The Sunflower Field

❝ W3llC0m3 t0 d3rRY !! ❞

—¿Estás listo para el nuevo hogar, hijo?— Preguntó el adulto encargado de manejar aquel pequeño auto, algo destartalado.
Richie asintió mientras sonreía, emocionado y nervioso por llegar al lugar que sería su nuevo hogar.
Por el pequeño estereo del vehículo, se escuchaba por lo bajo una canción, misma que el señor Tozier cantaba y tarareaba levemente.

La carretera estaba casi desierta, pocos autos eran los que pasaban por esa dirección.
A Richie le divirtió la idea de contarlos todo el camino, uno por uno.

—Doce...— Susurró, teniendo sus manos en la ventana.
—¿Qué cuentas, hijo?
—Los autos.
—Mhm, parece aburrido.
—Lo es... ¿Adónde vamos?
—A un nuevo pueblo.
—Eso lo sé...— Se levantó, para pasar por el pequeño espacio entre el conductor y el otro asiento, cuyo nombre él no recordaba, justamente para sentarse allí mismo con la intención de hablar mejor con su padre.— ¿A qué pueblo?
—Uno pequeño, llamado Derry.
—¿Derry? Suena muy aburrido.
—Bueno... Es decente. Te gustará.
Él asintió para después desviar la mirada, esperando que su padre tuviera razón y que su nuevo hogar fuera de su agrado.
Siguió contando los coches que pasaban por su lado, viendo las marcas de estos, el color, y otros aspectos.

・⁠・⁠・

La razón por la que se mudaban no era secreta, Went había decidido comenzar de nuevo la vida de él y la de su hijo tras la partida de su esposa.
No quería que Richie pensara mucho en ese suceso, notando los bajones emocionales que el comenzaba a tener, cada vez más concurrentes. Sabía perfectamente que aún iba a tenerlos, era obvio. Aún así, prefería que fueran menos, con nuevos aires a su alrededor, nuevos amigos, nuevas experiencias y distracciones a verlo estancarse en un vacío por la muerte de Maggie, teniendo en cuenta que Richie era muy apegado a ella desde muy pequeño.

Así que se dió en la tarea de buscar nuevos lugares en los que estar, recordando su pueblo natal, que aunque sus memorias en ese lugar no eran muchas, pudo decir que hizo buenos amigos en su estadía, aunque fueron pocos, lo reconocía. Pero bien dice él, que es mejor pocos pero buenos amigos, a muchos pero que eran idiotas.

・⁠・⁠・

El transcurso del camino fué largo y aburrido, pero lo importante, para Richie, era que llegaron al fin.
Había decidido no dormirse para ver por reojo por las calles que pasaba, notando que era un poco no aburrido, para no decir interesante, porque para Richie, interesante era una palabra igual a intrigante, lo cual se centraba en emocionante y divertido.

Y ese pueblo no parecía ser aquello.

Salió casi corriendo del auto, para ver su nueva casa. Era de un piso, pero eso no le molestó, vaya, serían sólo él y su padre, que fuera de dos pisos era innecesario.
Estaba un poco alejada del pueblo, pero eso tampoco le importó. ‘Mejor para mí, así si pongo ruido muy alto, no tendré tontos vecinos quejosos’, pensó Richie. Y fuera de esas dos cosas, todo era aún mejor, el color era uno suave y acogedor, tenía un porche con un buen espacio, para cuando quisiera estar fuera, pero no en el sol, y sin mencionar que había mucho patio para su bicicleta y otras cosas.
Al entrar vió una sala pequeña y bonita, con un sillón del tamaño suficiente color café, una pequeña mesa del mismo color y un televisor bien puesto en una cajonera. Lo único que la separaba de la cocina era una pequeña barra de madera con dos bancos, y esa habitación también era simple pero bonita.

Sonrió y caminó hacia la cual parecía su habitación, ya que su padre se había dado el tiempo de poner el nombre de Richie en la puerta.
Entró y miró su alrededor.
Una cama individual en una esquina, cerca de una ventana dando hacia el pequeño bosque que los rodeaba, un escritorio en el extremo opuesto y un armario.