Capítulo III Ayúdame

11 0 0
                                    

Vi los primeros rayos del sol reflejarse por la ventana, eso significa que debe ser las 5:30 am. No se escucha el cantar matutinos de los pájaros, con tremenda lluvia la de anoche, que van a querer salir los pobres.

Observo las fotografías que dejó mi mamá sobre la mesita de noche. Son dos fotografías; en la primera me puedo observarme a agarrando un trofeo; esa fue la primera vez que mi equipo salió campeón, sonrió ante aquel recuerdo, fue uno de los momentos más felices de mi vida.

Observo la otra foto, ahí estoy con mi hermana menor; recién había nacido. Recuerdo que esa vez me asuste, estaba arrugada y roja; como era la primera vez que veía a un recién nacido, no sabía que al principio eran así.

Emma, como extraño tenerla en mis brazos, sentir su suave respiración sobre mi pecho cuando se quedaba dormida, ver su inocente mirada.

Ella es mi única salvación para salir de estos horribles momentos.

Ojalá mi mamá la traiga ahora, después de la escena de ayer, yo creo que sí lo va a hacer y sino lo hace, tendré que ir yo hasta ella.

- Douglas..!.- escucho el estridente grito de Marcus; me incomoda, ya me había acostumbrado al silencio.- Amigo, no quieres salir de aquí un rato?

- No sé Marcus.- respondo dudoso.- Después de que me dijiste que se pueden apoderar de mi cuerpo, no quiero dejar solo a mi cuerpo.- confieso algo avergonzado, parezco un niño que le teme a los fantasmas, eso que prácticamente soy uno.

-Ja, ja, ja.. No Douglas ja, ja, ja .- se echa a reír, bueno exagera riendo porque veo que salen pequeñas lágrimas de sus ojos.

-No te burles.- me quejo, sonrojado de vergüenza.- Es la verdad, no quiero que hagan girar mi cuello como búho y vomitar por todas partes.- escucho su chillona carcajada de nuevo. Le muestro una cara de enojo no entiendo porque se ríe, a mi no me parece nada gracioso.

-Oh vamos, no te enojes.- me dice al ver mi cara.- Ya te dije que sólo pasa cuando tus familiares se tratan de comunicar contigo, ahí recién deberías preocuparte.

- Pero mi madre siempre me habla, cada que viene a visitarme. Ya estoy expuesto.- observo mi cuerpo, asustado de darme cuenta de mi situación.

- No ese tipo de comunicación, sino otra más espiritual, se podría decir.

-Más espiritual?.- pregunto extrañado, cada vez me sale con algo nuevo.

- Tú..Sólo no te preocupes.- me responde, pero me evade el tema.

-Mira, ya me tengo que ir, a esta hora siempre viene mi prima a visitarme, ¿ quieres venir conmigo?.- No le respondo, aún no me parece que debería dejar mi cuerpo solo.- No pasará nada, te lo aseguro.- me dice, como si supiera lo que estaba pasando.

Le observo, luego a mi cuerpo, repito este acto como unas cinco veces más, hasta que me decido.

- Está bien, iré contigo.- Le digo, una gran sonrisa aparece en su rostro.- Pero sólo por un rato.

- Claro, el tiempo que quieras por mí está excelente.- dice sonriendo, mientras da pequeños saltitos de emoción.

- Bien, vamos.- me acerco a él.- que tengo que estar aquí para cuando Emma venga.

-Por supuesto, no nos tomará mucho.- sale primero de la habitación. Yo le sigo a paso lento, cuando estoy cerca de la puerta observo que alguien se acerca a mi habitación, no logro reconocer quién es.

-Espera.- Le grito a Marcus; ya que estaba algo lejos.

- Douglas?.- Esa voz la reconozco, pienso sorprendido de escucharla. Muevo mi cabeza en dirección a esa voz.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 02, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Junto a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora