VEINTITRÉS

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¿Estaba siendo la mejor semana de su vida? Sí, y tal vez así sería el resto de su vida. Un tal vez no, sino, una afirmación.

JooHyun acarició el antebrazo de SeulGi, que la abrazó mientras bailaban, y ahí, en lugar de seguir el baile, la abrazó por completo, llevando su cabeza al hombro de la menor para apoyarse ahí, haciendo el corazón de la omega explotar. Iba a voltearse a acariciarla con su nariz, pero lo que escuchó, la hizo sonreír mil veces más fuerte, la hizo sonrojarse, y la hizo sentir... lo que le dijo SeulGi.

―Te amo tanto, Hyun― amada. La hizo sentir tan amada, más de lo que ya era. Cuando volteó a verla, la mayor la estaba viendo, expectante de un beso en los labios, JooHyun no pudo negarse, tomando su mejilla y volteando a verla por completo.

Amada, respetada, tomada en cuenta. La rubia entrelazó sus brazos en la nuca de su alfa, y la abrazó. Sólo se apoyó en su pecho, bailando al ritmo de la música que seguía, de la música que había pasado a segundo plano porque sólo estaban ellas dos en su burbuja.

Iba a hablar hasta que sintió cómo la otra tomó su cintura, bailando a su ritmo.

―Desde el primer momento en que te vi pensé que eras la omega más hermosa que había visto, pensé que había más de 5 alfas queriendo marcarte, y pensé estabas totalmente fuera de mi alcance, Hyun, pensé tantas cosas pero todas me llevaban a que pensaba que eras hermosa, después de conocerte, inteligente, valiente, sonará raro pero, me gusta llegar cinco minutos antes de los que me ves para verte en silencio porque me parece, lindo, me haces feliz― un beso en su mano, y JooHyun sólo sintió cómo su labio inferior temblaba, amenazando con llorar.

Alertó a su alfa que se acercó a ella, tomando su rostro, pero JooHyun sonrió, viéndola a los ojos.―No es nada malo― pareció aliviar a la más alta, que suspiró, pero la menor sujetó su rostro―en ese instante, en el que te conocí, yo... pensé que yo era la que estaba fuera de tu alcance, pensaba que una omega dañada, rota, una omega triste no podría ni pararse al lado de una alfa como tú, perfecta... pero todo esto me hace feliz, de verdad, SeulGiie, tú me haces feliz, me haces sentir amada, y no haces que vuelva a sentir nada de lo que sentía antes de siquiera conocerte.

La pelinegra sonrió, limpiando una lágrima que salía y recorría la mejilla de su omega, y ésta, se paró de puntillas, acercándose a darle un beso. Pero un beso más que sólo un piquito que dure más de 3 segundos. Esta vez movió sus labios, haciendo a la otra reaccionar, algo lenta, y que la vuelva a besar de la misma forma. Una forma suave, donde sus labios se acariciaban, y hacía que las mencionadas mariposas, en el estómago de ambas, se agitaran.

Definitivamente esos eran los mejores besos.

―¿Lugares a los que yo haya ido con... mi omega?― Seulgi vió a la joven Jimin, que sólo llevó un dedo a su labio para acariciarlo y con un rostro pensativo, comenzó a gruñir.

Una joven de 23 años que ya tenía una omega en casa, que tenía un trabajo, y el orgullo de todos. Las expectativas tan altas, expectativas que llenar, y hasta ahora, tenía todas llenas. Haber conseguido omega antes de los 24, un trabajo fijo, y actitud profesional. SeulGi mordió su propio labio al ver a la menor.

―¡Oh, ya sé! Han abierto una nueva cafetería, es un lugar donde puede ir la familia pero en su mayoría es un lugar romántico, sirven bebidas de todo tipo, un buen ambiente, tiene muy buenas vibras― le sonríe, asintiendo.

―¿Ya fuiste?

―Voy muy seguido con Minjeong, si, de hecho estamos acostumbradas a ir cada dos semanas― volvió a asentir, viendo el escritorio desorganizado de su menor.
Lápices regados, plumas mal acomodadas, y hojas salidas de sus respectivas carpetas.

¿Qué hubiera hecho la SeulGi de antes? De seguro acomodar todo de forma discreta, de darle consejos, o siquiera ni hubiera entrado al salón de literatura de Yoo, pero ahora sólo sonrió, palmeando su hombro y agradeciendo, saliendo de la habitación llena de olor a madera y cereza.

Sonrió, preguntándose si su salón olía a menta y a flor de loto. No duró mucho su duda.

―¿Qué paso, profe?

―Jiwoo, ¿A qué huele este salón?― ve a la adolescente comenzar a olfatear con un rostro gracioso, y después voltea a ver a su mejor amiga.

―Heejin, ¿a qué huele?― ambas comienzan la ardua tarea de olfatear el salón vacío de la profesora Kang, y después de analizarlo. La más pequeña sonríe, saltando, agarrando unas copias―huele a usted... huele a menta, con una flor acuática, los dos parecen mezclarse muy bien y generan una armonía suave, se complementan tanto... ¡¿Es su olor y el olor de su omega?! ¡Están destinadas! Muchos aromas aunque queden, no se juntan como algunos, no generan algo suave como aquí....

La otra vió a la profesora, riendo―ella cree mucho en el destino, se puso a investigar sobre olores porque Ha Sooyoung tiene un olor de... menta, como usted, y Jiwoo quiere saber si es compatible con el de fresa.

―Claro que lo es, el otro día me comí unas mentas sabor fresa con menta, quedamos tan bien ella y yo...― la rubia que las acompañaba rió, viendo a la profesora.

―Su omega y usted parece que se complementan, usted últimamente viene más liviana, una bolsa con alimento y hasta sonríe más, no dudo que cuando alguien con dobles intenciones se acerca a usted, se aleja de solo oler las fuertes feromonas que su omega puso en usted― una respuesta que hizo sonreír a la profesora, de soltar una pequeña carcajada, y ve a las chicas.

―¿Qué clases tienen?― al escuchar que respondieron sin ganas 'física', ella vió su horario, asintiendo―saquen un libro y un lápiz para fingir que están haciendo un trabajo conmigo, iré a decirle al profesor Suh que están aquí.

Y tenía razón. Hyunwon vió a sus dos amigas que vieron con la boca abierta a la profesora salir del salón, y las tres se voltearon a ver.

―Típico de INTP, Hyunwon, tus análisis de ella y su omega la ponen tan feliz, hazlo más seguido, no para perder clases, sino, para verla sonreír― la castaña puso su rostro entre sus manos, haciendo a Heejin torcer sus ojos.

―Ok, tú tienes algo con las que tienen olor a menta.

Y comentario que hizo reír a las tres chicas, entrando un poco en calma por los olores tan calmados y suaves que hay en el salón.

WHEN THIS RAIN STOPS © SEULRENEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora