Entendimiento [Sasunaru]

Unica Parte

Sasuke le entiende

Siempre le ha entendido.

Naruto podria pasar horas hablando, dirigirse a él en otro idioma, incluso ni hablarle que él le entenderia.

Entendió la soledad que aquejaba al rubio cuando eran pequeños, cuando parecian no avanzar pero el mundo a su alrededor vivía con normalidad, ignorando que sus miradas juzgadoras lastimaban igual que las palizas.

Entendió que el adolescente se sintiera traicionado cuando se fue, tomar su propio camino para enfrentar su odio, no viviria tranquilo odiando al lado del alma pura de Naruto

Entendió el odio en el corazón del Uzumaki que tanto miedo le daba aceptar, a pesar de las palabras de aliento y los abrazos de apoyo, solo él podía aceptarlo y cuando lo hizo creció, no solo en poder sino su espíritu.

Entendió el dolor, quemandolo de adentro hacia afuera cuando perdió a sus padres por segunda vez y a los que perecieron en manos de la guerra, el sufrimiento arañando las paredes de su cuerpo, arrancando pedazos de su ser, apretando su pecho tratando de arrancar su corazón y ahogándolo en su propia carcaza.

Entendió que Naruto es el niño de la profecía, salvador del mundo y las dimensiones, que unió a todos en una paz inmutable, terminando como Hokage.

Entendió que no podia alejarse de él cuando este lo siguió a través del mundo para que vuelva a su hogar, que lo seguiría hasta que sus huesos se desgastaran, hasta que su piel se irritara y se desprendiese, hasta que su cuerpo se despedazara del cansancio, aún así, su alma lo seguiría, mas allá del pueblo, de la tierra y a través de las dimensiones, como siempre ha hecho.

Lo entendió cuando de nuevo y como en los viejos tiempos este le hablaba por horas, de sus misiones, de sus casi muertes, de todo y de nada. Ahora él seguía a Naruto y no tenía problema con eso. Lo seguiria hasta el último de sus días y por la siguiente vida.

Y por supuesto tambien lo entendía cuando murmuraba por más debajo de él, suplicando que acabara con su martirio, rogando porque golpee una vez más, una y otra vez de forma erratica, aumentando con cada golpe los gritos y jadeos, sintiendose en paz, llenos, por primera vez, completos.