Capítulo 3 Lo que soy

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Una semana más transcurría y con cada día sentía, para mi temor, que Lesly se sentía más y más cómoda con mi presencia, haciendo que casi quisiera gritar y salir corriendo el día que una pareja, amigos suyos fueron a visitarla y me presentó como su amiga, por supuesto mencionó que estaba ahí como niñera de Sally y como su apoyo durante cada día, pero se centró más en el hecho de que me consideraba ya como una amiga muy cercana.

—Te hice sentir incómoda, ¿verdad? —preguntó una vez que nos quedamos solas en su habitación, últimamente casi no salía de ahí a menos que fuera importante o a sus citas con el médico.

—Un poco, sí.

—Bueno, sólo dije la verdad, Tara, sí te considero una amiga.

—Vaya amiga—bufé.

—Los tres estamos de acuerdo, así que eso queda fuera de lo que te he llegado a conocer durante el tiempo que pasas aquí. Eres una mujer extraordinaria y eso me hizo terminar de comprender por qué Jake te ama tanto, y como sé que te lo estás preguntando pero eres demasiado amable y educada para hacerlo en voz alta, te lo diré; sí, al principio sentía muchos celos de ti, quería saber qué tenías tú que no pudo ver en mí, qué te hacía tan especial, ahora lo sé, eres atenta, divertida, te gusta ayudar a las personas, eres dulce y sabes escuchar, como dije, eres una extraordinaria mujer, creo que hasta a mí me gustas—la vi y seguramente en mi rostro se mostró la confusión, pero entonces ambas nos echamos a reír—. Así que más le vale a ese hombre que te cuide porque si no, te conquisto, chica.

—Bien, eso disminuyó la tensión, al menos un poco.

—Me alegro, ahora, ¿qué te parece si tenemos una tarde de chicas? Podemos pedir una pizza, ver alguna película y cosas así.

—Eso es... bueno... —esas eran cosas que hacían las amigas y yo estaba ahí, frente a la mujer que estaba casada con el hombre con quien tenía sexo casi cada noche.

—Te diré esto porque creo que no te ha quedado completamente claro, Tara—la mujer tomó mi mano—, no debes sentirte culpable por tu relación con Jake, él y yo somos más bien amigos, sí, lo amo, pero hace tiempo mi corazón entendió que el suyo estaba en otro lugar, así que la situación está así, tú eres novia de alguien que vive con una amiga que siempre va a velar porque su relación funcione—sonrió al ver mi expresión—, ahora estás pensando en las condiciones, cuando llegue el momento sabrás las razones de ellas. Ahora, ¿podrías alcanzar el teléfono para pedir esa pizza?

No quise ahondar más en el tema, en realidad a ella la veía bastante cómoda con la situación, ya no veía el dolor en sus ojos como aquella noche que nos encerró en el penthouse, ahora veía más una clase de emoción positiva, ¿alegría? No lo sé, pero el dolor ya no estaba, eso de cierta manera me tranquilizaba, pero quería saber unas cosas.

—Pregunta—me sacó de mis pensamientos cuando colgó el teléfono después de ordenar la comida.

— ¿Qué cosa?

—No lo sé—rio—, lo que sea que está rondando esa cabeza tuya. Tal vez no lo sepas, pero tengo esta habilidad de aprender a leer a las personas rápido y, querida, tú eres muy transparente, algo te anda rondando, así que desembucha.

—Bien—suspiré—. ¿Cómo era la dinámica entre ustedes antes del acuerdo que propusiste?

—En realidad "es" vendría siendo la palabra correcta. El único cambio ha sido que a él lo veo feliz y que su hora de llegar a dormir se movió algunas horas, pero bueno, nunca hemos dormido juntos en realidad.

— ¿Ah no? —la vi confundida, viendo discretamente hacia el armario.

—Es sólo para aparentar, tiene sus cosas aquí, pero el armario se conecta secretamente con otra habitación igualmente secreta, esa es la única entrada, ahí duerme él, siempre ha sido así, siempre.

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