Capítulo 2

1.7K 148 9
                                    

Greta

Todo valió la pena semanas después. Stefano sacó las cosas y se fue del departamento que compartiamos maldiciendo quien sabe qué. Yo seguía dolida por todo lo sucedido incluso me sentia algo apenada pero sabia que si seguía adelante con esa relación iba a ser infeliz, sino es que ya lo era.

La semana de mi supuesta boda viaje a Verona, a descansar, relajarme y en lo posible volver a escribir. Ya cumplía dos años desde que publique mi segundo libro y desde entonces no he podido volver a escribir.

Me despedí de Magda, le prometí volver con algún recuerdo para ella de la ciudad. Saludé a mi madre que se encontraba tan decepcionada de mi por romper con mi prometido e irme de vacaciones que amenazó con alquilar mi departamento por internet.

También me despedí de Chiara, mi pequeña hermana y le prometí visitarla para su cumpleaños numero seis. Su padre, mi padrastro, me regaló un gas pimienta, en palabras de él: “en caso de que se te acerque otro Stefano” Gas que me entregó antes de entrar al aeropuerto y tuve, para mi disgracia, tirarlo en el cacheo.

En menos de 4 horas llegue a Verona, la ciudad de Romeo y Julieta ¿Ironico, no? Venir aquí justo después de terminar un compromiso se sentía surreal.

Mi vuelo llegó por la noche asi que busque el departamento que habia alquilado por el resto del verano en google maps y tome un taxi hasta allí.

Al llegar, una señora mayor me tomó algunos datos y me entregó el llavero del departamento. Ni siquiera tuve tiempo de recorrerlo ya que una vez que entre los bolsos y vi la cama, me desplome sobre el alcolchado.

 Ni siquiera tuve tiempo de recorrerlo ya que una vez que entre los bolsos y vi la cama, me desplome sobre el alcolchado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

7:46 am

Desperté con la luz del sol entrando por la ventana de la habitación, anoche debí llegar temprano pero ultimar detalles de este viaje, atar cabos sueltos de la no-boda y el viaje en si, me habían tenido de un lado para otro y finalmente dejarme exahusta.

Una vez desperezada me levante de la cama, el departamento era increiblemente blanco y la cocina era modesta aunque el living y la habitacion suficientemente espaciosas. Busque el baño y luego fui a por el celular para ir a desayunar.

2% de batería, claramente no iba a llegar a ningun lado.

Avise que llegué bien, en especial a Magda quien estaba expectante y deje el movil conectado mientras iba a por algo de desayunar.

Abrí la puerta del departamento y me aventure escaleras abajo, el día era brillante y la gente caminaba de un lado al otro. Crucé la pequeña reja que dividia la escalera de la acera y note que habia una cafetería de lado, practicamente debajo del departamento que habia alquilado.

 Crucé la pequeña reja que dividia la escalera de la acera y note que habia una cafetería de lado, practicamente debajo del departamento que habia alquilado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me adentré en la cafetería y me sorprendí al ver a la señora que me recibió anoche, ahora en la barra. Una señora de unos ochenta y tantos años, ya canosa pero con una amplia y juvenil sonrisa.

—Buongiorno Giulietta.

—Buenos días señora…

—Giuseppina

—Giuseppina– repetí— Me llamó Greta.

—Oh lo se querida pero aquí todas somos julietas en busca de un romeo.

Si le contara de mi Romeo señora…

—No sabia que tenía una cafetería. Muy bonita por cierto.

Por dentro la cafetería era espaciosa, de un lado unos sillones marrones con mesitas se reposaban sobre la pared repleta de cuadros. Por el otro lado, unos preciosos banquetes verdes se posaban cerca de la barra. En la vitrina deliciosos bocadillos indicaban que la cafetería era más que eso, era una deliciosa pastelería de los años 30’

 En la vitrina deliciosos bocadillos indicaban que la cafetería era más que eso, era una deliciosa pastelería de los años 30’

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Oh mi nonno y yo la pusimos cuando teniamos algo así como tu edad, caro mio.¡Vecchio uomo ven a conocer a la bambina!

Un señor canoso vestido de camisa y tirantes salió de detrás de las cortinas del mostrador con una taza grande de té.

—Toma amore mio te prepare tu té de frutos rojos.

El hombre con una serenidad incalculable apoyo la taza delante de la señora y le dio un beso en la mejilla.

—Quién es la hermosa Julieta.

Menos de 24hs en Verona y ya me habian cambiado el nombre 2 veces.

—Greta Rossi, un placer.– extendí mi mano hacia él y la tomó en señal de saludo.

—Llamame Giuseppe.

Me reí ligeramente ¿Qué probabilidades habia de casarse con alguien de igual nombre?

—Qué te preparo, caro?– me preguntó la dulce abuela.

—La especialidad de la casa esta bien.

Giuseppina tomó un sorbó de su té y caminó por la barra, perdiendose tras las cortinas. Continue hablando con Giuseppe hasta que una taza de capuccino y dos croissants se depositaron en la barra frente a mi, junto con un… ¿macarrón?

—Baci di giulietta– dijo Giuseppina

—Besos de Julieta– repetí asombrada y les sonreí.

Por primera vez en unas cuantas semanas desayuné acompañada. Ambos se sentaron junto a mi mientras hablamos un poco de todo, les conte que viaje para despejar del caos de la capital en la que crecí y encontrar un poco de inspiración, ellos me recomendaron recorrer la ciudad así que luego de dejarles mi número de cuenta bancaria para que cargaran los gastos directamente allí me alisté y salí a recorrer la ciudad.

Después de todo, de eso se trataba mi viaje de… Bueno quizas aún no sabia de que se trataba pero sabia que queria sorprenderme.

Todo lo que no sabía de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora