𝐏𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫𝐚 𝐫𝐞𝐠𝐥𝐚: 𝐑𝐄𝐒𝐏𝐄𝐓𝐎

266 33 33
                                    

Era un día hermoso para aquel hermano menor, se levantó con todos los ánimos del mundo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Era un día hermoso para aquel hermano menor, se levantó con todos los ánimos del mundo. Usualmente su hermano mayor: Lawrie, se levantaba mucho más temprano que el, realmente ellos no sentian sueños pero para el ya era una costumbre.

Preparo un poco de café para si mismo, e abrió un paquete de galletas de chispas de chocolate que su hermana solía comprarle para su disfrute, se sentó con una sonrisa en su cara, hasta que escucho un quejido proveniente de la sala.

─── Uy, había olvidado que ahora "vives" aquí. ─── Decía de manera colocial aquel robot hacia aquel humano mientras sostenía con una de sus manos aquella taza de café e con la otra dio un mordisco a las galletas, desde el día anterior yacia atado, ambos hermanos habían tomado esa decisión debido a que era muy probable que aquel humano escapase, así que simplemente optaron por dejarlo vivir en lo que ellos llamaban hogar. A pesar de vivir solo dos robots, era bastante cómodo hasta para un humano.

Aquel chico, solo lo veía con enojo a aquel robot de apariencia dócil e amable. ─── Mínimo podes soltarme, ¿no? ─── Tenía razón, se vería muy cruel a sus ojos dejarlo todo el día ahí, aunque, si su hermano estuviese en su lugar, lo dejaría ahí para siempre.

Aquel robot, hizo un intento de suspiro, dejo a un lado su taza de café en la mesa donde estaba sentado e se acerco a aquel humano. ─── No intentes nada raro. ─── Ajeno a lo que sentía le dijo, auch.

Apenas le quitaron las sogas, se estiraba bastante aunque sin esforzarse tanto ya que le dolería bastante. ─── Ahg, ¡por fin! ya sentía todos los brazos entumidos. ─── Yacia una sonrisa en el rostro de aquel humano, mientras un leve tono de rubor en sus mejillas por el alivio, había pasado toda la noche así.

─── Bien, ya en unos minutos nos iremos, y tan pronto como lleguemos comenzarás a hacer tu servicio comunitario, ¿entendiste? ─── Ya hasta parecía su madre, pensaba en su mente aquel chico, quien con una palma de su mano imitaba los mismos movimientos que la boca del mismo robot, burlándose de él.

─── Si mami, si. ─── Una carcajada se hizo presente, aunque pensó esto en voz alta, tenía razón, parecía un niño castigado siendo regañado por su mamá, aunque con la diferencia posible que su madre usaría la violencia, uy.

Larry, solo optó por nuevamente, dar otro suspiro mientras terminaba de comerse aquellas galletas y café que le acompañaba, con una mueca acompañada de incomodidad y molestia en su rostro robótico, no sería fácil lidiar con alguien tan problemático. Estaría dispuesto a hacer que acate todas las reglas del reglamento de estas mismas, a las buenas o a las malas.

─── Venga, vámonos. ─── Hablo Larry como de costumbre, se encontraba en la puerta principal e con una mano suya sostenía lo que eran las llaves de su hogar. Aquel chico solo lo miro con cansancio e algo de flojera.

─── ¡Vamooos! ¿Mínimo no hay algo para comer? ¡Muero de hambreee! ─── Se dirigía hacia el con las pocas fuerzas que su cuerpo le proporcionaba, o eso quería dar a entender, aunque de algo sí era verdad, tenía hambre y tal parece que en esa vivienda no conocen que es eso.

𝐒𝐀𝐍𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒 | ʟᴀʀʀʏ x ᴍᴀʟᴇ ʀᴇᴀᴅᴇʀ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora