Duo zombie

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Kakuzu entró al campo de batalla con una mirada firme y una sonrisa arrogante sobre su cara. Esa confianza tan descarada hizo que varios del público comenzaran a apostar entre ellos sobre quién sería el gran vencedor, dado que las circunstancias eran extremadamente injustas pero a la vez muy interesantes. 

Los tres caníbales tomaron sus posiciones listos para devorar al castaño. 

Y fue entonces cuando el dueño de la caja de Pandora dio la indicación de que ya era hora de comenzar aquella masacre. 

De forma rápida, los sujetos se dirigieron hacia Kakuzu, sacando de sus vestimentas afilados cuchillos, que todavía tenían manchas de sangre secas de sus últimas víctimas. 

Cuando el más grande de los albinos estuvo a unos cuantos centímetros del mayor, este esquivó el filo del arma y dándole una fuerte pata, le rompió la mandíbula haciendo que rodará por el suelo. 

La audiencia enloqueció por tal muestra de poder, sabían que ese hombre no era normal pero jamás hubieran imaginado que llegaría a tener una fuerza tan descomunal. 

Hidan, que llevaba todo ese tiempo prestando atención a los movimientos del moreno, no pudo evitar dar un brinco de felicidad.

“¡Acabalos anciano!” pensó el jashinista apretando los puños de la emoción. 

Los hermanos al notar el potencial de su oponente, decidieron guardar distancias para ir al punto donde estaban las armas y tomar un padre cadenas que al extremo de estas tenían pegadas bloques de concreto. 

Kakuzu frunció el ceño al ver cómo comenzaban a girar sus nuevos juguetes. 

“Si esas cosas me golpean estaré en serios problemas” pensó el moreno mientras daba retrocedía. 

Por varios minutos el mayor fue capaz de evadir los ataques, con la intención de apropiarse de algún objeto que lo ayudará a matar a esos locos, pero entonces uno de los albinos logró darle en la espalda. 

‐¡Arg!- Kakuzu se apoyó en sus rodillas, sintiendo un fuerte dolor. Y para hacer que las cosas fueran de mal en peor, uno de esos chicos se fue encima, dándole una fuerte mordida en el hombro. 

El castaño soltó un gritó desgarrador al ver como esos pesados dientes de hundían en su piel, haciendo que una gran cantidad de sangre corriera por su cuerpo. 

Al ver eso, varios chicos de Akatsuki quisieron meterse, pero los líderes se interpusieron en su camino. 

-¡Si no hacemos algo se lo van a comer, hm!- gritó el rubio. 

-¡No sean idiotas, si ponen un solo pie en ese sitio todos seremos castigados, si el destino de Kakuzu es morir en manos de esos psicópatas que así sea, no arriesgaré a mi gente por él!- concluyó Yahiko. 

El religioso apretó los dientes furioso por no tener la posibilidad de rescatar a ese hombre que desde hace tiempo le provocaba extrañas pero agradables sensaciones. 

El platinado cerró los ojos rogándole a su Dios por algún milagro y  curiosamente fue escuchado. Pues el sonido de una alarma dejó a todos sorprendidos, pues se trataba del famoso botón rojo, la jaula había sido abierta permitiéndole a alguno de los participantes presionarlo. 

Al ver aquella oportunidad de oro, el castaño utilizó gran parte de su fuerza para quitarse aquel animal salvaje. 

Corrió antes de que algún otro pudiera tocar ese dispositivo, y cuando logro presionarlo, las personas encapuchadas hicieron un gran alboroto, incluso algunos exclamaban el nombre de aquel tesorero. 

Akatsuki "Tras las rejas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora