✧...𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒎𝒆 𝒂𝒅𝒎𝒊𝒓𝒂𝒍...✧..𝙿𝚊𝚛𝚝𝚎,𝟸

ⒸⒶⓅⒾⓉⓊⓁⓄ...𝟙

🌋𝙴𝚜𝚌𝚘𝚗𝚍𝚒𝚎𝚗𝚍𝚘𝚜𝚎 𝚌𝚘𝚗 𝚎𝚕 𝚙𝚎𝚛𝚛𝚘 𝚛𝚘𝚓𝚘, (𝙰𝚔𝚊𝚒𝚗𝚞)🌋

Notas:¡Lo hice! ¡¡¡Ya estoy de vuelta!!!
Tengo un gran bloqueo de escritura sobre seggs, así que me tomó más tiempo de lo esperado, lo siento >.<
Sigo pensando que no soy muy bueno con eso, pero realmente quería desafiarme a mí mismo.
🔥 Por cierto, comencemos, es Saka- ¡tiempo!🌋(lo comento la autora).

»•» 🌸 «•«

"Ahí tienes."

Jadeas cuando escuchas la voz, casi deslizándote desde la silla de gran tamaño.

«¡¡Vaya!!! Oh... oh, creo que me quedé dormido. Lo juro, sólo quería un momento para recuperarme de todo el alboroto...»

Levantas las piernas hasta el pecho, sonriendo a la persona que acaba de llegar.

«¿Qué, tú también te escapaste? Creo que pronto se darán cuenta de que ambos cónyuges están desaparecidos, Sakazuki.»

«Tsk. A alguien se le ocurrirá algo, ya he tenido suficiente.»

Bufa el Almirante, cerrando la puerta detrás de él con su habitual expresión irritada.

Por esta vez, definitivamente podrás entenderlo.

Desde que Sengoku te había dado esa opción, si casarte con Akainu o irte y construir una nueva vida para evitar convertirte en una víctima potencial de los muchos matones que podrían atacar al Almirante, había pasado un mes. Un mes de noches sin dormir donde durante el día había que seguir con la vida cotidiana, mientras al caer el sol se arreglaba aquel matrimonio que llevaba "mucho tiempo planeado".

Esto había significado largas sesiones en las que ustedes dos tuvieron que aprender guiones para la prensa, información sobre cómo se llevaría a cabo la ceremonia y las inevitables citas para confeccionar los vestidos.

El período había sido tan agotador y exigente que a pesar de que ya hacía una semana que se mudaban a la casa de Sakazuki, apenas se habían visto hasta ese día, la fatídica fecha de la boda.

Tu cansancio había sido enmascarado por maquilladores experimentados mientras te ponían un hermoso vestido de novia, que al menos habías podido elegir y adaptar a tu gusto. La ceremonia había sido bastante tranquila, pero tan pronto como pusiste un pie en el salón de recepción de la base de la Marina fuiste cegado por miles de flashes de paparazzi que no te dejaron en paz ni un segundo. Sentirte observado en cada momento finalmente había vencido tu resistencia, y habías ido a refugiarte en el único lugar que conocías, la oficina de Akainu.

Después de todo, ahora eras su esposa y nadie podía entrar a la habitación de un almirante sin permiso... excepto su dueño.

«Sabes, me sorprendiste.»

Comentas alisando tu vestido, tu mirada se posa en tu flamante anillo.

«Pensé que serías el primero en enviar a todos al infierno. O incineró los caracoles de esos reporteros. O incineraste a los periodistas directamente mientras los enviabas al infierno.»

«Sólo habría creado un problema peor, no valió la pena.»

Respondió secamente Sakazuki, sentándose en el pequeño sofá apoyado contra la pared y sacando un cigarro de su bolsillo interior. Se ha confeccionado un traje completamente blanco para la ocasión, con una camisa escarlata lisa debajo y una rosa del mismo color prendida en el pecho.