01: Trouble

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Una iluminación tenue y pocas personas.

Un bar pequeño y destartalado.

Un lugar atrapado en el pasado.

Dazai echa un vistazo rápido por el lugar; él no está... pero llegará. Tristemente aparecerá en algún momento. Se acerca a la barra y pide un whisky, con el que se limita a juguetear cuando recibe. Sus ojos recorren vagamente el lugar; botellas vacías alineadas contra la pared, clientes habituales taciturnos y un camarero con un chaleco carmesí, taburetes y una alfombra rojo vino que amortigua perfectamente el sonido de los pasos.

-Demonio sin dueño... -Dazai escucha sin alzar la cabeza. Su celular vibra con un mensaje dentro del largo abrigo oscuro que escurre de sus hombros. A su lado, el recién llegado deja escapar una risilla recelosa y extraña, tan ajena a él -, pero atrapado...

Su mirada lo recorre de arriba abajo antes de ponerse de pie,- hoy hueles a suerte*- comenta, al tiempo que Dazai tira de uno de los mechones pelirrojos para olisquearlo alrededor. Chuya gruñe y lo empuja «¿importa?» Dazai se encoge de hombros como respuesta.

Chūya, el siempre pulcro y elegante Chūya .

Hoy, llevando la ropa desprolija, el cabello enmarañado y oliendo a cigarro barato. El intenso azul de sus ojos, que siempre parecían tener la misma cantidad de fuerza que un embravecido mar, ahora estando opacos y vidriosos.

Me duele tanto verte así

-¿Me odias?- preguntó el castaño, y Chuya en vez de responder desaparece el trago olvidado sobre la barra en un abrir y cerrar de ojos.

Luego se encamina a la salida y no responde algo más.

Un segundo mensaje llega al celular de Dazai, quien casi a empujones es que saca a Chuuya del lugar. Afuera, la calle está silenciosa y hace frío.

Es tan tarde ya.

¿Para qué?

Para todo

-¿Por qué? -cuestiona Chuya, sin detener sus pasos.- ¿Por qué lo haces?- El castaño va detrás, sin responder, por lo que el pelirrojo vuelve a hablar: -Tal vez lo pregunte mal, ¿Ahora me quieres? Osamu... ¿eso haces?

-Sería un escándalo si murieras estando ebrio.

-¡Qué estupidez! -Chuuya se carcajea- Sabes perfectamente que no estoy borracho.

-Chūya... -el pelirrojo lo interrumpe chasqueando la lengua y se gira; ahora está parado frente a él, y lentamente, sube la mirada del reluciente anillo a los ojos de Dazai.

-Estoy en un dilema Chūya. Estoy atrapado- Chūya sabe que no quiere escuchar eso -Por primera vez... no sé cómo...- El pelirrojo se esfuerza por mantenerse impasible- Por un lado, está Atsushi... que me destroza con su inocencia; y también Odasaku, cuya confianza me avergüenza.- Es difícil y tan doloroso, mostrar que esas palabras no le afectan; sin embargo, ambos saben que se lo merecen, por eso él se limita a escuchar- Y estás tú... nuestro pecado"

Hay un silencio doloroso luego de eso, que congela aún más el ya frío ambiente. Chuuya espera una decisión, una acción; algo del hombre que lo sigue con tanta insistencia pasiva, pero no hay nada.

Nunca lo hay.

Chuuya retoma sus pasos, camina ahora de espaldas -Está bien. Te voy a librar de tu grave dilema- Duele. Quiere gritar, y como no puede se conforma con apretar los puños que trae escondidos en los bolsillos de su pantalón -Hoy no quiero que vengas conmigo.

Dazai obedece y permanece en su sitio mirando la espalda del pelirrojo alejarse cada vez más.

¿Por qué no me sigues? ¿Por qué no insistes un poco más? Cobarde.

-Te quiero, Chūya

El pensamiento se guarda y un gran silencio vela suspendido, la declaración pica en sus cicatrices; rozando un tenue y negro viento es llevada en sentido contrario y al final, a ninguno de los dos les llega más que una silenciosa noche, triste y vacía.



Lucky (en español "suerte"), es una marca de cigarros.

¡Cúmplelos feliz, Chūya!

Perfect BlueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora