𝐓𝐇𝐄 𝐃𝐄𝐀𝐋 ; 𝙖𝙥𝙥𝙡𝙚𝙧𝙖𝙙𝙞𝙤

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Cuando recuerda que le debe un favor a Lucifer siente que su sangre hierve, trayendo un mal sabor de boca y una punzada en la gran cicatriz en su pecho que le arruina el resto del día. Habían pasado dos semanas en donde se disgustaba con solo recordarlo y había arruinado sus reuniones con los demás soberanos, en sus transmisiones de radio o mientras realizaba sus labores diarias en el hotel. Fue una tarde en el barrio caníbal que Rosie le llamó la atención explicándole que no puede seguir así, que, si tanto le disgustaba deberle un favor al rey, entonces debería buscar algo para compensar lo que hizo por él.

Y eso los trae de vuelta al presente. El cuarto estaba mayormente desordenado, algo impropio de un rey o de lo que espera encontrar de uno, pero Lucifer es así, el lío de patitos de goma le hace dar cuenta que no puede esperar mucho del rey del infierno. Se puso a trabajar, buscando en cajones, solo había ropa; en el armario, solo guardaba trajes; bajo la cama, polvo y más patos de goma.

Las orejas de Alastor se movieron cuando detectaron unos pasos provenientes de afuera de la habitación junto a unas voces que pertenecían a Charlie y al dueño de la habitación, Lucifer. Alastor vio el lugar pensando que hacer o por dónde huir. Finalmente decidió utilizar su sombra como lo había hecho en un inicio, para entrar. Pero lo que ocurrió después no es algo que esperaba.

No logró traspasar la pared, no totalmente. La mitad de su cuerpo había pasado y la parte inferior de su cuerpo quedó estancada. Trató de activar sus poderes, se movió desesperado mientras golpeaba el muro, derrotado de que sus poderes hayan decidido fallar en un momento tan crucial.

Mierda, mierda, mierda

Alastor escucha la singular voz del rey del infierno despedirse de su hija, sus orejas tratan de captar lo que sucedía afuera de la habitación, rogaba que no entrase a la habitación, no hasta que logre salir de esa pared. Para su mala suerte, escucha el sonido de la puerta abrirse, pero no escucha palabra alguna. Lucifer ya debería haberlo visto, donde queda situada la puerta podría dejar ver su muy vergonzosa posición. El ruido de los pasos se escucha, se acercan y luego se detienen. El demonio radio respiró profundo.

—¿Qué crees que haces, Alastor? — el nombrado sintió como el bastón de Lucifer tocaba su trasero, él respondió con un movimiento de su pierna para alejarlo esperando golpear al más bajo. Alastor vio la cabeza de Lucifer aparecer por la puerta que conectaba a la habitación donde se encontraba—acaso te quedaste mudo? responde — se apoyó en la puerta esperando una respuesta.

—No quiero deberle nada a su majestad, esta es... una forma de pagar el que me hayas ayudado con mi herida — las palabras solo salieron de su boca, si Alastor se le permitía ser sincero, no creía encontrar otra cosa que hacer por Lucifer, sería algo rápido, jamás mencionarían el tema y podría seguir con su vida sin problemas.

—¿Me pagas con una humillante vista tuya? para ser un demonio que sabe de contratos no parece que sepas cómo saldar tus deudas

—Te estoy dando la oportunidad de follarte a la persona que más odias— soltó entre dientes, soló está jugando con él haciendo que esas palabras salgan de su boca.

—No sé si aceptar este trato — Lucifer se encogió de hombros y se paseó enfrente de Alastor que se veía evidentemente molesto.

—Puedes hacer lo que sea conmigo, ¿eso te termina de convencer?

—¿Eso significa...?

—Puedes usarme como quieras

—Esa cláusula que estás poniendo es algo fuerte, ¿no quieres cambiarla? — hablo con un siseo en su voz, esto lo empezó a emocionar.

—¿Para qué? si esto no durará mucho—la amplia sonrisa llegó a los ojos de Lucifer que se mantuvo sonriente, no pareció ofendido por lo que acababa de decir, extendió su mano hacia el rey esperando cerrar el trato.