Is the Same? ─ SPY X FAMILY

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"No somos tan distintos después de todo.." una sonrisa cautivadora se asomó en los labios de la pelinegra. Su imagen se iba desvaneciendo hasta que despertó.

Sus ojos azules se abrieron dejando el techo a sus ojos. La habitación estaba oscura puesto que la noche reinaba, pero esto no era un obstáculo para ver la ventana de su habitación cubierta por gotitas de agua. ¿Qué había sucedido? Sentándose en la cama, tocó su cabeza la cual le dolía demasiado, su chaqueta verde agua reposaba en sus muslos y sus zapatos estaban tirados en distintas partes de la habitación. Suspirando frustrado, fijó su vista en la luz de la luna que entraba por el cristal. Esta iluminaba parte de la habitación, y en alguna parte..estaba el sofá de Loid, y en ese sofá yacía Yor completamente dormida. Su cabello negro caía por su espalda y algunos mechones cubrían su rostro. Su respiración calmada se escuchaba en la habitación, mientras que el espía quedó embelesado y a su vez confundido de como había llegado a su cuarto, pero se preocuparía por eso en otro momento.

Levantándose sin hacer ruido, fue donde la pelinegra para poder despertarla de forma suave. La muchacha dormía de forma fetal en el sofá, eso hizo que Loid tuviera que ir al lado derecho en donde estaba el rostro de Yor. Hincándose de forma silenciosa, apartó algunos mechones negros de sus mejillas y ojos dejando a la vista sus labios cerezas brillosos entreabiertos, junto a sus pómulos rojos y una pequeña cantidad de brillo en sus párpados. Sonriendo de forma leve llevó su mano al rostro de la fémina y con el dorso de la misma acarició sus mofletes, sintiendo y deleitándose con la suavidad y calidez de los mismos.

Esto era algo que no podía hacer, puesto que con el mínimo contacto físico que tenían, Yor lo dejaba viendo estrellas, y ahora, poder tenerla tan indefensa y tierna, sólo fue un recordatorio de cuánto le dolería cuando ella se enterara de la verdad y se fuera de su lado. Bajando un poco más, tomó su mano derecha y se sorprendió de lo helada que estaba. Tomó ambas y las refugió en las de él, no iba a mentir..esto ya no era por la misión, esto, era un sentimiento que con el tiempo, se comenzó a dar cuenta que todas las cosas que hacía, era por amor..

Fijando su vista en las manos de la chica con las de él, pudo ver cómo las uñas de la mujer estaban pintadas con un barniz rosado suave, lo cual le daba un aspecto coqueto y resaltaba más su piel blanca. Yor era perfecta en todo sentido, y esas cualidades fueron lo que lo cautivaron y robaron su corazón.

Puede que en algún momento haya querido deshacerse de Anya y poner fin al matrimonio falso con Yor, pero algo se lo impedía, y ese algo..

- Hey, idiota, ¿estás vivo?- preguntó Franky desde afuera. Soltando las manos de la jóven, se levantó y se dirigió hacia la puerta. La abrió, y a su vista, se veía un hombre maquillado y con un peinado extraño.

- Lindo peinado - se burló, puesto que en la mayoría de sus rizos habían listones y trencitas.

- Sí, como sea. En fin, escucha, Anya está durmiendo en el sofá, y mañana debo seguir trabajando. Por hoy, aquí termina mi trabajo de ser tu niñero- avisó. Twilight asintió y salió de su habitación siguiendo a Franky a la salida del departamento.

Suspiró.

- Sabes..- volvió a hablar - debes dejar de ser tan duro contigo mismo- aconsejó - puede que en un inicio hayas hecho todo esto por la misión, pero tú y yo sabemos que de verdad amas a Yor y a Anya como si fueran tu familia de verdad.

Girándose le miró con una sonrisa cargada de sarcasmo.

- Deja tu ego de lado, que hasta el mejor tiene su debilidad - y dicho esto, se dió media vuelta y abriendo la puerta salió del lugar.

Loid le miró crédulo, limitándose a solo cerrar la puerta y apoyar su cabeza en la fría madera. Tal vez..si tenía razón. Apartándose, miró a la pequeña que dormía de forma calmada en el sillón. Una corona adornaba su cabello rosado junto a esos extraños conos negros que siempre traía en su cabello.

