Amor gatuno

Vecino

Geto después de sus clases siempre se encarga de sacar a los gatos todas las tardes de paseo, los sacaba afuera de los departamentos, ya que estos tenían una pequeña jardinera de rosales y diversas plantas donde ambos pudieran divertirse un poco mientras hacía sus necesidades. También era los momentos donde aprovechaba para relajarse con los últimos rayos de sol y la frescura de la tarde; pero esta vez no estaba tan relajado como quisiera.

Esta tarde eligió relajarse con el humo de su cigarro, hace unos minutos atrás discutió con su novia. Una discusión sin sentido solo por la falta de organización de su hogar, ellos son personas ordenadas y eso se nota en su hogar; pero hora era difícil cuando los días se hacían cada vez más cortos. Hace un mes atrás Shoko consiguió trabajo en una pequeña  clínica entre semana, así que sus rutinas cambiaron completamente, la escuela, trabajo, tareas, los gatos, poco a poco descuidaron la limpieza del departamento, ropa no doblada, cesto de ropa sucia, piso con manchas, pelo de gato por doquier y platos sucios  dieron una dosis de estrés que no han podido desquitar ni con sus hábitos favoritos de música, videojuegos y ni sexo, sumando su falta de sueño. Ya cualquier cosa los haría explotar.

Lo que detonó todo como una pieza de dominio, fue simplemente porque Geto no coloco su ropa sucia en la canasta donde debía ser, lo cual fue un pequeño error por pensar en otras cosas; pero no lo vieron así. Comenzó su pelea donde se quejaron de todo.
Geto se quejo que ella dejaba el maquillaje regado en el mueble del tocador, que por buscar ropa que ponerse la deja toda regada en la cama, deja el peine con demasiado cabello y que consentía de más a Satoru y no limpiaba sus pelos que dejaba regado en la cama y sillones. Ella se quejo que no lavaba los platos, dejaba su ropa sucia por doquier, que no bajaba la tapa del baño y que no se preocupaba en arreglar los moños de Utahime; ya que él tenia una obcecación de comprarle diferentes moños, flores, mariposas y de más de diferentes colores para sus collarcitos de encaje; tenia un cajón lleno pero no se preocupaba de arreglar o limpiarlos Shoko encontró tantos en la casa tirados por doquier. Aunque lo que ella no sabia era que su gatito era responsable de tener esos moños por doquier.

Ya para no enojarse de más decidió salirse antes para no decirse cosas realmente hirientes y se fue a tomar aire con el pretexto de sacar a los gatos, ya que las cosas se calmaran entraría a hablar. Ambos sabían que no lo tenían que dejar las cosas así.

Mientras el chico se relajaba, los gatitos estaban jugando. Satoru y Utahime son gatitos que les gusta mucho jugar; pero al pesar de eso tenían una personalidad muy diferentes. Utahime es una gatita cuidadosa, ordenada, calmada y elegante; pero Satoru era un torbellino, despreocupado, demandante, dramático y divertido. Es por eso que muchas veces sus juegos terminan mal, ya que el gato blanco le gusta jugar pesado y ella al ser más pequeña que él terminaba adolorida y se enojaba, casi siempre le pega cuando ya se encuentra enfadada. Y no fue novedad que ahora se encontraran peleando.

"¡Satoru, suelta mi listón nuevo!

"No"

"¡Satoru!"

El gato tenia en su boca un listón de color rojo (listón que le compro hoy Geto). Lo tenia simplemente para molestarla.

"Atrápame si puedes debilucha" 

Y salió huyendo de ella, solo fue detrás de él, atravesaban los rosales con agilidad y rapidez, la gatita apenas y podía alcanzar su ritmo, a pesar de ser de la misma edad parecía que el minino blanco crecía lo doble que lo que ella podía crecer; y eso era ventajoso para el pequeño macho. Cuando ya la tenia lo suficientemente lejos, busco un lugar cómodo y se acostó mientras tenía entres sus mejillas y bigotes el listón, disfrutando de su suavidad y olor. 

"Lavanda"

Estaba tan ocupado que no se percato que un gato de pelaje cremoso y con corbata moteada se acercaba a Utahime; ella seguía buscando al gato blanco aparentemente enojada preguntándose donde se había metido el minino ya que no lo veía en ningún lado.