20. CORAZÓN HERIDO

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En el eco del silencio, yace un corazón herido,
sus latidos entrecortados claman por sanar.
Cicatrices invisibles marcan su dolor profundo,
mientras susurra al viento su anhelo de libertad.

Una vez fue un jardín de promesas y alegría,
donde florecían sueños con fragancia de esperanza.
Pero la sombra del desamor lo marchitó lentamente,
dejando en su centro una herida que no cicatriza.

Aún late con valentía, buscando luz en la penumbra,
anhelando encontrar consuelo en un abrazo cálido.
El tiempo, ese sanador implacable, sigue su curso,
y poco a poco el corazón herido hallará su calma.

Que la lluvia del perdón y la comprensión amorosa,
sean bálsamo para el dolor que lo consume.
Que renazca con fuerza, con una nueva melodía,
y que vuelva a latir con plenitud y armonía.

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