2- Ella

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La veo allí parada con su hermosa sonrisa, que me recuerda que una vez me enamore y pienso que mi mundo es normal y sencillo, que todo esta en mi mente, no puede haber nada malo si ella me sonríe de esa forma, mi mundo se ralentiza mientras veo que se acerca a mí, con esa radiante sonrisa, que parece capaz de cambiarlo todo, me quedo quieto mientras siento su cuerpo apretarse al mío en un fuerte abrazo, indicando con eso lo que me ha extrañado en el día, me gustaría dejarme llevar por su abrazo, creer que ella puede con su amor quitarme todo el peso que llevo, en ese momento soy capaz de sentir que ella tiene la paz que yo necesito, pero así como me llega toda esa sensación, también llega una cachetada fuerte y rapida de realidad, con dos simples palabras ...

-¿El chocolate? - me observa con la misma sonrisa en el rostro.

- Aquí está, no se me olvidaría por nada en el mundo - extiendo la mano para entregarle el paquetito.

- Sabes que cuando tú hijo toma una costumbre es imposible quitársela - volviendo su sonrisa comprensiva y tierna.

- Voy a volver millonario yo solo a los fabricantes de chocolate - suspiro.

- No seas exagerado no llevas tanto tiempo comprándolos - gira los ojos - Además fue tu padre el que le dijo de sus beneficios y que lo ayudaría a mantener su energía todo el día - guardo el paquetito en un bolsillo - desde ese día Óscar declaró que comería todos los días después del desayuno - sonrió.

- Es impresionante como un niño tan pequeño se preocupa tanto por su salud, ni caramelos, ni bebidas gaseosas - levanté una comisura derecha.

- Sí, nos quita la diversión de reprenderlo por comer mucho dulce - su propio comentario le dió risa - creé que si mantiene su cuerpo sano, no va a envejecer y será un niño por mucho tiempo ¿Puedes creerlo? - volvió a reírse.

- No tengo dudas de que eso pasará - dije muy bajo.

Me observo con una ceja levantada y una sonrisa torcida

- Ya sabemos de quien saco esa imaginación - y está vez su risa fue más fuerte.

Sentí un dolor en el pecho y solo pude decir:

- Algo tenía que sacar de mi.

- Ajá - se dió la vuelta mientras me hizo un gesto con la mano - ve a prepararte para cenar, por favor.

- ¿Y Emi?

- Está en la cocina - camina en esa dirección.

- Después de que termine de ayudarte, le dices que se puede retirar.

Se giro para mirarme

- Yo puedo encargarme del resto, le voy a informar que ya llegaste para que se vaya temprano - me miró a los ojos buscando mi repuesta o para que entendiera la importancia de lo que me diría - no entiendo porque no dejas que se vaya antes de que llegues.

- Porque se supone que está aquí para ayudarte mientras no estoy.

-Pero después de que Óscar se duerme todo queda muy tranquilo y me ocupo de hacer la cena - se quejo, todavía sosteniendo la mirada.

Suspiré, para relajarme y no decir ninguna imprudencia

- Y ella te ayuda a realizarla y te hace compañía mientras llegó - usando un tono suave.

- Sí, pero...

Me acerco le doy un beso en la frente interrumpiendo lo que pretendía decirme.

- Que este allí me permite estar tranquilo, ¿Sí?

Suspira derrotada.

- Solo creó que no es seguro para ella.

Mientras le acaricio el cabello, le digo en un susurró...

- No te preocupes por eso, ese es mi trabajo.

- Está bien - se da la vuelta y se pierde en la cocina.

Suspiró con cansancio y me dedico a subir las escaleras, me dirijo al baño, pero antes de llegar paro en la puerta de mi hijo, coloco la mano en la perilla, pero decido que mejor no, el día ha sido muy largo, sigo mi camino al baño, para asearme y bajar a cenar.

Mientras estoy en el baño pienso en Emi, por ella es que no como todos los días lo mismo, ella anima a mi esposa a preparar distintos platos todos los días, ella en verdad es una gran ayuda para ella, lleva 4 años con nosotros y le agradezco todos los dias por permanecer con nosotros.

Mientras bajo las escaleras, la encuentro terminando de traer las cosas al comedor.

- ¿Falta algo?¿Te ayudo? - mientras termino de bajar.

- No, puedes sentarte - señalo la silla.

- ¿Qué preparaste hoy?

-Hice pescado al horno - mostro una sonrisa orgullosa mientras lo destapaba.

- Se ve muy bueno - elogié.

-¿Sí? - ahora la sonrisa era más amplia - también hay arroz y ensalada - mientras destapaba los envases restantes.

- Muchas gracias, se ve todo muy rico, te felicito.

- Gracias - empezó a servir - ya Óscar comió, antes de acostarse - me informo.

- ¿Tu le diste la comida? - pregunté tratando de no cambiar mi tono de voz.

- No, Emi se la dió, mientras yo terminaba de preparar la cena de nosotros - termino de colocar las pasiones en mi plato.

- ¿Qué fue hoy?

- Hoy fue puré de papa con espinaca y rallado de queso por encima.

- Se escucha rico y nutritivo - di una pequeña sonrisa.

- Sin, eso creo - se rió, seguramente recordando lo obsesivo que era nuestro hijo con la alimentación - quieres un poco, creó que quedó en la cocina - dejo de servir su propio plato para buscar el puré.

Antes de que fuera a la cocina por él, la detuve.

- No hace falta estoy bien con lo que has preparado para mí.

Y volvió a darme esa hermosa sonrisa, esa tan hipnotizante, la misma sonrisa que había heredado nuestro pequeño Óscar, esa sonrisa tan pura, ojalá pudiera dejarme arrastrar por esa sonrisa, que sin ella saberlo era tan falsa en estos momentos.

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Prometo que los próximos serán mejores, besos.
Atte:YO.

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⏰ Última actualización: Apr 29 ⏰

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