Greta
Las luces titilaban y las fuertes pisadas retumbaban en el pasillo. Mi respiración era agitada mientras corría intentando escapar de aquella oscura figura.
De repente, el pasillo se estiró infinitamente, como un laberinto sin fin. Mi corazón latía con fuerza, casi ahogado por la ansiedad. Giré en una esquina y me encontré en una habitación desconocida, estaba en penumbras y sin salida aparente.
Mis piernas se volvían plomo, como si el mismo miedo las paralizara. Intenté gritar, pero mi voz se quedó atrapada en mi garganta al sentir unas fuertes manos sobre mi cuello. Mi cuerpo giró en el aire cayendo fuertemente sobre el piso y la extraña figura se posó sobre mi. Completamente oscura cubierta por un manto negro. El aire dejo de pasar a mis pulmones y la desesperación inundó mi cuerpo.
A lo lejos la voz de Alessia se hizo presente.
—¡Greta! ¡Greta!
Un martillante sonido retumbo en mi cerebro nublando totalmente mi vista.
Y entonces desperté.
—Greta— La voz de Alessia detrás mío se escuchó mientras me movía suavemente el brazo.—Greta tu teléfono esta sonando, creo que te están llamando.
La intro de This is how we do de Katy Perry sonaba en mi teléfono. Estiré mi mano y alcancé el móvil.
Mi madre. Efectivamente una llamada que martillaría mi cerebro.
—¿Hola?
—Querida ¿Aún durmiendo?
—Buen día, madre. Yo bien gracias por preguntar ¿y tú, cómo te encuentras?
Sentí el colchón moverse detrás mío y un suave beso sobre mi cabeza, me giré para ver como Alessia tomaba un remeron del cajón y se marchaba escaleras abajo.
—Bien, hija bien. Ya sabes agotada, el viaje a Bari paso de ser un viaje de negocios a vacaciones familiares en cuanto tu hermanita vio que el Trenino della Felicità paseaba por la ciudad.
Reí en el altavoz pensando en Chiara corriendo hacia la vuelta al mundo con ambos padres tirados de los brazos.
—¿Cuándo piensas volver a casa? espero que no pronto, alquilé tu departamento por el verano.
—Eres increíble.—A lo lejos la maquina de café se escuchó andar y visualice a Perla entrar por la puerta de la habitación.—Mi alquiler es hasta fin del verano pero la ciudad me gusta y yo... conocí a alguien.
Perla subió a la cama y se acercó para que la acariciara.
—¡Perfecto! Tráelo al cumpleaños de Chiara para conocerlo.—La gatita naranja ronroneo con mis mimos.— ¿Vendrás a la fiesta de Chiara, verdad?
—Si, madre. No me perdería la fiesta de Chiara por nada en el mundo.
Alessia entró a la habitación y me tendió una taza de café en mis manos. Se sentó en la cama junto a mi y yo corrí el altavoz para depositar un beso sobre sus labios.
—¡Excelente! La fiesta será el Viernes dos de Agosto pero vengan antes. El domingo estará bien. Será en la quinta.
—Bien. ¿Algo más?
—Si, la Range Rover está en el mecánico así que tendrás que pedirle a tu enamorado que maneje su auto o algo semejante porque yo estaré usando el tuyo.
—Madre yo no...
—Si querida debes venir con alguien ¿Qué pensaran si no traes a un buen hombre a tu lado para el cumpleaños de tu hermanita?— No podía ser. Estaba hablando muy en serio, pero ¿A quién debería importarle?— Ahora debo irme, una de las niñeras le puso una calza debajo de una falda a Chiara ¡esta horrible! Nos vemos en unos días. Adiós, querida.
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Todo lo que no sabía de mí
Teen FictionGreta, una joven italiana, decide huir de la Capital para refugiarse en Verona tras denunciar a su prometido por violencia. Allí, en la nueva ciudad, ella intentará encontrarse a si misma nuevamente y tratar de procesar los últimos veintisiete años...