si acaso, lamentablemente me los tendría que poner después.
Las calles estaban llenas y casi nadie notaba a cinco tipos de dos metros de alto persiguiendo a dos niños de, aparentemente, segundo de secundaria por toda Nueva York. Las luces de los carros a veces me aturdian un poco pero, si quería seguir con vida, tenía que correr como si no hubiera un mañana.
── «El profesor de física estaría orgullos» ──esas palabras provocaron unas risas en mi.
── ¡¿Estas loco o que, Isaac?! ──me gritó mientras corría a mi costado y se notaba que estaba haciendo su mayor esfuerzo por no desmayarse ya que el nunca había sido alguien atlético.
── ¡Callate y dejame ser! ──le respondí
El soltó una carcajada y siguió corriendo conmigo. No entendía porque tenía que pasarme esto justo a mi pero este problema me había llevado a esta situación y, para ser sincera, nunca me había sentido tan viva como ahora. El aire golpeando en mi cara mientras las personas me insultaban ya que yo corría terminaba empujando a algunas, algo memorable.
Vi la oportunidad de desasherme de algunos de esos tipos, así que fui y tome la mano de mi acompañante para arrastrarlo a una, matemáticamente, posible muerte conmigo si es que no era lo suficientemente inteligente.
Vi su cara de terror, le sonreí y pareciera que se asustó aún más. Entonces lo vi, el momento exacto. Tome aire y corri entre los carros que circulaban por la pista. Algunos tocaban las bocinas de sus autos mientras que otros hacían que sus luces delanteras se apagarán y prendieran. Quizá esperaban que re-capacitará sobre la peligrosa acción que estaba haciendo ahorita pero mi vida (ah, y también la de Alex) dependían de esta acción loca, no iba a detenerme.
Pero claro que no perdí la oportunidad de burlarme de la expresión de mi amigo al lado mio.
── ¡Realmente estas loco, niño genio! ──me gritó.
── ¡Mira quien habla, Calabaza! ──contraataqué.
Al llegar al otro lado de la calle, voltee mi cabeza para fijarme en aquellos sujetos para notar como tres de ellos intentaban no ser atropellados por algún carro que pasaba por ahí mientras que los otros dos corrían hacia nosotros. Mire al frente y sonreí al divisar un callejón que terminaba en una montaña de bolsas de basura.
── «¡Perfecto!» ──Pense y tome la muñeca de Alex con fuerza.
En el preciso momento en que los hombres de traje negro estaban muy cerca de nosotros, me hice hacia una lado y jale a el de cabello negro conmigo, a lo cual este soltó un chillido por la repentina acción. ── «definitivamente me burlare de eso» ──solte una risa.
Cuando me asegure que los que faltaban ya no estaban en condiciones de seguir con la persecución. Jale un poco al chico a mi lado para indicarle que había que irnos en ese momento si no queríamos que mandaran a alguien más a buscarnos. Después de todo, mi plan funcionó.
¿Que puedo decir?
Soy un Genio
. . .
(Cuatro meses antes)
Para casi todos los alumnos de secundaria, los exámenes parciales son los más importantes y estresantes de todo el año escolar.
Bueno, para mi no.
Desde que nací, todos supieron que era inteligente cuando levante la mano al momento en que una enfermera menciono mi apellido. Eso me llevo a ser sometida a muchos experimentos sociales. Me hicieron pruebas de inteligencia y a las tres años y medio ya me encontraba entrando a primero de primaria. ¿Sorprendente, no? Para todos lo fue. Lamentablemente, para mi madre, no era así.
Me metió a cualquier cosa que se le ocurriera.
¿Esgrima?, El mejor; ¿Karate?, Cinta negra; ¿Matematicas?, Primer lugar. Absolutamente en todo tenía que ser perfecta y, al principio, me gustaba. Poder ser el mejor me encantaba, tanto que me ofrecía a ayudar a otros. Sin embargo, parecía que a los de a mi alrededor (excepto mi familia) les parecía que mi talento en las cosas era fastidioso.
Ellos estaban artos de los elogios y las preferencias que todos tenían hacia mi.
"¡Isaac, perfectas ecuaciones!"
"Perfecto como siempre, señor Sullivan"
"Por algo eres un Armstrong, Isaac"
Así es. Yo soy Isaac Sullivan Armstrong y por eso (aparte de mis magníficas calificaciones) todos me tratan como si yo fuera algún tipo de ser divino o algo por el estilo.
Bien, seamos sinceros, hay demasiadas personas que tienen una idea equivocada sobre lo que es poseer una inteligencia Suprema a la de los demás. No, no soy egocéntrico, solo se ver lo que pasa a lo alrededor y yo no soy como los demás. Eso lo tengo claro.
Es la maldición de ser un Genio.
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GENIUS
ActionIsaac es un genio *** ♣ Isaac odia su vida. Sin embargo, su única amiga era su tía, Helena Armstrong, quien la escuchaba siempre que el tenía alguna queja de la vida misma. Ahora su tía estaba en peligro y el debía salvarla pero ¿Cómo un chico de c...