Acercándose a ella, la tomó en brazos para llevarla a su habitación. Su respiración era ruidosa, y a diferencia de Yor, roncaba, y mucho. Soltando una risa, se dirigió a la alcoba de la más pequeña, y con sigilo abrió la puerta y encendió la luz, a su vez, llevándose una sorpresa puesto que la misma era un caos. Algunas hojas de papel yacían en el suelo, la cama estaba desordenada y los juguetes estaban esparcidos por todos lados. Mirando la puerta detrás de él, se preguntó si era buena idea dejar a Anya en la habitación de Yor, después de todo, no era como si la pelirrosa no hubiera indagado ahí.

Cerrando la puerta de la habitación de la más pequeña, fue a la alcoba de la pelinegra. Abriendo la puerta una vez afuera, con la suave luz del exterior pudo ver algunos muebles, una cama y espejo. Se dirigió al lecho de la chica para dejar a la menor, posterior a eso, fue a su habitación e hizo lo mismo con Yor.

Dejó a la mujer recostada junto a Anya para taparlas con una manta, dejándolas completamente acurrucadas. Sentándose en el borde, las comenzó a analizar y ver cada mínimo detalle de ambas chicas. Sabía que después de todo, era falso..todo fue sólo por la misión, por una vil y cruel misión con el fin de lograr la paz, a costa de su corazón, sentimientos y lágrimas.

Al final de cuentas, por algo era el mejor espía..porque daba igual con quien estuviera, se acostara, e incluso se casara, jamás habrían sentimientos de por medio..pero ahora, se veía atrapado en un cubo donde cada vez deseaba salir para poder dejar la vida del espionaje y tener una normal junto a Yor y Anya.

Su mano comenzó a recorrer el rostro de Yor, pasando suavemente por sus pómulos, párpados y finalmente terminar en sus labios. Y por un momento..se detuvo, ¿estaría mal..besarla si ella dormía..? Su respiración era calmada, y se podía ver con la escasa luz como sus belfos brillaban. Acercándose un poco, comenzó a sentir la suave y tibia respiración de la mujer, un poco más no hará daño. Otro poco y sus labios casi rozaban en el momento que Yor abrió sus ojos de forma lenta dejándolos puestos en las orbes celestes.

Se apartó de golpe completamente rojo.

- Lo siento Yor, no quería..— las palabras iban y venían tratando de disculparse. Estas se detuvieron cuando Yor río de forma baja y perezosa.

- ¿Todo bien Loid? — dijo con una sonrisa — sabía tus intenciones, está muy mal el querer besar a la gente durmiendo— se burló.

El sonrojó aumentó aún más a tal punto de parecer un tomate a punto de explotar.

- Yo..— tartamudeó. ¡¿Qué le pasaba?!¡Él es Twilight!

Yor se sentó de forma cuidadosa quedando cerca de Loid. Su mano fue a la mejilla del hombre para acariciarlo de forma suave. A este contacto, Loid se limitó a inclinar su rostro donde se encontraba el calor de Yor.

Cerrando sus ojos y frunciendo el ceño, suspiró de forma pesada. Qué más daba, ya lo había descubierto. Abriendo nuevamente sus ojos, pudo ver los de la contraria..y entonces, sentía que ya no necesitaba pedir permiso. Tomando la mano de Yor, entrelazó sus dedos con los de ella, y de a poco, fue acercando su rostro, viendo alguna reacción, incomodidad..no hubo nada.

Entonces, sucedió ese toque tan deseado..que por mucho tiempo sentía que era lo que quería antes de tener que irse. Sus labios tocaron los de la contraria, de forma lenta, suave, deleitándose por el sabor a fresa que tenían. Sus manos temblorosas se fueron a la nuca de la mujer para atraerla de forma más profunda sintiendo como sus lengüas se encontraban y comenzaban un compás suave. Acariciando con su dedo pulgar la mejilla de la chica, se separó y le miró enternecido.

Los ojos de Yor brillaban cuando ella se levantó y se sentó en las piernas de Loid volviendolo a besar, en un gesto más necesitado. Las manos masculinas aprisionaron las caderas de Yor estimulandola de alguna forma, un gemido bajo nació cuando Twilight comenzó a besar su cuello y hombros desnudos. Su piel era suave y adictiva. Se necesitaban, ella lo necesitaba..

— Quiero hacerlo..— habló jadeante. Entonces, algo en él despertó.