La noche cayó sobre Vallesol como un manto estrellado, pero para Luca, los destellos del firmamento se reflejaban en sus ojos, enredados en un sueño profundo y revelador. En el confín de la realidad y la ensoñación, se encontró vagando por un paisaje que no pertenecía a su mundo conocido.
Los árboles susurraban secretos ancestrales mientras se mecían con una brisa etérea. Una luz irreal iluminaba un sendero de polvo de estrellas, guiándolo hacia la grieta que había aparecido en su pueblo. A medida que se acercaba, la energía en el aire vibraba con una sinfonía de dimensiones desconocidas.
En el centro de la grieta, una figura etérea se manifestó, envuelta en una luz que cambiaba de tonalidades como las estaciones del año. Era Aelius, el anciano sabio que emergió de las profundidades de los sueños de Luca para encontrarse con él en este reino onírico.
—»Luca, hijo de Vallesol, tus sueños son la puerta a la verdad. La grieta que ves no solo es una brecha en la tierra, sino un vínculo entre mundos», declaró Aelius con una solemnidad que resonaba en el espacio onírico.
Luca, parado en el umbral de lo desconocido, sintió una amalgama de emociones. Incertidumbre, asombro y una urgencia profunda se mezclaban en su ser mientras observaba el paisaje que se extendía más allá de la grieta. Aelius extendió su mano arrugada, y el joven se sintió atraído hacia el resplandor que emanaba del portal dimensional.
—»Vallesol está en peligro, Luca. La grieta es un eco de un conflicto ancestral, y tú has sido elegido para ser el puente entre mundos. Tu destino está entrelazado con la defensa de tu hogar», advirtió Aelius con un tono grave.
El paisaje onírico se desvaneció gradualmente, y Luca despertó en su habitación, empapado en sudor. El eco del sueño resonaba en su mente, y un presentimiento inquietante se aferraba a su corazón. Decidido a descubrir la verdad detrás de estos sueños, Luca se levantó con determinación.
El sol amanecía cuando Luca se acercó a la grieta. La energía en el aire palpaba con la misma intensidad que en su sueño. Y entonces, como si los velos entre dimensiones se desgarraran, Aelius emergió de la grieta, ahora como una figura tangible.
—»Luca, tus sueños te han mostrado la realidad que muchos no pueden percibir. La grieta es un portal que conecta mundos, y Vallesol necesita tu guía para enfrentar las sombras que amenazan con cruzar», expresó Aelius, sus ojos transmitiendo la urgencia de la situación.
Luca, sintiendo una mezcla de responsabilidad y determinación, aceptó la carga que la realidad y los sueños le habían conferido. El anciano sabio le entregó un amuleto antiguo, un artefacto imbuido de poder, destinado a ser su herramienta en la lucha contra las fuerzas que se avecinaban.
—»Ahora, Luca, el destino de Vallesol reposa en tus manos. Que tu coraje guíe a tu pueblo hacia la luz», pronunció Aelius antes de desaparecer en la luz que rodeaba la grieta.
Luca, con el amuleto en mano y los sueños resonando en su mente, se preparó para emprender una odisea que cambiaría el curso de su vida y el destino de Vallesol. La grieta aguardaba, como un umbral entre la calma y la tormenta que se avecinaba.
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Luces en la Oscuridad
FantasyLa historia es un testimonio de resiliencia, unión, fortaleza y la luz que puede encontrarse incluso en las sombras más oscuras.