𝐒|| "No importa cuantos años han pasado, sigo sin poder olvidarte Mily"
「Donde Emily y Lando tenían la relación perfecta, pero luego de tres años ella desaparece sin dejar nada más que una carta」
O
「Donde Emily dejo a Lando para que pudiera cumpli...
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🗓️ January, 2023 📍 Madrid, Spain 👤 Emily pov;
Carlos, al reaccionar, sonrió y estiró su mano hacia Sarah para presentarse.
—Hola, pequeña, soy Carlos. Es un placer conocerte —se presentó mientras sonreía. Mi pequeña, por su parte, estrechó su mano tímidamente, con una pequeña sonrisa en el rostro.
—Un placer conocerlo, señor Carlos. Me llamo Sarah.
Carlos la miraba con un brillo en los ojos que no supe descifrar. Ambos conversaron durante un rato y luego Sarah se alejó para seguir jugando.
Cuando ya no estuvo lo suficientemente cerca para oírnos, Carlos volteó a verme antes de hablar.
—¿Sabes? Sarah se parece demasiado a un amigo mío. Bueno, ¿qué digo? Se parece no... es idéntica. Literalmente, su versión femenina.
Cuando Carlos dijo eso, quedé paralizada, rogando mentalmente que no estuviéramos pensando en la misma persona.
—Sí. Su nombre es Lando. Lando Norris —respondió, mirándome fijamente.
Por unos instantes pensé que iba a desmayarme. Estaba segura de que me había puesto pálida.
Las palabras simplemente no salían de mi boca. No sabía qué decir en realidad. Solo maldecía mentalmente el hecho de no haber podido decirle que no a mi hija y haberla llevado al parque.
Carlos tomó la botella de agua de Sarah y me la tendió. La tomé y bebí rápidamente bajo su atenta mirada. Luego de unos segundos, volvió a hablar.
—Él no lo sabe, ¿cierto? —preguntó con suavidad, tal vez para no asustarme. Por mi parte, solo atiné a suspirar antes de negar levemente con la cabeza, mirando a Sarah.
—Me enteré de que estaba embarazada unos meses antes de que comenzara la temporada de Fórmula 1 —comencé, aún con la vista puesta en mi hija—. En ese momento no sabía qué iba a hacer. Él iba a entrar a la F1 esa temporada, y un bebé es una gran responsabilidad. Lo último que quería era distraerlo... estaba a punto de cumplir su sueño más grande. Así que tomé la decisión de regresar a España sin decirle nada y hacerme cargo sola del bebé, para que él pudiera vivir su sueño sin distracciones.
Cuando terminé de hablar, volteé a verlo. Él me miraba con una mezcla de comprensión y admiración.
—Fuiste muy valiente al hacerte cargo sola... pero él tiene derecho a saber de la existencia de Sarah —murmuró mientras la miraba a lo lejos.
—No lo hice sola, Carlos. Tuve el apoyo de mi familia. Y respecto a lo otro... lo sé. Solo que no he sabido cómo encontrar la forma de decírselo —respondí, con la misma suavidad con la que él había hablado.
—Bueno, ahora me tienen a mí también. Después de todo, soy su nuevo padrino —comentó, guiñándome un ojo, lo que me hizo reír—. Y con respecto a lo otro, te ayudaré. Solo avísame cuando estés lista.
—Gracias, Carlos —dije con una sonrisa llena de gratitud.
—No es nada, comadre —contestó, mientras pasaba su brazo por encima de mi hombro.
Después de eso supe que, tal vez, había encontrado una linda amistad en él.
El resto de la tarde se pasó volando, mientras Sarah jugaba y Carlos y yo nos conocíamos un poco más.
Cuando llegó la hora de volver a casa, él nos acompañó. Como agradecimiento, lo invitamos a cenar con nosotras. Al principio se negó, pero Sarah logró convencerlo con sus poderosísimos ojos de cachorro triste.
Mientras yo cocinaba, ellos se dedicaron a jugar y hablar de sus películas favoritas de Disney. Al parecer, se estaban llevando bastante bien, lo cual me hizo sonreír.
Cuando la cena estuvo lista, nos sentamos los tres en la mesa y comimos tranquilamente, conversando entre los tres. Hasta que Sarah sacó el tema de los autos.
—Mami, ¿sabes que el tío Will me regaló otro carrito para mi colección? —dijo, sonriendo enormemente.
—¿Te gustan los autos, Sarah? —preguntó Carlos, curioso.
—Sí, mucho. Suelo ver las carreras de autos con mis tíos y mi abuelo —respondió, sonriéndole.
Él me miró unos segundos y luego volvió a mirarla a ella.
—¿Qué categorías ves, Sarah? —volvió a preguntar. Sabía que estaba sorprendido. Después de todo, no era común escuchar a una niña de casi cuatro años hablar de autos y carreras.
Sarah definitivamente no era como el resto de los niños de su edad. Era muy inteligente, comprendía las cosas con una rapidez asombrosa. Además, le gustaban cosas poco comunes para su edad, y hablaba perfectamente tanto inglés como español.
—Pues... las que más veo con mis tíos y mi abuelo son NASCAR, IndyCar y la Fórmula 1. Aunque a veces también vemos la Fórmula 2 —respondió distraídamente, mientras prestaba atención a su plato. Luego de unos segundos, levantó la mirada—. Tú conduces en la Fórmula 1, ¿cierto?
De ahí es donde se me hacía conocido...
Carlos asintió, mirándola maravillado.
—Definitivamente, desde ahora soy tu padrino —añadió con una enorme sonrisa, haciendo reír a Sarah... y a mí soltar una carcajada.
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Author Note; Carlitos descubrió el secreto de Emily con solo ver a Sarah.
Les dejo como dato curioso que Lando si le contó a Carlos de Emily, incluso le mostró una foto de ella y esa fue la razón por la cual Carlos se acercó a Em. Él la reconoció en el parque y se acercó a curiosear pues tenía la intención de contarle a Lando lo que sucedió si todo salía bien.
