Desesperado por vivir una nueva atmósfera para salir de la rutina, Nahil caminó a través de una calle estrecha poco conocida, llena de baches y desperdicios de comida.
Los asquerosos olores inundaron su nariz, pero eso no lo detuvo. Impresionado por los grafitis pintados en las paredes, continuó viéndolos hasta el final de la calle, donde había una casa con una puerta vieja color café.
Nahil observó con atención cada feo detalle de la madera carcomida y se dio cuenta que el picaporte tenía una cadena con un candado a medio cerrar. No pensó dos veces en intentar abrirla con forcejeos y descubrir qué había detrás.La puerta se abrió de par en par con un rechinido molesto y enseguida, un grupo de gladiadores vitorearon al ver a Nahil, quien los miró con asombro y ni siquiera tuvo tiempo para escapar.
Una mano grande con una manica en la derecha lo jaló del antebrazo y lo atrajo consigo a través de la puerta.
- ¡Gran Emperador, tenemos un nuevo combatiente! - gritó el luchador manco apretando la muñeca de Nahil. El mencionado solo miró a todos con sorpresa mientras su corazón latía rápidamente.
- ¡A pelear se ha dicho! - contestó el Gran Emperador.
- ¡Venganza y sangre, queremos el combate! ¡Venganza y sangre, queremos el combate! ¡Venganza y sangre, queremos el combate! - vociferó el público del anfiteatro a la par que levantaban sus puños para pedir la pelea.
- ¡Vístete! - le ordenó el manco.
- ¿Para qué vamos a pelear? - preguntó asustado el pelinegro.
- Por la misma razón que perdí mi brazo izquierdo - afirmó enojado - ¡Quiero venganza!
- ¡¿ Y yo qué culpa tengo?! - la expresión preocupada de Nahil pasó desapercibida para todos los presentes en el anfiteatro. El manco lo llevó a la fuerza a través de un túnel.
- ¡La pelea comienza en cinco minutos! - gritó el Gran Emperador atendiendo las aclamaciones del público.
El muchacho miró con atención y fascinación cada detalle de las armaduras que estaban iluminadas por algunos rayos del sol.
- ¡Ten, seguro te queda esta! - el adulto le arrojó una sobre su cara - Era del otro chico.
- ¡¿Qué pasó con él?! - tragó saliva y agarró la pesada armadura.
- Murió - aseguró colocándose el casco dorado.
- ¡¿Murió?! - su joven corazón se aceleró todavía más - ¡¿Y yo voy a morir?! - preguntó temeroso.
- ¡No, si es que te sabes defender y te pones esa armadura ya mismo! Es la vida y la dignidad o es la muerte y la vergüenza. Y tú, me vas a ayudar a conseguir las primeras dos.
- ¿Están listos luchadores? - gritó una voz bastante varonil desde afuera del túnel -¡La pelea comienza en 5...
- ¡Rápido vístete! - ordenó el manco.
- 4...
Nahil se colocó toda la armadura y soltó un quejido.
- 3...
Se colocó el casco y las protecciones.
- 2...
- ¡Quítate tus zapatos! - señaló sus tenis negros - ¡Ya!
- ¡¿Por qué ?!
- 1...
- ¡Esta lucha se hace así! - el adulto tomó sus armas y posó, listo para correr. El muchacho se arrancó los tenis como puedo y rápido dejó sus pies descalzos.
- ¡Al ataque! - gritó furioso esa voz externa.
Los dos varones salieron corriendo del túnel para encontrarse con su adversario, un adulto tuerto que se dejó ir contra el manco, intentando cortar su otra mano con la espada grande que traía entre sus puños, pero el agredido se protegió con su escudo.
El choque de metales protagonizó el momento, mientras los miembros gritaban a todo pulmón pidiendo mucha sangre y venganza.Nahil trató de dar pequeños brincos para evitar el suelo ardiente y las pequeñas piedras, sin embargo, no lo logró y prefirió adaptarse a las condiciones.
- ¡Pelea niño! - llegó el tuerto por detrás, dándole un golpe en su cabeza con su escudo - ¡No eres bueno para esto! ¡No eres bueno para nada! - el hombre le dio tantos golpes como pudo con sus manicas hasta tumbarlo al piso.
El muchacho detestaba ser molestado sin razón, por lo que esto desató su enojo y antes de recibir el pico de su espada sobre su brazo izquierdo, se levantó e intentó dar algunos golpes con las armas que el manco le había prestado.
- Te mataría, pero quiero divertirme un rato más contigo - comentó burlándose al saber que él tenía la ventaja, pues tiró a Nahil de nuevo al piso - Sabes, eres fácil y muy aburrido.
- ¡Yo no pedí pelear contra ti! - se dejó ir contra el tuerto para arrancarle el caso y golpearle la cabeza - Pero de ser necesario... Voy a demostrarle a este idiota quién es Nahil cuando está enojado - el chico le quitó el casco y le dio una patada en la rodilla, esto dejó en el piso al adulto. Una vez allí, le golpeó la cabeza con otra patada.
- ¡Esto no es nada, suelten al tigre! - sugirió molesto.
Un rugido estruendoso llenó el lugar. Un par de cadenas se arrastraron con fuerza y una reja se abrió para dar paso al tigre.
- ¿Por qué estoy peleando? - gritó molesto fulminando con la mirada al manco.
- ¡Por venganza! Yo no tengo un brazo, tú eres ese brazo.
El tigre se acercó lento hacia sus adversarios, mirándolos fijamente.
- ¿Y eso qué? ¡Él tiene un tigre! - señaló al animal, que estaba cada vez más cerca rugiéndoles desesperado.
- ¡Este tigre tiene hambre! - agregó el tuerto con una sonrisa burlesca.
- Es porque el Gran Emperador quiere ver drama, además, fuiste el primer muchacho que cruzó esa puerta - explicó el manco.
El tigre se abalanzó sobre ambos e intentaron correr por todo el terreno.
Con su habilidad para trepar y correr, Nahil subió fácilmente a los asientos de la primera fila, auxiliándose de los barrotes de la reja del tigre. Después, con todas sus fuerzas, ayudó a su compañero a subir justo antes de que el animal le arrancara la pierna.Todos los espectadores miraron al tuerto, quien estaba siendo acechado por el hambriento tigre. Pocos segundos después, fue devorado y sus gritos desgarradores ambientaron el lugar.
- Gracias por ayudarme a luchar contra el hombre que me quitó mi brazo.
- ¡Gracias a ti por tremenda experiencia! - sonrió todavía sobre los asientos.
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Las aventuras de Nahil
AdventureConoce a Nahil, un chico que responde al llamado de las aventuras. Solo tú sabrás qué pasa si te animas a leer o ¿acaso te da miedo? Nahil es un personaje completamente mío (Mukisowodiko) y participa para el desafío aventura en acción 2024 del perfi...