Eres mi razón de no morir

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-¿Me amas?- pregunto un desconfiado y pálido Dunk.

Joong lo vio extrañado preguntándose qué diablos le habían echo exactamente a su bebé, sin embargo no había que pensarlo mucho. "Lo habían rehabilitado".

Joong acto seguido atrapó los labios contrarios con frenesí y los saboreo apasionadamente con cuidado de dañar a Dunk, dando inicio por segunda vez a una conversión poco vista y talvez siniestra.
Esta a diferencia de la primera, sería con paciencia y amor, sin duda dos términos que no van ni un poco con Joong, pero cuando se trata de su niño bonito todo es posible.

-Lo hago- respondió con la voz más melosa posible para no asustar al menor, quien al parecer se había quedado en estado de shock por el beso que había recibido hacia poco.

Joong estaba sacando una virtud llamada paciencia de lo más profundo de su ser, ya que por el contrario la cabeza de Dunk estaría adornando la casa.

-Tengo miedo- confesó Dunk en un susurro y con temor, bajando la mirada.

-No tienes porque- respondió Joong aún con paciencia.

-Mírame- continuó con insistencia.

Dunk lo vio a penas un segundo y volvió a bajar la mirada.

-Me odias?- pregunto Joong con calma y un suspiro pesado.

Dunk rápidamente negó con la cabeza gacha.

-Entonces mírame- ordenó con un tono algo tosco sin poder evitarlo.

Sin duda ese tono de voz había asustado a Dunk quien echo a correr escaleras arriba, tropezando en el proceso y acto seguido rodando por los escalones.

Joong corrió rápidamente hacia Dunk, quién había perdido la conciencia y la sangre fluía de sus heridas recién abiertas, sin pensarlo lo cargo y se dirigió hacia la habitación.

Al llegar lo puso delicadamente sobre la cama y empezó a desvestirlo para poder curar sus heridas.
A él le encantaba la sangre, jugar con las personas, que supliquen y por último que se desvanezcan sin dejar rastro alguno.
Todos podían morir a excepción de Dunk, porque el era su razón de no morir. Seguramente no suena nada "romántico" y de echo no lo es. Un amor así solo es comprendido por los amantes.

Observar a Dunk tan frágil y tan tierno hacía que Joong perdiera los estribos, el cuerpo de su niño bonito lo embriagaba, lo hacía entrar en un proceso de éxtasis transportándolo al mismo delirio que lo sumía en sus recuerdos más significativos y placenteros . Luchó contra si mismo, para no poseer en ese mismo instante al chico, termino de curarlo y salió rápidamente de la habitación a darse una ducha fría, pues lo requería con suma urgencia.

No recuerdo mucho, solo hay oscuridad y unos ojos que me persiguen, siempre me vigilan, examinan con sumo cuidado lo que hago, lo que observo y lo que no. Durante cinco años fue el mismo cuento, así que pensé que solo pasaba un mi imaginación y terminé acostumbrándome a esa penetrante mirada.
Era el cumpleaños de Zip, esa noche volví a casa alrededor de la una de la madrugada, cuando estaba cerca de esta, sentí un golpe en la nuca y todo se volvió oscuro.

Cuando vi por primera vez a Dunkie algo dentro de mi empezó a surgir, me encantaba observarlo a cada instante, pensé tratarlo como a un cualquiera, pero él no es un ser inferior, la muchedumbre lo es, porque esta en su naturaleza, no obstante la razón por la que me mantengo con vida, no.

Me encanta todo de él, su actitud, sus miedos, sus tristezas, sus alegrías, sus labios, sus ojos, su sangre... la palabra que define a mi niño bonito es "perfección".

Saborear sus labios y estrangularlo en la alfombra es uno de los recuerdos mas memorables que mantengo de él con respecto al pasado.

Adoro recordar su aspecto deplorable y frágil , sus ojos llorosos y sus pequeños indicios de esquizofrenia y masoquismo. No obstante es solo eso "recuerdos".

Quiero que mi chico sea feliz a conciencia, que me acepte y me ame tal y como soy, en el pasado hubiera sostenido que es algo cursi y humano , pero hoy extrañamente quiero que sea feliz porque lo merece, así mismo soy egoísta porque quiero que se quede conmigo, que viva conmigo, que me dedique sus sonrisas, sus logros y triunfos, quiero que me ame...

Desperté con un dolor punzante en la cabeza, y al abrir los ojos, me encontré en una habitación completamente blanca, tan pura como una hoja de papel recién salida de la imprenta. Mi atuendo también era blanco, lo que me producía más estragos mentales. Un escalofrío recorrió mi cuerpo al solo imaginar la situación, aumentando mi inquietud.

Escuché unos pasos aproximarse, así que fingí estar dormido, oí el sonido carácteristico de una puerta abrirse y mi corazón empezó a latir apresuradamente, tenía miedo.
Mi miedo incremento cuando sentí unos labios en los míos.

-No finjas dormir- le reprochó Joong, mientras acariciaba la mejilla y los labios de su niño.

El tono de voz de Joong hacía que el miedo de Dunk se convierta en atracción e interés.

-Antes de que continúes fingiendo ser el bello durmiente..., No, antes de que finjas ser el durmiente,come algo- lo dijo con una sonrisa y con amabilidad, para después salir de la habitación.

Dunk abrió los ojos algo confundido, vio una charola en la mesita de noche, dudo de sí comer o no, después de unos minutos lo hizo. Horas más tarde su cabeza era un lío, escenas desconocidas invadieron su mente.

-Joong no me dejes aquí- suplico llorando Dunk, mientras veía los aparatos y sustancias que se encontraban a su alrededor.
-Es por tu bien. Si recibes el tratamiento jugaremos nuestro juego favorito- Joong lo persuadió con tranquilidad.

Joong tiro a Dunk al piso con diversión en su rostro, el niño no se quejó por el contrario se arrodilló correctamente extrañamente feliz y sonriendo, esperando una recompensa, viendo con ojos brillosos el pantalón de Joong y el gran bulto que se escondía dentro de el.
Joong dió un asentimiento, Dunk abrió el cierre del pantalón con cuidado y sacó el falo de Joong con extremo cuidado como si fuera algo sagrado, le dió un beso suave a la punta, lo acarició con delicadeza y se lo insertó en su cavidad bucal, lo succionaba como si su vida dependiera de ello, era como el dulce que puede hacer feliz a un niño. Joong disfrutaba de esa escena, observar a su niño hacerle un oral lo llevaba al delirio, esa boquita tenía una habilidad asombrosa, su Dunkie era el único que había logrado hacerle correr repetidas veces. Dunk ya estaba cansado, vio suplicante a Joong y este sin más, se corrió, Dunk succionó hasta la última gota de leche...

Dunk cabalga sobre el pene de Joong, lo hacía lento y daba saltitos sobre el con empeño, movía las caderas con cincronización, intento succionar el cuello de Joong, pero este lo nalgeo fuertemente lo que le hizo detenerse y aumentar la velocidad de sus movimientos para lograr que su amado se corriera y así poder dejar una marca en el cuello de éste. En consecuencia de sus movimientos acelerados, sus gemidos incrementaron y su mente se ha vuelto un martirio, el placer que lo embargaba era tanto que sentía que hiba a morir pronto, cuando estaba a punto de desmayarse por tanto placer sintió que Joong finalmente dejaba su semilla dentro de él, lo que le dio esperanzas e hizo un último esfuerzo. Cuando Joong termino de correrse, ladeó el cuello, Dunk sin dudarlo succionó su cuello hasta dejar una marca que se estaba tornado de un color morado. - Has sido un buen niño- le susurró para después darle un beso delicado en los labios.

-Joong... ¿Hice algo malo?- preguntó Dunk con lágrimas que amenazaban con salir.
-No hiciste nada malo- consoló Joong.
-¿Entonces por qué ya no me golpeas?- cuestionó con algo de temor.
- Porque prefiero besarte y jugar contigo nuestro juego favorito- Respondió con una sonrisa para después tomara a Dunk en sus brazos y darle unas nalgadas, que hicieron gemir al susodicho.

One shots- JoongDunkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora